Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

sábado, 30 de noviembre de 2013

La España castiza


Jurando la Constitución: Joaquín Sorolla

La última de las galletas puesta en contacto con el café con leche, pasó a engrosar la improvisada papilla, sus predecesoras, estaban literalmente diluidas en la mezcla. Entre pulgar e índice, la porción superviviente esperaba con resignación su, en cualquier caso, trágico destino.

-María Cristina, Isabel, Borbón, Habsburgo, Dos Sicilias. ¡Menudo cacao mental!

-¿Decías algo?

-Luisa Carlota ….

- ¿Todavía estas con eso? Voy en busca de algo que te ayudará. No es complicado.

-Para ti. ¡Yo no soy de Historia! Veras, investigando en torno  a 1837 he encontrado tres María Cristina, una Isabel y todas han sido regentes.

La porción superviviente formaba ya parte del naufragio, la taza había perdido el entusiasmo calórico del microondas y el vaso de zumo igualaba su temperatura a la de ambiente.

-Tranquilo. Vamos a ver: primero tenemos a María Cristina de Borbón Dos Sicilias, cuarta esposa de su tío Fernando VII, madre de Isabel II  y regente como tu bien dices durante siete años. Luisa Carlota era su hermana

-Esta María Cristina es la de la rebelión en la granja.

-Bueno, sí. Pero di mejor el motín de La Granja o los sucesos de La Granja.  Lo interesante es que, tres meses después de morir su marido Fernando VII, María Cristina contrajo matrimonio morganático con…

-¿Morga… que?

-Morganático: de rango social muy distinto.

-O sea. Como el de los nuestros.

-Algo así. Se casó con Agustín Fernando Muñoz un miembro de la guardia de corps, tuvieron cinco hijos y tres hijas.

-¡Qué fieras! Estos serán  los famosos Muñoces.

-¡Exacto!  Sigamos con las Cristinas.  María Cristina de Habsburgo fue la segunda esposa de Alfonso XII. Su vida no fue feliz. El día de su boda lucía un tocado de perlas igual que la reina Mercedes las perlas llaman a las lágrimas y traen mala suerte –oyó a su espalda.
Con motivo de la boda se anunció en el Teatro Real la representación de La favorita de Donizetti, lo que provocó comentarios jocosos por parte del pueblo habida cuenta la fama de Alfonso XII.
A última hora La favorita se sustituyó por Los hugonotes y  el chiste fácil aireó el nombre de la contralto Elena Sanz, relacionándola con el rey.

- Pues sí que empezó bien la de Habsburgo.

-Eso no es todo, las indiscreciones palaciegas hicieron saber a María Cristina que el rey por la noche recorría tabernas y tugurios.
Las relaciones con Elena Sanz no se interrumpieron y el escándalo aumentaba siempre le gustaron las mujeres metiditas en carnes, la austriaca no es su tipo –se comentaba en las tabernas.
El rey no era fiel ni a su esposa ni a sus amantes. La cantante Elena Sanz tuvo un hijo al que puso por nombre Alfonso y se comentaba que, Isabel II, la madre de Alfonso XII  mantenía correspondencia afectuosa con Elena.
La cantante Adela Borghi, “La Biondina” fue otra acompañante pública y notoria del rey.

-Desde luego no es para ser feliz.

-No, no lo es. 

-Total que Muñoz era un fiera y este una pieza, pero me falta otra Cristina, yo encontré tres.

-Supongo que será la reina de Cerdeña que  también s llamaba María Cristina de Borbón Dos Sicilias. Esta no entra en el lote.

-Estas muy puesta, casi no has mirado el libro. Bueno, releo las cartas de Don Beltrán para ver si me aclaro y te dejo la novela. Gracias.

- De nada, pero primero termina el desayuno
- Echaré más galletas. No hay mal que por bien no venga      

viernes, 29 de noviembre de 2013

Movilidad



Con la invención de la rueda el objetivo de  salvar la distancia (movilidad) que nos separa de los lugares donde satisfacer nuestros deseos o necesidades se vio considerablemente favorecido. Carro carreta, carroza con la revolución industrial fueron sustituidos -en España- por Hispano Suiza, Biscuter o el adorable “Seiscientos” que aun luce orgulloso por nuestras calles.

