Semblanza
gráfica de «Alas – Juan» carduelis adulto vigila a un juvenil
****
-¿Existe el escalofrío mental? (Olvídalo, no
me hagas caso).
La
sobrecubierta del libro y algunas reseñas previas –relámpago y trueno– provocan
en el desocupado lector un escalofrío ¿razonable?
Barrio de Piedra pequeña ciudad de la
meseta vive con intensidad la Semana Santa de 1977. Tras legalizarse el PC en
Sábado Santo, aflora el larvado conflicto entre las tradiciones locales y las
ansias de libertad.
Pasos en la piedra, José Manuel de la Huerga.
De
la Huerga explica:
[…] el denominado «Sábado Rojo», día que
«se legalizó el Partido Comunista, con lo que se vivían momentos de libertad y
aires nuevos para la democracia», que se mezcla con las «tradiciones de la
Semana Santa».
La Razón, Castilla y
León (09 marzo 2017).
Semana
Santa, «Sábado Rojo», PC legalizado…, con la Iglesia y el Gobernador Civil
hemos topado, amigo Paco –me dije– ¿saldrá otra vez el 36?. Pensé apenas
leída la segunda cita en la portadilla:
«En España
todas las primaveras viene la muerte
y levanta las cortinas.»
FEDERICO G. LORCA / JOSÉ VAL DEL OMAR
-Paco: respira hondo y vuelve a las reseñas. Con la
precipitación, nunca buena consejera, has dejado la noticia principal en
segundo plano. Lee:
El leonés José Manuel de la Huerga se
ha alzado ganador de la XV edición del Premio de la Crítica de Castilla y León,
con su obra Pasos en la piedra. El
autor ya había estado nominado al mismo premio en cinco ocasiones anteriores.
El Norte de Castilla,
Ávila (08 marzo 2017).
-Pido disculpas al lector por haber perdido «El Norte» y no traer al recuerdo los grandes momentos con Gamoneda, Esquivias, de Prada, Abella, hermanos de premio
con de la Huerga y sigo leyendo.
Pasos en la piedra, no es solo una inmersión en la
Semana Santa de un pueblo, es una crónica social y también una muestra de cómo la Iglesia podía
transformar a su antojo durante esos días la vida de un pueblo y sus habitantes
hasta en lo más íntimo.
Vuelven
con Pasos figuras políticas como la del Gobernador Civil, instituciones como la
Falange, agrupaciones como la Extrema derecha, no tan distantes de la sociedad
actual, ni tan diferentes de las actuales.
Trae
a mientes el Vaticano II, la Teología de la Liberación y los curas
contestatarios en la figura del padre Alas; en suma, un periodo de
transición en la historia de España que de tan cercano se ha olvidado. Retomo
de nuevo con tu permiso, lector amigo, las palabras de José Manuel:
Un día hablando con Rafa Vega, autor
de la portada, me hacía una pregunta también muy interesante. ¿Cómo leerá la
novela una persona completamente ajena a la Semana Santa, ajena a nuestra
vivencia de la transición, a la legalización del Partido Comunista en el año
77? No tengo respuesta para esta pregunta. Y tampoco la tengo para cómo la lee un joven de ahora mismo.
http://palabrasmenores.info/index.html
(16 mayo 2016, Entrevista de José Luis
Alcalde).
Llego
a la conclusión de que la mejor manera de reseñar Pasos en la piedra es dejar que la novela hable de momentos tan delicados como:
La había imaginado desnuda cientos de
veces; había tenido en incontables ocasiones en la punta de la lengua la petición de que posara para él, por dinero
incluso. Pero verla ahora, hermosísima a pesar del estado de demencia,
destrozada su piel por aquella cantidad de heridas, le había producido tal
impacto que se había llegado a marear. (Pág. 165).
Vivencias
incomprensibles vistas desde fuera de Barrio de Piedra:
¿Qué gente era aquella que se rebozaba
en la sangre derramada injustamente por un malhechor que era aclamado al mismo
tiempo como Dios, mientras los poderes públicos se regodeaban en la imposición
preceptiva de una sentencia injusta, emanada de la propia institución
corrompida? (Pág. 181).
O naturaleza vívida:
El
pájaro solitario. Así dicho sonaba a asunto legendario envuelto en un halo de
misticismo […] El único elemento constante en la cita primaveral era su canto.
[…] Dulcemente modulado, más quejoso que el ruiseñor bastardo, con más
variedades cromáticas que el verdecillo… (Págs. 60 y 62).
[…]
Hasta un tejo sin tronco, cuyas ramas desde el suelo habían cerrado una cúpula
espesa en la que Alas se escondía algún día de verano cuando jugaba a
desaparecer del mundo. (Pág. 224).
-Si de algo sirve (a mí me sirvió de mucho) yo
sí sé cómo lee Pasos en la piedra alguien que, ahora mismo, no es precisamente joven.
Imágenes: 1/ http://waste.ideal.es/cardueliscarduelis.htm.
2/ José Manuel de la Huerga
7 comentarios:
Te sé más joven que a muchos otros de menor edad, Paco.
En cuanto a tu lectura, es cierta: crónica de una sociedad que fue y que estaba en cambio y trasformación por entonces. La recordamos con nostalgia -por lo de que éramos más jóvenes- pero no con ganas de volver a ella realmente.
Un abrazo.
Los pájaros que en estos días lucen sus mejores galas y trinos para atraerse a las pájaras, y la fiesta de Semana Santa, así la llaman los jóvenes al tradicional jolgorio del Sábado de Gloria ya Domingo, pues la fiesta dura hasta la madrugada.
El amor vuelve a surgir todas las primaveras.
Paco, querido amigo, tendríamos que darnos un paseíto en dogedar, eh. Gracias por tanto cariño lector que te hace eternamente joven: mira tú, has encontrado y descubierto para todos la poción mágica. Te la vas a ganar como Prometedor, ojito, amigo.
Paco, querido amigo, tendríamos que darnos un paseíto en dogedar, eh. Gracias por tanto cariño lector que te hace eternamente joven: mira tú, has encontrado y descubierto para todos la poción mágica. Te la vas a ganar como Prometedor, ojito, amigo.
¡Qué mejor escondite que el ramaje de un tejo!
Alas siente nostalgia y un poco de envidia...
Besos, Paco.
Si, como que Alas los miraba pero a la vez, temía derretirse mirándolos.
Me gustan los fragmentos que has elegido, intercalando además dichos del autor en entrevistas.
Abrazos
¡Ah, y siempre te mantienes joven de espíritu!
Ya ves, no soy la única que te lo dice.
Publicar un comentario