Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

martes, 14 de enero de 2020

EL PARTICULARISMO DE: ESPAÑA INVERTEBRADA, DON JOSÉ ORTEGA Y GASSET



Pintura de José Garnelo Alda (Museo Naval de Madrid)

Nada más arriesgado que el intento de «poner música» a la letra con la que en 1921 don José Ortega y Gasset bajo el certero título de España invertebrada ponía de manifiesto la «grave enfermedad que [ya de antiguo] España sufre». Por tanto nos limitaremos a –entresacados del ensayo– apuntar algunos párrafos por lo que tienen de actuales e ilustrativos.

En referencia a catalanismo y el bizcaitarrismo[1] como movimientos, dice:
Ambos no otra cosa que la manifestación más acusada del estado de descomposición en que ha caído nuestro pueblo (pág. 65).

Catalanismo y bizcaitarrismo no son síntomas alarmantes por lo que en ellos hay de positivo y peculiar –la afirmación «nacionalista»– sino por lo que en ellos hay de negativo y común al gran movimiento de desintegración que empuja la vida toda de España (pág. 91).

Hablando de los Poderes Públicos:
¿Qué nos invita el Poder público a hacer mañana en entusiasta colaboración? Desde hace mucho tiempo, mucho, siglos, pretende el Poder Público que los españoles existamos no más que para que él se dé el gusto de existir (pág. 69).

Qué decir de la convivencia..., a nivel de país o estado:
La convivencia nacional es una realidad activa y dinámica, no una coexistencia pasiva y estática como el montón de piedras al borde de un camino (pág. 72).

O de gremios profesionales:
¿Es que el militar se preocupa del industrial, del intelectual, del agricultor, del obrero? Y lo mismo debe decirse del aristócrata, del industrial o del obrero respecto a las demás clases sociales. Vive cada gremio herméticamente cerrado dentro de sí mismo (pág. 74).

En estos o cualquier caso –propone– debiera de primar la tolerancia y el entendimiento:
Una nación es, a la postre, una ingente comunidad de individuos y grupos que cuentan los unos con los otros. Este contar con el prójimo no implica necesariamente simpatía hacia él (pág. 79).

Una sociedad atacada de particularismo (cito a don José pág. 80) prescinde de los demás contemplando al Poder Público como mal necesario de menguada capacidad. La consecuencia es que las instituciones que debieran unir, separan. Ello lleva al autor a preguntarse porqué «España pueblo de tan perfectos electores se obstina en no sustituir a esos perversos elegidos».

Joseph de Maistre (1753-1821), teórico, político, filósofo saboyano sostuvo que: Cada país, pueblo o nación, tiene el gobierno que se merece.

Bernard Shaw (1856-1950), dramaturgo, crítico y polemista irlandés puntualizó: La democracia es la forma de gobierno en la cual los gobernantes no pueden ser mejor que los gobernados.

André Malraux (1901-1976), novelista, aventurero y político francés modificó la frase: No es que los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen.

La asamblea de representación popular a la que llamamos Parlamento debiera ser, atendiendo a don José, un organismo de convivencia, entendimiento, consenso y pacto; en lugar de esto, el espectáculo que día sí día también se nos ofrece a través de los medios de comunicación viene a ser una suerte de «cancha» de enfrentamiento personal y agresivo.

A la espera de que razón y vertebración se produzcan en esta nuestra España de hoy, no tan diferente de aquella de 1921, seguimos leyendo a don José Ortega y Gasset.

Peor que tener una enfermedad es ser una enfermedad. Que una sociedad sea inmoral, tenga o contenga inmoralidad, es grave; pero que una sociedad no sea una sociedad, es mucho más grave. Pues bien: éste es nuestro caso. La sociedad española se está disociando desde hace largo tiempo porque tiene infeccionada la raíz misma de la actividad socializadora. (España invertebrada, pág. 98).



[1] Bizkaitarra: periódico nacionalista vasco editado por Sabino Arana Goiri entre 1893 y 1895

3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

En su análisis de la situación fue muy lúcido Ortega y supo describir el problema como pocos, en efecto.

Sor Austringiliana dijo...

Esperemos que vayamos sanando de esas enfermedades. Una construcción teórica que nos hace pensar en situaciones reales y concretas, algunas muy recientes. 😘

La seña Carmen dijo...

No deja de ser curioso que el nacionalismo vasco se vincule directamente con un periódico, del que por cierto sabemos bastante poco, dirigido por el que se considera el padre del nacionalismo vasco.

Parece decirnos Ortega que el nacionalismo vasco no dejaba de ser un movimiento de arriba abajo.