Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

martes, 17 de diciembre de 2013

Cada día tiene su afán. Todo lo que era sólido, Antonio Muñoz Molina


Palacio de las Artes Reina Sofía (Valencia)

En la década de los 70, los españoles éramos más pobres. Las calculadoras a pilas amenazaban con descaro a las reglas de cálculo, la informática era una promesa factible y nosotros aspirábamos a situarnos sin apetencia de movilidad en una empresa “para toda la vida”.
En la década siguiente fuimos más ricos que ayer, pero menos que mañana. La transición española -se dijo- fue modélica, y es posible que así fuera; contra Franco la unión era más firme,  prácticamente todos deseábamos, sin haberlo practicado vivir en democracia, esa asignatura  a la que cada día hemos de dedicarle un afán.
El mañana de los 90, las promesas electorales y los fondos europeos cambiaron algunos conceptos establecidos, de la frase tópica y típica en la reunión de mamás “mi niña sale con un chico muy trabajador” pasamos a “el novio de Piluca es muy inteligente, ¡Va para concejal!"

Si bien es absolutamente cierto que la descentralización de las administraciones fue positiva y beneficiosa, no lo es menos que su gestión debe controlarse. Y es aquí donde a los ciudadanos nos cumple el diario afán, no solo en forma de crítica, que también. Nuestros concejales, alcaldes, diputados, no son sino nuestros delegados, y a ellos  debemos exigir con hechos una buena gestión, al margen de militancias o sentimientos en lugar de actuar con mimetismo. No está del todo claro si ellos son nuestro reflejo o nosotros les imitamos, ¡O más bien sí! Entre todos hemos creado una sociedad que hace del despilfarro y la ostentación su bandera.

Para estar socialmente en línea uno ha de tener casa en la playa  hacer un crucero o jugar al golf (nada que objetar a playa, crucero y golf). Hemos pedido créditos -que hay que pagar-  para la comunión del niño, para vacaciones, para la Feria de Abril, o para un 4x4 de muchos centímetros cúbicos que usamos en ciudad. Quizás no hacía falta pero nadie ha explicado las secuelas de semejante dislate; nuestros mayores lo tenían muy claro: cuando contraían un compromiso de pago, detraían de los ingresos una cantidad que en una caja o sobre esperaba el momento de hacer frente a la obligación contraída. Eran otros tiempos.

No se trata por supuesto de justificar el comportamiento aberrante de nuestros ínclitos elegidos, ni de aplaudir soluciones que pasan por aumentar su afán recaudatorio sobre nuestro diario afán para ir pagando -y de paso recoger algún que otro beneficio justo premio a sus ideas-  proyectos faraónicos (que en ocasiones aplaudimos). No se trata de tolerar, repito, ni justificar sino de una obligada meditación sobre lo sólido de nuestros principios.

Lo público es de todos, lo privado de cada uno, lo dramático es que pagamos errores propios y ajenos. ¡Algo habremos hecho para merecer este castigo!   


martes, 10 de diciembre de 2013

La balanza de las ideas. Todo lo que era sólido, Muñoz Molina


El Juicio Final: Hans Memling 

La actualidad obliga a manifestarnos sobre la ejemplaridad de MADIBA, pero serán, (seremos) muy pocos -políticos ninguno- los dispuestos a asumir sus principios y no hacer de la confrontación -utilizaremos la jerga política- “su hoja de ruta”. La mano derecha seguirá criticando la torpeza de la izquierda, y esta, la posición privilegiada de aquella por la sola razón de formar parte de un ser vivo nacido diestro, sin caer en la cuenta que ambas son necesarias para atar los cordones del zapato.
La actualidad del Club de lectura en diciembre, gira en torno a Antonio Muñoz Molina, y sorprende gratamente comprobar cómo el discurso de la obra se mantiene sin escorarse a babor o estribor, al margen de los embates de las ideas. Tendencia esta al parecer irresistible en tertulias y artículos de opinión.
Cierto es que estamos ante un ensayo: visión particular del autor sobre un tema,  y que por tanto no pretende soluciones ni estudios exhaustivos de las cuestiones que plantea, sino proporcionar una herramienta para la reflexión y a nuestro juicio, Todo lo que era sólido promete confirmar la teoría. Nos parece un apunte sólido la necesidad de abandonar el cainismo de la dos Españas

