Fiesta aldeana (Brueghel el Viejo)
Juana
I de Castilla: viuda a los veintiséis años, madre de seis hijos de los que vive
desde muy pronto separada y acorralada por el poder. Así, en apenas dos líneas
queda resumido en el prólogo de Juana, la
cautiva de Tordesillas (evito deliberadamente el epíteto que acompaña a su
nombre) el contenido de la biografía de una mujer singular que –a mi juicio–
puede leerse como novela.
Poco
me atrevo a aportar a la magnífica labor del profesor Fernández Álvarez,
autoridad indiscutible en la historia de la España del XVI. Si acaso subrayar
alguna curiosidad.
Salvado
el hecho de que los matrimonios eran organizados e impuestos por los padres,
Juana en agosto de 1496 emprende viaje a un lugar desconocido en busca de un
prometido desconocido cuyo idioma no entiende. El 8 de septiembre desembarca en
Holanda; la más elemental regla de cortesía pide que su futuro la espere en el
puerto, pero no. El encuentro no se produce hasta el 12 de octubre.
Primera
curiosidad: en semejante situación la reacción previsible de cualquier novia
sería desencanto, pesadumbre, rabia, impotencia..., pero tampoco. Juana, la
niña de dieciséis años reacciona mudando a mujer terrible. Se desata la pasión
en ambos y la pareja busca «consumar» de inmediato. Tal vez la juventud, la
exuberancia de los bosques o la vitalidad erótico-festiva de su nueva patria
expresada por Brueghel el Viejo en su cuadro La fiesta aldeana transformaron a la Condesa de Flandes.
5 comentarios:
Recuerdo haber leído dos biografías de La cautiva de Tordesillas y fue esta que mencionas de Fernández Álvarez la primera que degusté. El segundo plato, no tengo ahora idea de quién era su autor, pero sí en mi memoria está, el que distaba mucho de ser tan buena la biografía como la de este libro que comentas. Es más de La cautiva de Tordesillas recuerdo casi todo y del otro no recuerdo nada. La memoria es selectiva y en este caso, para lo bueno.
Besos
Qué buen inicio.
Estos grandes personajes de la historia que sufrieron son pasto de interpretaciones divergentes. Uno de los cuidados que hay que tener al aproximarnos a ellos es procurar no llevar allí la mirada del XXI. Veremos qué nos pasa al aproximarnos a Juana, demenciada o no (en ambos casos, apasionante).
Gracias por la comprensión a mi paréntesis.
Yo pienso que sería una salida a la pura desesperación. ¡Pobre niña entre extraños! A saber...
Su padre, su marido y su hijo. Les convenía la locura de Juana.
Un abrazo
Tu inicio, Paco, hace que desee aún más
que me llegue el libro por avión.
Fernando era hermoso y joven
y ella era hermosa y joven
y dos más dos son cuatro
jajajajaja
Besos
Post data:
sobre vuestros comentarios en casa el 8,
decirte que le puso uno a Begoña agradeciendo
su visita que me sorprendió, emocionó y encantó,
Besos x2
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