La movilidad está de moda. La  hay sostenible, reducida, laboral, funcional, geográfica, tecnológica…., parece fruto de nuestro tiempo pero es tan antigua como la vida misma; solo que, como el “Seiscientos”, ha evolucionado.

Autobús, metro, cafetería, cine, biblioteca, incluso en clase, por poner algún ejemplo, en todos estos lugares hay saturación de “movilidad”. A poca atención que prestemos, nuestro entorno abunda en ella. Basta mirar con disimulo y comprobaremos que Smartphone, iPhone, Tabletas, iPad, BlackBerry, incluso celulares convencionales nos rodean. Dedos ágiles -y no tanto- se afanan en pulsar, pellizcar o acariciar con más o menos acierto pantallas y teclados. ¡Lo que hubiera dado Filípides por tener WhatsApp y no correr desde Maratón hasta Atenas!

La “movilidad" celular se convierte en ocasiones en una auténtica pesadilla. Olvidamos en casa con más facilidad las llaves o la cartera que el móvil. Este, en justa correspondencia al cariño que le profesamos interrumpe las tertulias, la comida, la siesta. Nos persigue hasta en el baño.
Claro está que también salva vidas y situaciones comprometidas.

Imagen: Jesús_1233




lunes, 18 de noviembre de 2013

La estafeta romántica. El devenir de los personajes


Abadía en el robledal Caspar David Friedrich

El bosque onomástico de La estafeta romántica, no debe impedirnos apreciar su singularidad,  con la inclusión de tan nutrido grupo de personajes Galdós puede introducir opiniones coincidentes en unos casos, contradictorias en otros, trazando una imagen -irónica si se me permite- del romanticismo español y establecer mediante las cuestiones particulares, en extremo románticas de muchos de los personajes, relación con los acontecimientos del periodo.

La figura del personaje principal Fernando Calpena carente de de iniciativas y obligado a obedecer, está presente como “sujeto” ya en la primera carta y nominalmente desde la segunda, pero cede importancia en beneficio de la narración en conjunto.

La literatura, con sus autores, obras e intenciones captada por los personajes novelescos a su arbitrio es parte importante de este Episodio, con lo que se logra que el lector viva y se implique en la sociedad romántica que, admítase o no, influyó en la realidad de nuestra historia.

Voy a permitirme una libertad. Todas las cartas están y parecen hechas por la misma pluma. Tal vez a diferencia de la mujer del Cesar no debiera parecerlo.

Y, así, sin afirmarla por falsa o verdadera, la escribo. Tú, letor, pues eres prudente, juzga lo que te pareciere. (Don Quijote II-XXIV episodio de la cueva de Montesinos).

miércoles, 13 de noviembre de 2013

La estafeta romántica, en busca de nuevas claves.


Sátira del suicidio por amor. Leonardo de Alenza

Deseosos de conocer cuanto sucede en el bosque de La estafeta romántica dejamos de lado la intrincada vegetación de  personajes novelescos. La trama de Galdós tiene, necesariamente, que aportar otras claves en este Episodio.

La primera misiva está fechada En La Guardia a 20 de febrero de 1837, curiosamente siete días después de la muerte de Larra:  era lunes de Carnaval, ya anochecido, Larra recibe a Dolores Armijo que viene acompañada de su cuñada. Ha venido a rechazar cualquier posibilidad de arreglo. Cuando salen las dos mujeres de la casa y todavía no van lejos, se oye un disparo. Curiosamente en la posdata de la carta se da cuenta del suceso.
Rastreando en los Episodios, Larra aparece en varios, y siguiendo la obra de Galdós el tema del suicidio, tampoco es nuevo. No resulta por tanto ocioso retomar de nuestra anterior entrada el controvertido suicidio del que hay dos versiones opuestas. Una que desde la moral, lo condena cargando la responsabilidad al carácter, o la formación espiritual. Otra que ve en tan grave decisión libertad, romanticismo, ideología, en resumen un mártir por la causa.

Galdós apunta ambas teorías por medio de diferentes personajes y las cartas que escriben, negando en unas lo que proclama en otras. Las cartas que intercambian María Tirgo y Juana Teresa (Uno y Dos) centran el suicidio en el arrebato sentimental de un romántico.