Adjudicarse como exclusivo el marchamo de españolidad, progresismo o democracia, viene a ser como negar la evidencia de que lo contrario existe. Nadie es más español que nadie, ni deja de serlo por amar su cuna y su lengua. Progresismo suele identificarse con la libertad individual, y opuesto al Conservadurismo, el término varía en función del país y la historia; tanto uno como otro a la hora de calzarse debían de colaborar para ajustar el cordón al zapato del consenso. El día 15 de junio de 1977 (primeras elecciones democráticas desde la Guerra Civil) con mayor o menor interés, todos nos matriculamos en “Democracia”. La democracia tiene que ser enseñada.  Lo natural no es la igualdad sino el dominio de los fuertes sobre los débiles. Como afirma Muñoz Molina, debemos emplearnos en asimilar nuestra lección diaria de democracia. No se nace demócrata.

Todo lo que era sólido invita eliminar la "separación" (apartheid en afrikáans) por el camino de la reflexión.


miércoles, 4 de diciembre de 2013

Renovarse o morir


                                          Ballet nacional de España

La España de comienzos del XX, mantenida en la superstición y el analfabetismo por políticos y burgueses, no era el país, entretenido y festivo de las zarzuelas de la época. Era el triste resultado de no haber participado en los movimientos que trajeron la modernidad a Europa (la Reforma, el Racionalismo, el Empirismo y la Revolución Industrial). Los  españoles de entonces sobrevivían de una industria escasa y explotadora y  de una  agricultura insuficiente.

A excepción del gobierno de Maura, los gabinetes duraban cinco o seis meses. El aislacionismo y la exigua fuerza diplomática, política y militar  llevó al gobierno a  la neutralidad en la I Guerra Mundial  lo  que generó cierta productividad y auge industrial, sin embargo la Guerra provocó la repatriación de emigrantes hizo aumentar el paro y los salarios crecieron por debajo de los precios;  los beneficios fueron para las fortunas especulativas. El Desastre de Annual, los nacionalismos el autoritarismo y la falta de reflejos del rey, entre otras cosas dieron paso a la dictadura de Primo de Rivera.
En otoño de 1929 tras diez años de riqueza y exceso se produjo el desplome de Wall Street arrastrando en su caída a la peseta.
En 1930 Primo de Rivera dimite, en 1931 Alfonso XIII deja el trono y abandona España. El sistema caciquil  había llegado a un límite insostenible y tras las elecciones se proclama la II República española. Tres gobiernos la dirigieron hasta abril de 1939 dando paso a la dictadura de Franco.

La historia a partir del 39, volvió a repetirse, aislacionismo etapa autárquica plan de estabilización apertura al exterior auge económico e industrial. La población española aumentó  en diez años  más que en los veinte anteriores.

Sin perder de vista este legado abordaremos la lectura de Todo lo que era sólido de Antonio Muñoz Molina, un ensayo al que nos auto-invitamos y al que asistiremos cada uno con su particular traje conceptual y moral. No debiéramos olvidar que al igual que muchas de las ciudades costeras de nuestra querida España, hemos vivido durante años de espaldas al mar ignorando las posibilidades de nuestro patrimonio.

sábado, 30 de noviembre de 2013

La España castiza


Jurando la Constitución: Joaquín Sorolla

La última de las galletas puesta en contacto con el café con leche, pasó a engrosar la improvisada papilla, sus predecesoras, estaban literalmente diluidas en la mezcla. Entre pulgar e índice, la porción superviviente esperaba con resignación su, en cualquier caso, trágico destino.

-María Cristina, Isabel, Borbón, Habsburgo, Dos Sicilias. ¡Menudo cacao mental!

