Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 1 de abril de 2010

Lecciones de urbanidad. Don Quijote. Cap. 43/2


Allá por el año 1936 Edelvives editó una Cartilla de Urbanidad que estuvo en uso en colegios “de pago”. Por vía de primos o vecinos mayores llegó a mis manos algún ejemplar ya ajado por el uso, cuyo contenido recuerdo perfectamente, y que me recuerda paso a paso las amonestaciones que acerca del comportamiento, hace D. Quijote a Sancho.

A propósito de la sustitución de regoldar por eructar:

“Y cuando algunos no entienden éstos términos importa poco, que el uso los irá introduciendo con el tiempo, que con facilidad se entiendan; y esto es enriquecer la lengua sobre quién tiene poder el vulgo y el uso”.

La frase, publicada en 1615 es perfectamente compatible con el concepto que hoy tenemos de la lengua como producto social que nos pertenece a todos, y todos podemos opinar sobre ella, marca distancias con el lema “limpia, fija y da esplendor” quizá un tanto inquisitorial de la RAE, proclamado casi cien años después, y afortunadamente atenuado con sus nuevos estatutos hace unos años.

La sabiduría popular, acuñó durante años cientos de refranes que pasaban de una a otra generación. En nuestros pueblos siempre fue bien visto y escuchado quien tuviera un refrán para la ocasión.El "refranista" era una especie de filósofo-humorista popular, apreciado entre la gente sencilla y utilizado –como Sancho- por el resto.
Cervantes, en varias ocasiones, critica lo inoportuno y vulgar de hacer un uso desproporcionado de ésta “habilidad”.

El último de los consejos rezuma sabiduría y, ¡Cómo no! también es aplicable al día de hoy:

“Jamás te pongas a disputar de linajes, a lo menos comparándolos entre sí”.

Con frecuencia, somos protagonistas o testigos de situaciones no muy gratas por no valorar o desdeñar el nivel del interlocutor e insistir en comparaciones sobre ascendencias, orígenes, o conocimientos. Normalmente la escena nos lleva,  como afirma D. Quijote, a no ser en manera alguna premiados.

Comienzan para el gobernador los problemas del gobierno; todo cuanto le aconseja su amo es válido y provechoso, pero teme no poder recordarlo, no sabe escribir para conservarlo y tampoco sabría leerlo. Gran dilema.
Nuestros gobernantes –volvemos a la actualidad de la obra- lo han resuelto acudiendo a Sancho, que ya introduce el concepto de Consejo de Asesores:

“Será menester que se me den por escrito; que, puesto que no sé leer ni escribir, yo se los daré a mi confesor para que me los encaje y recapacite cuando fuere menester”.
“Haré que firme otro por mí y teniendo yo el mando y el palo, haré lo que quisiere”.

¡Buena frase para un principiarte!. Una vez en el cargo -parece indicar- los principios de buen gobierno, pueden adaptarse a las circunstancias.

Tras las críticas de D. quijote, por no saber leer ni escribir, reaparece el Sancho que se sobrepone a su amo y le domina:

“Ni hacienda, que ninguna otra tengo ni otro caudal alguno, sino refranes y más refranes”.
“Señor, si a vuesa merced le parece que no soy de pro para éste gobierno…. Y así me sustentaré, Sancho a secas con pan y cebolla…..Y si vuesa merced mira en ello, verá que sólo vuesa merced, me ha puesto en esto de gobernar”.

De nuevo D. Quijote reconoce su derrota y la supremacía del escudero, lo que demuestra que Sancho sabe escuchar y de una manera quizás no muy consciente, sabe retener.

Imagen: fotosyphotos.

9 comentarios:

pancho dijo...

También a mí los consejos de DQ me parecieron un precedente de las lecciones de urbanidad y buena conducta del colegio.

Es prácticamente imposible que un organismo controle el cien por cien de la inmensa cantidad de vocablos y acepciones distintas que genera el castellano en todos los países de habla española.

Lo malo de los refranes es que puedes encajar uno que apoye tus teorías y otro que las contradiga casi automaticamente. La sabiduría popular da razón a todo.

Con la vara de mandar a mano, S puede crear todo tipo de asesores que le resuelvan los problemas, a listo no hay quien le gane.

Merche Pallarés dijo...

Tambien, como PANCHO, esos consejos me recordaron a los manuales de urbanidad que existían cuando era pequeña. Sancho, a pesar de su ignorancia iletrada, es MUY sabio. Les da sopa con hondas (o ¿es sin "h"?) a los duques y al mismísimo Quijo... Besotes, M.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Recuerdo lo que relatas de la cartilla por mi padre, que me contaba como en el colegio suponía algo así como la biblia del comportamiento...

Si la pobreza de estudios no ha sido obstáculo para alguno de nuestros ministros...Sancho hubiese llegado a vicepresidente... saludos

Asun dijo...

Como dice DQ, un refrán, si está bien escogido y viene a cuento puede ser muy aclaratorio, el problema de S. es que los utiliza uno tras otro según le van viniendo, que él mismo dice que se le agolpan en la boca por salir.

Un abrazo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Sancho aprende y aunque se embarulle muchas veces, siempre saca su buen fondo. Por eso mismo seguirá siendo un humilde labrador. Toda una lección, sin duda.

Abejita de la Vega dijo...

Cervantes es partidario de las palabras cultas, pero no de imponerlas , sino de esperar a que reciban el refrendo popular, la gente se acostumbrará a usarlas. Está más cerca de Serrat: "Prefiero las voces de la calle a las del diccionario", que al lema de la RAL,

Los refranes son la cultura de Sancho, se le apelotonan en la boca, pugnan por salir. Don Quijote llega a envidiar esa capacidad de Sancho.A él le cuesta encajar uno solo, como si cavase.
Los refranes lo abarcan todo, incluso hay alguno antirefranes: "Mujer refranera, mujer majadera".

A mí me gustan los refranes bien encajados, son muy sabios.
Un abrazo y feliz Pascua, Paco.

Unknown dijo...

Cada uno de ellos son peculiares,uno en su sabiduría libresca y el otro en la popular.Y los dos juntos en querer superarse.
Abrazos

Unknown dijo...

Recuerdo a una persona mayor en mi pueblo que según decían era un coleccionista de refranes. Cada vez que Sancho emite el suyo, me viene a la memoria ese personaje.
Un abrazo

Myriam dijo...

VEo que no te comenté aquí en su momento (algo me interrumpió, seguro) Sancho tiene más sentido común y capacidad de gobernar que cualquiera de nuestros ilustres gobernantes actuales, porque él no olvida sus raices, hace uso de la sabiduría popular y tiene buen corazón.

Saludos