Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

miércoles, 22 de junio de 2011

Bécquer: Orden, dentro del desorden


La Acequia 19-05-2011: La lectura de las rimas de Bécquer nos ocupará el mes de junio  Es importante que leáis a Bécquer en buenas ediciones,  hay miles de páginas con sus textos, pero en ellas podéis encontrar errores que os lleven a conclusiones equivocadas.

La  Acequia  02-06-2011: La lectura correcta de Bécquer tiene más dificultad de la que el lector no avisado piensa inicialmente. Quizá el lector medio sienta desconcierto ante esta propuesta, pero quien no se arriesga no pasa la mar.

Como lector avisado (que no avispado) que soy, de los dos fragmentos anteriores publicados por el profesor Ojeda, deduzco que existe una cierta dificultad y diferentes modos de leer a Bécquer. Una vez informado, me arriesgo a sumergirme en el  mar de Las Rimas. "Poesías que recuerdo de un libro perdido", con la esperanza de no llegar a conclusiones equivocadas.

Desde su publicación en 1871 se ha intentado dar un orden al lógico desorden con que se rehicieron Las Rimas en función de la memoria del poeta; se me ocurre interesante -o por lo menos una más- salir de las clasificaciones “emotivas”, amor, desengaño, muerte, contemplando el conjunto desde una perspectiva didáctica.

Rima I (“Yo sé un himno gigante…”). El poeta tiene la capacidad de conocer la poesía (himno gigante) y la obligación de compartir ese conocimiento, superando la escasez  del lenguaje humano.

Rima III (“Sacudimiento extraño…”). La inspiración del poeta no tiene  orden, la razón consigue la aleación, hace de esa inspiración algo lógico, exacto, entendible; en toda labor hace falta, un razonamiento, un sistema para conseguir el producto deseado.

Rima IV (“No digáis que agotado su tesoro…”). La poesía existe en el mundo en la luz en el aire, en la ciencia…, está ahí, mientras haya (…), exista (…), habrá poesía.

Rima V (“Espíritu sin nombre…”). Habla la misma poesía; con protagonismo, sin rubor, (Yo), sirviéndose del poeta. Contiene el necesario  mundo de formas e ideas para ser lo que es: espíritu y esencia de emociones.

Rima VII (“Del salón  en el ángulo oscuro”). En la parte oscura de la mente  las ideas se agolpan; la imagen del arpa reaparece como símbolo esperando que el genio con el instrumento  de su pluma le haga vibrar y el poema pueda ser audible.

Rima XXI (“¿Qué es poesía”). Surge la pregunta básica, inicial, y sin opción la respuesta: el amor es el elemento fundamental de la poesía. La rima bien podría estar situada la primera.

Cuanto antecede, no es creación, sino, una modesta labor de investigación, que me sirve para intentar comprender mejor la obra y como reza en la cabecera del blog intercambiar lo conocido.




lunes, 20 de junio de 2011

Introducción sinfónica

En una facultad de cuyo nombre, a buen seguro,  se acuerda perfectamente, con la edad adecuada para jugar a la tuta y peinando algunas canas, tuvo lugar su primer encuentro con la poesía, con la sorpresa -y el profesor bien lo sabe- de que en ella, hay que buscar “algo más” de lo que aparentemente figura escrito.

En una noche oscura
con ansias en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!,
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.

Pronto y bien mandado, puso manos a la obra con resultado incierto. Por más vueltas que le daba a Noche oscura de Juan de la Cruz, no llegó más allá de comprender que una dama locamente enamorada, aprovechando la complicidad de la noche salió al encuentro de su amado. Posteriores explicaciones dejaron sentado que se trata una técnica en la que se otorga significado religioso a textos que se  presentan  como profanos, o nacen en ese contexto. En ese y similares afanes transcurrió una buena parte del curso.

- La semana próxima semana la dedicaremos a Bécquer -dijo el profesor- comenzaremos con las Rimas.

 - Aquel  “hay que buscar algo más”, se agitaba, en los tenebrosos rincones de mi cerebro para salir a la superficie vestido de palabra y presentarse decente en escena, mientras leía la Introducción sinfónica de las Rimas

- ¿Y si Bécquer fuera contemporáneo nuestro y la Introducción un manifiesto actual?

- Si así fuera, los hijos de su fantasía, harían sonar el arpa de sus ideas sociales, aun desnudas, sin forma definida, sus anhelos  no realizados gestados en sueños que a la mañana siguiente, con el despertar, se  desvanecen.

- Si así fuera y los hijos hubieran encontrado la salida a sus deseos rompiendo el dique que los retenía, y fueran por el mundo sin avergonzarse de su desnudez creando una sociedad nueva, más justa, más culta con la sola diferencia de la capacidad individual…..  ¡Más es imposible!

- Si es imposible y la sociedad no admite que  la inquietud de esos hijos rompa su sueño y le saque de la realidad del limbo en que vive, si así fuera, nuestro contemporáneo  autor desearía antes de que ese arpa vieja y cascada deje de lanzar sus notas al aire dejar consignado su mensaje para que no quede perdido en los desvanes de su cerebro.