-¿Decías algo?

-Luisa Carlota ….

- ¿Todavía estas con eso? Voy en busca de algo que te ayudará. No es complicado.

-Para ti. ¡Yo no soy de Historia! Veras, investigando en torno  a 1837 he encontrado tres María Cristina, una Isabel y todas han sido regentes.

La porción superviviente formaba ya parte del naufragio, la taza había perdido el entusiasmo calórico del microondas y el vaso de zumo igualaba su temperatura a la de ambiente.

-Tranquilo. Vamos a ver: primero tenemos a María Cristina de Borbón Dos Sicilias, cuarta esposa de su tío Fernando VII, madre de Isabel II  y regente como tu bien dices durante siete años. Luisa Carlota era su hermana

-Esta María Cristina es la de la rebelión en la granja.

-Bueno, sí. Pero di mejor el motín de La Granja o los sucesos de La Granja.  Lo interesante es que, tres meses después de morir su marido Fernando VII, María Cristina contrajo matrimonio morganático con…

-¿Morga… que?

-Morganático: de rango social muy distinto.

-O sea. Como el de los nuestros.

-Algo así. Se casó con Agustín Fernando Muñoz un miembro de la guardia de corps, tuvieron cinco hijos y tres hijas.

-¡Qué fieras! Estos serán  los famosos Muñoces.

-¡Exacto!  Sigamos con las Cristinas.  María Cristina de Habsburgo fue la segunda esposa de Alfonso XII. Su vida no fue feliz. El día de su boda lucía un tocado de perlas igual que la reina Mercedes las perlas llaman a las lágrimas y traen mala suerte –oyó a su espalda.
Con motivo de la boda se anunció en el Teatro Real la representación de La favorita de Donizetti, lo que provocó comentarios jocosos por parte del pueblo habida cuenta la fama de Alfonso XII.
A última hora La favorita se sustituyó por Los hugonotes y  el chiste fácil aireó el nombre de la contralto Elena Sanz, relacionándola con el rey.

- Pues sí que empezó bien la de Habsburgo.

-Eso no es todo, las indiscreciones palaciegas hicieron saber a María Cristina que el rey por la noche recorría tabernas y tugurios.
Las relaciones con Elena Sanz no se interrumpieron y el escándalo aumentaba siempre le gustaron las mujeres metiditas en carnes, la austriaca no es su tipo –se comentaba en las tabernas.
El rey no era fiel ni a su esposa ni a sus amantes. La cantante Elena Sanz tuvo un hijo al que puso por nombre Alfonso y se comentaba que, Isabel II, la madre de Alfonso XII  mantenía correspondencia afectuosa con Elena.
La cantante Adela Borghi, “La Biondina” fue otra acompañante pública y notoria del rey.

-Desde luego no es para ser feliz.

-No, no lo es. 

-Total que Muñoz era un fiera y este una pieza, pero me falta otra Cristina, yo encontré tres.

-Supongo que será la reina de Cerdeña que  también s llamaba María Cristina de Borbón Dos Sicilias. Esta no entra en el lote.

-Estas muy puesta, casi no has mirado el libro. Bueno, releo las cartas de Don Beltrán para ver si me aclaro y te dejo la novela. Gracias.

- De nada, pero primero termina el desayuno
- Echaré más galletas. No hay mal que por bien no venga      

viernes, 29 de noviembre de 2013

Movilidad



Con la invención de la rueda el objetivo de  salvar la distancia (movilidad) que nos separa de los lugares donde satisfacer nuestros deseos o necesidades se vio considerablemente favorecido. Carro carreta, carroza con la revolución industrial fueron sustituidos -en España- por Hispano Suiza, Biscuter o el adorable “Seiscientos” que aun luce orgulloso por nuestras calles.

La movilidad está de moda. La  hay sostenible, reducida, laboral, funcional, geográfica, tecnológica…., parece fruto de nuestro tiempo pero es tan antigua como la vida misma; solo que, como el “Seiscientos”, ha evolucionado.

