Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

miércoles, 28 de octubre de 2009

Cambiar es vivir

Estamos asistiendo a un auténtico bombardeo de slogans, consejos, terapias y procedimientos “anti-edad”, en los que se olvida lo más fundamental, que son las limitaciones que a menudo se presentan para realizar sin ayuda las tareas de la vida cotidiana y la predisposición de cada cual para afrontar los cambios que, a lo largo de nuestra vida, se producen en nuestro cuerpo, en nuestra mente y en el medio que nos rodea. Desde la gestación estamos destinados a ser niños, adolescentes, adultos y mayores. Vemos con mimo la infancia, con entusiasmo la adolescencia, con orgullo la madurez. ¿ Y la jubilación o la vejez ¿ La vinculación entre edad y capacidad, es innegable pero, se trata de utilizar nuestro potencial personal (ahora que tenemos tiempo) y responder a los retos del ambiente, no sólo para sobrevivir en él, si no para procurar su transformación, porque, nuestras acciones, también educan. Podemos cantar, ir en moto, correr, pasear, incluso practicar judo. Degustar un buen guiso o un buen vino y como no disfrutar de un buen grupo de amistad y tertulia.
Utilizar el tiempo a nuestro antojo, hacer lo que a cada uno le gusta, aprender sin obligaciones son de esas cosas impagables a las que no todos pueden acceder, así que ¡vamos a aprovecharlas!

3 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Debemos aprender siempre que cada época merece ser vivida plenamente.

Myriam dijo...

Estoy tan de acuerdo con lo que dices en tu artículo y con el comentario de PEDRO: Es lo que en definitiva va a constituir nuestra salud física y emocional.

Veo como una enfermedad social y muy preocupante, que se quiera negar la edad con toda esa serie de tapujos y engaños que están tan a la orden del día.

Besos

Unknown dijo...

Esa obsesión para aparentar lo que no se es,lo que no se tiene lleva a demasiadas frustraciones,lo que importa es vivir conscientemente la realidad que a uno le toca si es que no se puede cambiar,se supone que debería ser así de lineal la vida como la presentas,a mí me llegó la jubilación con 44 años y ahora ,que tengo casi 11 más,sigo valorando pasar los días con cierta calidad de vida y hago mías tus palabras porque es a lo que me dedico ahora:

"Utilizar el tiempo a nuestro antojo, hacer lo que a cada uno le gusta, aprender sin obligaciones son de esas cosas impagables a las que no todos pueden acceder, así que ¡vamos a aprovecharlas! "

Abrazos