La Introducción sinfónica de Bécquer vista así, desde la extravagancia de la fantasía  emite para mí, destellos de conflicto socio político. Hágase la luz.

Imagen: Gustave Moureau


jueves, 16 de junio de 2011

El Quijote, y la crítica social

 
 
¿Qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?  (Quijote  Prólogo primera parte).

"Lleno de pensamientos varios y nunca imaginados". Partiendo de esta reflexión contenida en el prólogo de la primera parte podríamos -como de tantos otros fragmentos- comenzar estudios de lo más complejo y variado. Hoy, a mi mal cultivado ingenio le ha dado por lucubrar sobre la crítica social y el Quijote.

Cervantes retrata con El Quijote el  mundo social en el que vive mostrando al tiempo, su interpretación de la existencia. Un mundo en el que el linaje lo supone todo: la sangre de los nobles es valiosa, la de los plebeyos es ruin. Pero no queda  aquí todo, hay otra división de corte racista-católico: la sangre plebeya  si es “limpia”, no está contaminada, si por el contrario, pertenece al mundo infiel (judío, moro, cristiano nuevo…), ocupará, por definición, el escalón inferior de la sociedad.
El mecanismo de discriminación legal hacia las minorías por la sospecha de que seguían practicando sus antiguas religiones, o separación por la sangre, es un tema de continua referencia en El Quijote. De la misma forma, se repite con insistencia la máxima renacentista de que el valor de la persona no está en el linaje, sino en la virtud individual; ambos temas no presentan relación con la  afirmación inicial de que la obra nació para abolir los libros de caballería, lo que me plantea una duda, al menos razonable. ¿Perseguía  Cervantes algún otro objetivo al crear la obra?

La respuesta podía ser:

Elaborar dentro de la novela  una crítica  de la sociedad en la que transcurría la acción. SU ÉPOCA.

La España del Quijote es rural, castellano-manchega y eminentemente agrícola, el modelo de sociedad  muy simple en teoría, con dos clases privilegiadas, la nobleza y el clero, y un tercer estado que solía llamarse general o llano, sobre el que recaen los impuestos reales, eclesiásticos y nobiliarios; el distintivo común de los privilegiados era no pagar impuestos directos, personales, considerados símbolo de sumisión y servidumbre. Para la Iglesia, la sociedad era perfecta puesto que es obra de Dios.

En el vértice  de la pirámide social construida en torno a la sangre y el honor se situaban los condes o duques, después los  caballeros y nobles sin título, especialmente a los primeros se  les describe con precisión: sus banquetes, vestimenta, su derroche, una clase parasitaria cuyo único fin era conservar su puesto en la administración o el imperio aunque para ello hubieran de favorecer a los labradores ricos, que sufragaban sus deudas.
La base de la pirámide social estaba constituida por los campesinos, artesanos y comerciantes que no sólo se sustentaban a sí mismos, sino también a las clases superiores, aun así no eran los últimos, como ya apuntamos su sangre aunque plebeya era limpia. Por debajo, se situaban los cristianos nuevos y los moriscos.

Al mundo en el que viven nuestros protagonistas le rige  una casta social  en la que triunfa la pereza, la ociosidad la arrogancia y el vicio. Cuanto más elevada es su posición mayor es su degeneración moral. Se sienten orgullosos y realizados por conseguir burlar a un loco y a su  incauto acompañante, con la omnipresente influencia del clero. Cervantes fija  con  estos personajes un prototipo real, no imaginario, de esa clase social y en consecuencia una clara denuncia.

Hidalgo y escudero, dentro de este mundo en el que el linaje y limpieza de sangre legalizados por la iglesia marcan la pauta, aún persiguen alcanzar su sueño: el primero, conseguir una sociedad ideal a través de nuevas hazañas, el segundo gobernar una ínsula y alejarse del estado de necesidad en que se encuentra; que el bien triunfe sobre el mal y el trabajo sobre la holganza. Justamente lo contrario de los nobles.
Como es sobradamente conocido ninguno de los dos consigue su objetivo, realmente ocurre todo lo contrario:

Don Quijote obligado a volver a casa por el Caballero de la Blanca Luna,  resulta vencido en combate, pero vencedor de sí mismo. Sancho abandona el gobierno de la ínsula convencido de que la libertad aun acompañada de la pobreza, es mejor que la riqueza unida a la corrupción.
Los lectores de su tiempo vieron en El Quijote una obra cómica y divertida, a buen seguro que jamás pensaron pudiera tener la interpretación transcendente que alcanzó más tarde  hasta convertirse en  un auténtico símbolo.