Autobús, metro, cafetería, cine, biblioteca, incluso en clase, por poner algún ejemplo, en todos estos lugares hay saturación de “movilidad”. A poca atención que prestemos, nuestro entorno abunda en ella. Basta mirar con disimulo y comprobaremos que Smartphone, iPhone, Tabletas, iPad, BlackBerry, incluso celulares convencionales nos rodean. Dedos ágiles -y no tanto- se afanan en pulsar, pellizcar o acariciar con más o menos acierto pantallas y teclados. ¡Lo que hubiera dado Filípides por tener WhatsApp y no correr desde Maratón hasta Atenas!

La “movilidad" celular se convierte en ocasiones en una auténtica pesadilla. Olvidamos en casa con más facilidad las llaves o la cartera que el móvil. Este, en justa correspondencia al cariño que le profesamos interrumpe las tertulias, la comida, la siesta. Nos persigue hasta en el baño.
Claro está que también salva vidas y situaciones comprometidas.

Imagen: Jesús_1233




lunes, 18 de noviembre de 2013

La estafeta romántica. El devenir de los personajes


Abadía en el robledal Caspar David Friedrich

El bosque onomástico de La estafeta romántica, no debe impedirnos apreciar su singularidad,  con la inclusión de tan nutrido grupo de personajes Galdós puede introducir opiniones coincidentes en unos casos, contradictorias en otros, trazando una imagen -irónica si se me permite- del romanticismo español y establecer mediante las cuestiones particulares, en extremo románticas de muchos de los personajes, relación con los acontecimientos del periodo.

La figura del personaje principal Fernando Calpena carente de de iniciativas y obligado a obedecer, está presente como “sujeto” ya en la primera carta y nominalmente desde la segunda, pero cede importancia en beneficio de la narración en conjunto.

La literatura, con sus autores, obras e intenciones captada por los personajes novelescos a su arbitrio es parte importante de este Episodio, con lo que se logra que el lector viva y se implique en la sociedad romántica que, admítase o no, influyó en la realidad de nuestra historia.

Voy a permitirme una libertad. Todas las cartas están y parecen hechas por la misma pluma. Tal vez a diferencia de la mujer del Cesar no debiera parecerlo.

Y, así, sin afirmarla por falsa o verdadera, la escribo. Tú, letor, pues eres prudente, juzga lo que te pareciere. (Don Quijote II-XXIV episodio de la cueva de Montesinos).

miércoles, 13 de noviembre de 2013

La estafeta romántica, en busca de nuevas claves.


Sátira del suicidio por amor. Leonardo de Alenza

Deseosos de conocer cuanto sucede en el bosque de La estafeta romántica dejamos de lado la intrincada vegetación de  personajes novelescos. La trama de Galdós tiene, necesariamente, que aportar otras claves en este Episodio.

La primera misiva está fechada En La Guardia a 20 de febrero de 1837, curiosamente siete días después de la muerte de Larra:  era lunes de Carnaval, ya anochecido, Larra recibe a Dolores Armijo que viene acompañada de su cuñada. Ha venido a rechazar cualquier posibilidad de arreglo. Cuando salen las dos mujeres de la casa y todavía no van lejos, se oye un disparo. Curiosamente en la posdata de la carta se da cuenta del suceso.
Rastreando en los Episodios, Larra aparece en varios, y siguiendo la obra de Galdós el tema del suicidio, tampoco es nuevo. No resulta por tanto ocioso retomar de nuestra anterior entrada el controvertido suicidio del que hay dos versiones opuestas. Una que desde la moral, lo condena cargando la responsabilidad al carácter, o la formación espiritual. Otra que ve en tan grave decisión libertad, romanticismo, ideología, en resumen un mártir por la causa.

Galdós apunta ambas teorías por medio de diferentes personajes y las cartas que escriben, negando en unas lo que proclama en otras. Las cartas que intercambian María Tirgo y Juana Teresa (Uno y Dos) centran el suicidio en el arrebato sentimental de un romántico.

