En
Chicos revista infantil española
publicada entre 1938 y 1955 –época dorada del tebeo español– uno de los
personajes de cuyo nombre no puedo acordarme, decía «lo veo todo claro». La
viñeta siguiente estaba en blanco con una nota aclaratoria «Explicación para niño
tonto: esta viñeta está en blanco porque el inspector lo veía todo claro».
En
estos días previos al síndrome postvacacional en que las redes sociales venidas
a publicación periódica rebosan de imágenes (viñetas) lúdico- placenteras, en
estos días, me asedian las páginas en blanco; caminan junto a mí. Se sientan
conmigo cuando en la sombra del castaño busco refugio. En el duermevela de la
siesta agostera me sonríen burlonas y como perro fiel y obstinado me siguen en el paseo
vespertino pidiendo –sin resultado– un garabato.
Es una sensación estacional, un espejismo, un azar, no la antesala
del olvido o el anuncio de un desahucio.
Hoy,
sin saber por qué, he atrapado a una de mis perseguidoras emborronándola con un
¡hola, hasta pronto! Tal vez en unos días lo vea todo claro.
2 comentarios:
Las páginas en blanco tienen muchas letras.
Besos
Lo único bueno del síndrome dichoso es que voy a verte en los próximos días, Paco.
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