Uno
Ello es que se ha suicidado, pegándose un tiro en la sien, un joven de talento y fama, por despecho amoroso, de la rabia que le dieron los desdenes de su amante, la cual es casada […].Ya vemos que es romántico el que se mata porque le deja la novia o se le casa.

Dos
Mariquita mía, ¿estás en Babia? El que se ha suicidado en Madrid es Larra” “un escritor satírico de tanto talento como mala intención, según dicen, que yo no lo he leído ni pienso leerlo.

En ambas Larra es la iconografía del romanticismo emocional y sentimental si bien quedan, en cierto modo más ridiculizadas las rechazantes que el rechazado.
En la carta Cuatro se pone en boca de la mayorazga Demetria dechado de perfección y cultura y conocedora por tanto de la obra de Mariano José que.

El difunto suicida era un hombre que con su propio pensamiento, como la cicuta, se amargaba y envenenaba la vida.

La frase puede suponer  la consideración de interés y preocupación por el futuro de España, tema de sus numerosos y críticos artículos firmados bajo el seudónimo de Fígaro.
A estas consideraciones puede añadirse un colofón: Galdós quiere destacar la valía de Larra, y así en la carta Siete el “diálogo” entre Fernando y Larra es significativo.

¿Verdad que era yo un gran escritor? Has sido único, Mariano –le dije–

Y refuerza esta tesis en la Once.

Aún nos parecía mentira que del primer ingenio de nuestra época no quedase más que aquel despojo miserable. ¡Veintiocho años de vivir!... ¡Y verle allí mudo, inerte; su arte y pluma enterrados con él!

Buscando en la obra de Don Benito más allá de la onomástica hemos llegado a estas reflexiones  sobre el controvertido suicidio. Es evidente la intencionalidad del autor de -utilizando una frase con tendencia que diría Muñoz Molina-  poner en en valor la figura de Mariano José de Larra.
Con seguridad hay otros puntos de vista.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Larra y otros episodios en versión epistolar. La estafeta romántica, B. Pérez Galdós


Ni con el paso del tiempo los grandes autores dejan de sorprender, siempre, de una u otra forma son actualidad.
Al menos nominalmente tanto Don Benito Pérez Galdós como los Episodios nacionales son conocidos por gran número de españoles, no tanto el contenido de estos y presumiblemente menos el Episodio que nos ocupa. Cada propuesta de nueva lectura es un reto y La estafeta romántica no es cuestión baladí. Paso previo es la visita al librero, primera toma de contacto con café incluido si procede.

- Quería La estafeta romántica de Galdós
- Veamos… te lo tengo que pedir
- Vale. ¿Sabes de qué va?
- No del todo, conozco La campaña del Maestrazgo. Una reseña referida a los protagonistas decía: “si no te matan unos te apalean otros” y así era. Creo que La estafeta está relacionada pero, no, no la he leído.
- En cualquier caso cuando lo recibas me avisas.
- ¡Descuida!

Copio de la contraportada: “Benito Pérez Galdós se sirvió de los Episodios nacionales para recrear la compleja vida de los españoles”. Compleja. La sensación de haber llegado tarde a la película confirma la posible vinculación de este episodio con anteriores, el lector se pierde en principio en el fárrago de nombres “de doña María Teresa a doña Juana, de la señora marquesa a doña María, de don José María al señor. Marqués…” Tentado está de elaborar un árbol genealógico (no sería la primera vez).
  
Vamos perdiendo el miedo a la complejidad que se difumina  -siempre a juicio de este lector-  con la cercanía geográfica (La Guardia, Villarcayo, Cintruénigo), los enredos amorosos, los episodios históricos que se adivinan (Carlos I / V, la guerra carlista) y el romanticismo que declara el título en el que se apuntan algunos personajes como Mariano José de Larra y su controvertido suicidio del que Antonio Machado cien años después escribiría: “fue un acto maduro de voluntad y de conciencia. Se mató porque no pudo encontrar la España que buscaba, y cuando hubo perdido toda esperanza de encontrarla". Sea por esta u otras razones unos consideran a Larra mártir y otros víctima de la sociedad. En cualquier caso el romanticismo es un callejón sin salida.

Los Episodios nacionales son muchos -cuarenta y seis- y la disponibilidad poca, supone -decíamos- un reto que podría ser aceptado en verano.