Uno
Ello es que se ha suicidado, pegándose un tiro en la sien, un joven de talento y fama, por despecho amoroso, de la rabia que le dieron los desdenes de su amante, la cual es casada […].Ya vemos que es romántico el que se mata porque le deja la novia o se le casa.

Dos
Mariquita mía, ¿estás en Babia? El que se ha suicidado en Madrid es Larra” “un escritor satírico de tanto talento como mala intención, según dicen, que yo no lo he leído ni pienso leerlo.

En ambas Larra es la iconografía del romanticismo emocional y sentimental si bien quedan, en cierto modo más ridiculizadas las rechazantes que el rechazado.
En la carta Cuatro se pone en boca de la mayorazga Demetria dechado de perfección y cultura y conocedora por tanto de la obra de Mariano José que.

El difunto suicida era un hombre que con su propio pensamiento, como la cicuta, se amargaba y envenenaba la vida.

La frase puede suponer  la consideración de interés y preocupación por el futuro de España, tema de sus numerosos y críticos artículos firmados bajo el seudónimo de Fígaro.
A estas consideraciones puede añadirse un colofón: Galdós quiere destacar la valía de Larra, y así en la carta Siete el “diálogo” entre Fernando y Larra es significativo.

¿Verdad que era yo un gran escritor? Has sido único, Mariano –le dije–

Y refuerza esta tesis en la Once.

Aún nos parecía mentira que del primer ingenio de nuestra época no quedase más que aquel despojo miserable. ¡Veintiocho años de vivir!... ¡Y verle allí mudo, inerte; su arte y pluma enterrados con él!

Buscando en la obra de Don Benito más allá de la onomástica hemos llegado a estas reflexiones  sobre el controvertido suicidio. Es evidente la intencionalidad del autor de -utilizando una frase con tendencia que diría Muñoz Molina-  poner en en valor la figura de Mariano José de Larra.
Con seguridad hay otros puntos de vista.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Larra y otros episodios en versión epistolar. La estafeta romántica, B. Pérez Galdós


Ni con el paso del tiempo los grandes autores dejan de sorprender, siempre, de una u otra forma son actualidad.
Al menos nominalmente tanto Don Benito Pérez Galdós como los Episodios nacionales son conocidos por gran número de españoles, no tanto el contenido de estos y presumiblemente menos el Episodio que nos ocupa. Cada propuesta de nueva lectura es un reto y La estafeta romántica no es cuestión baladí. Paso previo es la visita al librero, primera toma de contacto con café incluido si procede.

- Quería La estafeta romántica de Galdós
- Veamos… te lo tengo que pedir
- Vale. ¿Sabes de qué va?
- No del todo, conozco La campaña del Maestrazgo. Una reseña referida a los protagonistas decía: “si no te matan unos te apalean otros” y así era. Creo que La estafeta está relacionada pero, no, no la he leído.
- En cualquier caso cuando lo recibas me avisas.
- ¡Descuida!

Copio de la contraportada: “Benito Pérez Galdós se sirvió de los Episodios nacionales para recrear la compleja vida de los españoles”. Compleja. La sensación de haber llegado tarde a la película confirma la posible vinculación de este episodio con anteriores, el lector se pierde en principio en el fárrago de nombres “de doña María Teresa a doña Juana, de la señora marquesa a doña María, de don José María al señor. Marqués…” Tentado está de elaborar un árbol genealógico (no sería la primera vez).
  
Vamos perdiendo el miedo a la complejidad que se difumina  -siempre a juicio de este lector-  con la cercanía geográfica (La Guardia, Villarcayo, Cintruénigo), los enredos amorosos, los episodios históricos que se adivinan (Carlos I / V, la guerra carlista) y el romanticismo que declara el título en el que se apuntan algunos personajes como Mariano José de Larra y su controvertido suicidio del que Antonio Machado cien años después escribiría: “fue un acto maduro de voluntad y de conciencia. Se mató porque no pudo encontrar la España que buscaba, y cuando hubo perdido toda esperanza de encontrarla". Sea por esta u otras razones unos consideran a Larra mártir y otros víctima de la sociedad. En cualquier caso el romanticismo es un callejón sin salida.