Me permito la libertad de apuntar otra intencionalidad en Cervantes, denunciar que:

Sólo desde la locura es posible la práctica de la justicia

miércoles, 8 de junio de 2011

María de Zayas: Ser Mujer

El Decamerón, de Franz Xaver Winterhalter

 El artículo 1 de la declaración Naciones Unidas en 1994   sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer define violencia de género como:
Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada.
Con frecuencia se trata de  dar explicación a este tipo de violencia atendiendo a: trastorno mental, adicciones,  propia naturaleza de la mujer (que lo busca o lo provoca), estrés laboral, incapacidad del agresor para controlar sus impulsos, problemas económicos, celos, etc.
Es creencia generalizada que víctimas y agresores son parejas mal avenidas  de bajo nivel cultural y económico, inmigrantes, en resumen, diferentes a nosotros, “a mí nunca me pasará eso”.
Los maltratadores (hay muy pocas mujeres), pueden tener problemas, pero no peleas con su jefe, compañeros o el camarero del bar habitual.  El estrés afecta a mucha gente, pero no todos se vuelven violentos con su pareja.
A mayor abundamiento, hay un hecho constatado y constatable: un hombre puede transitar por un descampado, correr al atardecer en bermudas y camiseta, o dormir  al aire libre… una mujer no.

Madrid, 3 Jun. (Europa Press),Transcripción textual: 

La comisión de Feminismo de la acampada de la Puerta del Sol, que ayer denunció durante la asamblea general que han sufrido agresiones sexuales, guardará silencio hasta esta noche, cuando emitirá un comunicado que estará supervisado por la comisión de Legal ya que, según sus portavoces, "en términos legales no hubo agresión sexual".
 Además, después de hablar directamente con la comisión de Feminismo, José Luis ha subrayado que "parece ser que ellas no dijeron que sufrieron agresiones sexuales como han dicho los medios", sino que han "sufrido abusos y acosos". "En términos legales no se llegaría a una agresión sexual. Nada que ver con agresión directa", ha aclarado.

Los movimientos de denuncia (a veces también se pasan)  sobre la posición de  la mujer  en la sociedad, tan en boga hoy día, no es un descubrimiento de las últimas décadas.

María de Zayas y Sotomayor (1590 -¿1661?) .  Es una figura femenina rodeada de un cierto misterio, no se poseen datos de ella desde 1639, sólo conocemos algunos que se han obtenido de sus propias obras o de algún testimonio contemporáneo. Su padre sirvió al conde de Lemos, por lo que se supone que vivió de joven algún tiempo en Nápoles.
Narradora de gran fuerza, está rodeada de una aureola de feminismo en virtud de su intento para equiparar  por medio de sus obras a la mujer con el hombre.
Su novela avanza en la recreación de la aventura amorosa con libertad descriptiva que a veces raya en lo mórbido y sensual, incluye raptos, fratricidios y  escenas de adulterio que en ocasiones le han acarreado la acusación de impúdica; de hecho, durante un tiempo  (siglo XVIII), la Inquisición prohibió reeditar sus novelas.  Critica con la misma libertad que muestran sus personajes, las ideas de la época acerca de la honra y la virtud, que tanto perjudicaban a las mujeres y beneficiaban supuestamente a los hombres. Presenta a la mujer como víctima de los engaños del hombre que se aprovecha de su sensibilidad pero al tiempo esa mujer tiene la fortaleza suficiente como para vencer todos los obstáculos que se oponen a su amor y  cuando es ultrajada pasa a protagonista asumiendo la venganza por su cuenta.
Sigue María de Zayas la huella cervantina de las novelas ejemplares ofreciendo los relatos como hechos reales en diversas ciudades españolas, como si las conociera  a fondo;  se inspira en las fuentes italianas (Boccaccio) Las escenas son atrevidas  pero no obscenas, moraliza -no en exceso- y sobre todo desengaña a la mujer para que no se deje llevar de espejismos amorosos, su estilo es directo, expresivo, impulsivo, cuando se trata de mostrar los padecimientos de las protagonistas.
Su producción se recoge en dos libros: Novelas amorosas y ejemplares o Decamerón español (1637) y Desengaños amorosos (1647/1649). De  la sola lectura de los títulos se desprende el carácter sensual  refinado y realista  de sus relatos y si se me permite, desde la  óptica del lector convencional, un poco “ñoño”. Pero no. La autora, da la sensación de que quiere provocar escalofríos exagerando de forma dramática los peligros que corre la mujer con un enfoque un tanto maniqueista de la perversidad de los protagonistas masculinos.
Reproduciremos como  muestra una cita  de su afán de lucha y reivindicación:

¿”Por qué, vanos legisladores del mundo, atáis nuestras manos para la venganza, imposibilitando nuestras fuerzas con vuestras falsas opiniones, pues nos negáis letras y armas? ¿Nuestra alma no es la misma que la de los hombres? (...) Por tenernos sujetas desde que nacimos, vais enflaqueciendo nuestras fuerzas con temores de la honra, y el entendimiento con el recato de la vergüenza, dándonos por espadas ruecas, y por libros almohadillas”

Para María de Zayas, "las almas no son hombres ni mujeres".

Sin entrar a cuestionar la veracidad o no de la noticia de  Europa Press (nas meigas non creo, pero habelas hailas) y recogiendo los hechos de violencia, lamentablemente constatados y constatables., no puedo por menos de preguntarme:

¿Qué está pasando para que incluso en el entorno  de un foro que reivindica libertad, justicia e igualdad tengan lugar hechos como el denunciado?

¿Por qué el hecho de ser fisiológicamente diferentes da lugar a semejante error de la razón?