Dodge 3700 GT
(1971-1977)
Parte
de las lecturas de este curso han discurrido por la senda de un pasado próximo que, de cerca o a cierta distancia, muchos hemos vivido.
Patria plantea la división en buenos y
malos de una comunidad, la vasca, cuya plausible cohesión social rota por el
fanatismo político, condujo al acoso de los considerados «diferentes».
A sangre y fuego, escrito en 1937, huye
sabiamente del guerracivilismo para situar al lector en el conflicto del 36
retratando tanto a la izquierda como a la derecha desde una óptica antifascista
y antirrevolucionaria.
Media vida,
recorre con experiencias de mujer el camino que va de un internado de los 50
(también había monjas buenas –dice Care Santos–) a situaciones tan nuevas, treinta
y un años más tarde, como la ley del divorcio.
A la inquietante grieta de portada, se asoman en Pasos en la Piedra (última lectura del curso) personajes tan significativos como el Gobernador Civil –Dodge Dart incluido– de una pequeña ciudad de provincia que vive
intensamente la Semana Santa en un abril de 1977.
«La
primera luna llena de primavera lleva corona de espinas. Se parece a un planeta.
Hay un pájaro solitario capaz de remontar el vuelo hasta su altura y arrancarle
la espina más honda».
José Manuel de la Huerga, Pasos en la Piedra.
Cuatro
ocasiones de revivir el pasado próximo.
5 comentarios:
Soñamos con un tiempo de piedra con coches americanos despampanantes y gobernadores civiles de gafas negras.
¿ Y Brillante?
Besos, Paco.
Gracias, amigo, por ese flamante Dodge del señor gobernador civil.
Gracias por esa buena compañía literaria,
JMdelaHuerga
Esos coches que daban cierto temor a quien los contemplaba... Excelente arranque de comentario, Paco.
Ya has empezado a dar pasos en la Piedra, ¡qué bien!
yo voy por el viernes, aunque hoy sea martes :-).
Besotes
Me quedo con el comentario que te oí directamente: "Llegué al dodge por el conductor", y la excelente explicación que diste sobre los banderines que nos llevaron al dodge de Carrero Blanco.
Y todo ello me llevó al comentario de mi tía cuando el funeral por Carrero: "Tenían que estar también el conductor y el escolta, uno a cada lado".
Ocasión habrá de rememorar el pasado próximo con esta lectura. Afortunadamente todavía nos queda la memoria y la Wikipedia.
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