Los Episodios nacionales son muchos -cuarenta y seis- y la disponibilidad poca, supone -decíamos- un reto que podría ser aceptado en verano.


jueves, 31 de octubre de 2013

Sin nombres ni fechas. Intemperie


Tener nuestras propias fechas -cumpleaños, aniversarios- nos parece obligado y necesario, también lo es o al menos nos lo parece compartir otras -fiesta del pueblo, Navidad e incluso ¡Halloween!

En estos complejos tiempos en los que la NSA “hackea” los servidores de Google y Yahoo, al santoral le ha salido competencia: día de la no violencia, día del Hábitat, día de la salud mental…, todos los días tienen su afán. Tal vez por estas u otras razones cuando nos situamos “A cielo descubierto, sin techo ni otro reparo alguno” (definición de intemperie en DRAE) reaccionamos en principio con cierto rechazo ante un mundo cerrado sin nombres ni fechas, como se define en la contraportada la novela de Jesús Carrasco.

El nombre es necesario para identificar a las personas. Si lo que intentamos es definir, comprender, el apelativo es prescindible. Con las fechas ocurre lo mismo, música de los 60 nos lleva directamente (depende de gustos y tendencias) a, por ejemplo, Puente Sobre Aguas Turbulentas de Simon & Garfunkel, o a Black is Black de Los Bravos. Aquel tema del primer guateque, el primer beso, aquella letra por la que nos dimos la mano; no importa el lugar sino lo que allí sucedió.

Tampoco en Intemperie hay lugar ¿Hacía falta?


jueves, 24 de octubre de 2013

Mimetismo, Intemperie


Cuando una cadena consigue éxito de audiencia con un programa genera en la competencia una capacidad mimética de producción directamente proporcional que, cuando menos, confunde al espectador y el mando a distancia, tan útil para el zapeo, pierde lo más granado de su función por la repetición de temas. Normalmente el programa exitoso ocupa un espacio virgen, o sin descubrir, o sin explotar que estaba ahí.

En narrativa, el escaparate del librero, las páginas culturales y ¡Cómo no! las entrevistas en prensa radio y televisión son como  un mando a distancia para que los editores muestren al lector el filón descubierto o los sucedáneos correspondientes a fin de explotarlo debidamente.

Intemperie es una novela de éxito inmediato naturalista, descriptiva rica en imágenes que conduce al lector manteniendo la tensión de principio a fin y viene a ocupar un espacio no  explotado que pudiera llevar a través del mimetismo de lo anecdótico (persecución, hambre, sed, sufrimiento, resignación) a la multiplicación de la especie, tal vez no en el mismo autor, pero quizá si en el seno editorial, mecenas al fin, cuyos designios son inescrutables.
Esperemos.


Imagen: Mimetismo. Lastro - Cintia Clara Romero

jueves, 17 de octubre de 2013

Cineclub, Bergman e Intemperie

Tiempos modernos: Charles Chaplin

El cine, en su infancia y adolescencia, vivió como espectáculo, alcanzada la mayoría de edad coqueteó con la literatura significándose ya como arte séptimo. De alguna manera, literatura y cine tienen el objetivo común de contar historias sirviéndose de la palabra y la imagen.

Intemperie es palabra. Rica en términos, precisa, descriptiva, agobiante a veces, dramática y desesperanzada. Con su lectura hemos revivido el cine de Bergman, encontramos un paralelismo no en el argumento, si en las sensaciones, en simbolismos como: la imagen de una humanidad desesperada y triste en El manantial de la doncella, el ser humano frente a la vida y el “Silencio de Dios” en El séptimo sello, la reflexión sobre la experiencia y la filosofía de la vejez en Fresas salvajes.

La narración escrita de Carrasco se asemeja a la visual de Bergman: lenta y desesperada en ambos casos, busca con premeditación dar tiempo al lector/espectador para la reflexión. En ambos, la limpieza del lenguaje aleja de la monotonía. En ambos, en fin, la vuelta atrás (flashbacks) ayuda a situarse en el conjunto de la obra.

Y…., ya está.

Cuatro años en la Web


Plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro.

Al margen de si este es el orden de la cita la primera de las exigencias es factible prácticamente a cualquier edad con un poco de ayuda y el ser vivo plantado requerirá pocas atenciones, según la especie podrá desarrollarse normalmente solo. Tener un hijo ya es harina de otro costal, requiere la edad fisiológicamente necesaria y la obligación de cuidarlo, mantenerlo y educarlo, afortunadamente y a pesar de que la tasa de fecundidad española es de 1,36 por mujer, madres hay más que escritores. Escribir es moneda de uso diario, está al alcance de cualquiera, ser escritor no, entonces… ¿qué hacer para cumplir el tercer requisito?

-      Tú también puedes hacer un blog –dijo.

Corría octubre del 2009, guardé -sin respuesta- la sugerencia y el día 17 del mismo mes El Alfoz se asomaba a la Web 2.0 con mil dudas, no pocas indecisiones y mucha osadía. Hoy, cuatro años después, gracias a la protección de cuantos le visitan, continua editándose en el espacio virtual con menos dudas y el mismo o mayor atrevimiento. Admitido pulpo como animal de compañía quien esto escribe y cambiando libro por blog, considera cumplida la tercera de las exigencias.


Disculpad los errores cometidos. Os quiero. Muchas gracias

sábado, 12 de octubre de 2013

Las Vanguardias, a vueltas con el arte


Jackson Pollock trabajando

Un tema de conversación es elemento indispensable cuando el aroma del café alegra la tertulia. Hay asuntos escabrosos  -mejor no tocarlos- y otros simplemente polémicos. En el fragor del cambio de opiniones hablando de arte no suele faltar la frase “arte con mayúsculas”, que parece, por lo asumido, un axioma pero no lo es tanto.
Hablamos con frecuencia de artes liberales, artes marciales, arte de la pesca, artes decorativas…, arte, ¿qué es arte?, el tema ha ido evolucionando como y con la humanidad. En su primera acepción hacía referencia a las disciplinas exclusivamente intelectuales en detrimento de las destrezas prácticas, entendiéndose entonces como tales la arquitectura, escultura y pintura.
El arte moderno tuvo su principio con el Manierismo y a partir del siglo XX los “ismos” se sucedieron vertiginosamente dando lugar a nuevas tendencias artísticas que rompieron con la tradición anterior.

Sembrado el cisma es difícil tras contemplar (por ejemplo) el Suprematismo dinámico de Malevich o los Dripping de Pollock, evitar pensar en la similitud del primero con los recortes de cartulina que el encuadernador guarda para emergencias, o la concordancia entre el segundo y nuestra torpeza al dejar los botes de pintura sobre el alféizar antes de cerrar la ventana.

Se han roto los moldes del arte, las Vanguardias no buscan permanecer si no provocar, y lo han conseguido. Tal vez no se nos ha educado para comprender este arte, tal vez sea menos comprensible que  comercial, no sé. Lo evidente es que infinidad de objetos que nos rodean, y adornan nuestras paredes son Vanguardia.  Se han roto los moldes. Quizás era necesario romperlos.  

jueves, 10 de octubre de 2013

Las comparaciones y el texto. Intemperie


Expresiones como: “valga la redundancia” o “las comparaciones son odiosas", se descalifican por sí mismas. Si la redundancia no aporta nueva información, no redundemos.  Si comparar es detestable, no comparemos. El recorrido hoy por Intemperie de Jesús Carrasco, nace a la luz de las (quizá fuera más acertado decir fuentes) comparaciones. Tal vez por lo sorpresivo del éxito, o por la condición de debutante, o por política editorial, o vaya usted a saber, lo evidente es que, la nómina familiar adjudicada a Intemperie resulta notoria: Hernán Rivera, Miguel Delibes, Cormac McCarthy, Raymond Clevie Carver, Ignacio Aldecoa….

A través del agujero de arcilla de este espacio no acertamos a posicionarnos sobre la legitimidad o adscripción de tal familia por esto nos  alejamos como liebre acosada por hurón de estas etiquetas, y tomando por bandera que hay tantas obras como lectores, nos atrevemos a decir que  lo más importante en la novela no es lo que el autor dice, si no como lo dice. Las cinco primeras palabras marcan ya el ritmo de la historia. En el espacio de 213 páginas con caracteres aptos para ligera presbicia, construye, en prosa impecable con tintes de poesía una trama capaz de colocar al lector en estado de tensión. Algunas claves que posteriormente se confirman, aparecen ya en las primeras páginas:

La estampa del padre, solícito y servil, volvió a su mente en compañía del alguacil. Una escena que, como ninguna otra provocaba en su cuerpo desórdenes de todo tipo.


En páginas posteriores hay señales de un desarrollo futuro, pero solo es eso, una intuición que confirmaremos o rechazaremos. La tensión narrativa se mantiene, el lector-espectador se obliga a continuar la lectura, y esa es otra seña de identidad que justifica la instantaneidad del éxito.

jueves, 3 de octubre de 2013

Jesús Carrasco, Intemperie.


“Desde el agujero de arcilla“de este espacio nos asomamos a Intemperie de Jesús Carrasco con algunas incógnitas que esperamos resolver tras la lectura completa de la novela y las aportaciones del Club de Lectura que desde La Acequia dirige el profesor Pedro Ojeda.

El libro, que triunfó en la feria de Fráncfort antes (octubre 2012) de editarse en España (enero 2013), apenas si tiene diálogo hasta alcanzar el ecuador de su desarrollo y transcurre en medio de un paisaje hostil en el que sobrevivir es un éxito.

Las páginas culturales y revistas especializadas abundan en calificativos como: hermoso debut, conmovedora, maravillosa, extraordinaria, emocionante…. La impresión tras los primeros capítulos es de sobreabundancia descriptiva, detallista y minuciosa, seguramente para conducir al lector al espacio previsto por el narrador.

En la solapa de la contraportada, se dice que estamos ante la riqueza de Delibes. Este humilde lector piensa que si bien Carrasco cuenta y describe muy bien -sería absurdo negarlo-  no penetra como Miguel Delibes en el alma de los personajes.


Avanzaremos en la lectura y resolución de las incógnitas con la ayuda del Club.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Radio España independiente


Transmite: Radio España independiente, estación pirenaica.

En contra de lo que es frecuente, recuerdo la letra, pero no la sintonía. ¡O no la había! Radio nacional sí la tenía, con ella se iniciaba “el parte”, así llamaba padre al noticiario de los años 50 que sí se podía oír, es más, se oía; no todos los vecinos tenían radio. Se podía pagar a plazos, cada entrega se apuntaba en una cartilla hasta que acababas. ¡Ahora ya es nuestra! dijo madre un día mostrando la cartilla completa.

Era clandestina, lo sabía porque padre por las noches, antes de la cena nos mandaba callar a todos también a madre. Ponía la radio muy baja y sentado en la mesa pegaba el oído al aparato que sobre un estante presidía la cocina. Un día le oí decir a mi tío: Radio España independiente es clandestina, emite desde Moscú, ¡ten cuidado!, pero padre, cada noche volvía a sentarse en la mesa.

Otro día, mi tío que sabía mucho dijo algo de la Pasionaria y que “La Pirenaica” cambiaba de frecuencia para evitar interferencias del gobierno. Los ruidos –decía padre.

Tardé un tiempo en comprender todo, pero nunca dije nada. Ni a Blas, mi mejor amigo.