Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 19 de enero de 2012

Amor o nostalgia. Sonata de Primavera



En Sonata de primavera, Bradomín declara abiertamente que siente amor por María Rosario. Pero, ¿es amor? Al realizar la lectura por orden de publicación los antecedentes nos llevan a pensar que la herida amorosa, no puede afectar al marqués. Los sentimientos que pueden asaltarle y el recuerdo que ahora nos muestra a través de María Rosario: “al contemplarla yo sentía que en mi corazón se levantaba el amor, ardiente y trémulo como una llama mística”, se eclipsan con rapidez, es un actor desempeñando un  papel.
En ocasiones las circunstancias pueden producirle un enamoramiento, pero siempre es fugaz. Su pasado -seguimos considerando el orden de la lectura- a poco que escarbe en él  muestra la realidad  al expresar una vivencia: El frío de comprender todas las perversidades” (Sonata de otoño).
El personaje, vencido en parte por el sufrimiento de pensar en algo que ha tenido y ahora no tiene, refleja en la novela el pasado (otoño-estío) en el momento actual (primavera). El mismo, afirma que han pasado muchos años, sus ojos ya casi ciegos se llenan de lágrimas, y su recuerdo le hace suspirar. Atrapado por la nostalgia del pasado considera a María Rosario el único amor de su vida, al tiempo que considera tener predilección por las grandes pecadoras.
Decididamente, no es amor, es nostalgia. Narración del pretérito

Imagen: Nostalgia. Verónica Zaror Daccarett

6 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué magnífica intepretación. Nostalgia del deseo, sin gota alguna de remordimiento.

pancho dijo...

Bradomín sigue amando a la única mujer que le rechazó. Es el sino de los donjuanes. También se siente culpable de la tragedia que indirectamente provocó.

Myriam dijo...

Tienes mucha razón, no es amor, es nostalgia. Además constata una realidad, se suele desear,
idealizar o añorar lo que de verdad no pudo tenerse. Y María Rosario, fue una mujer que no pudo conquistar, por más temblores que le provocara.

Un abrazo y muy bien fin de semana

matrioska_verde dijo...

pues si usted lo dice, don paco, no voy a ser yo quien va a poner alguna pega.

ya sabes que no sigo la lectura, pero te he leído no obstante... creo que el Brado es de "amor fácil" que nada tiene que ver con un amor de verdad

me gusta lo que dice Pancho, del sino de los donjuanes.

biquiños,

Abejita de la Vega dijo...

El de Bradomín dice sentir una vaga tristeza cuando ella le sonríe por primera vez, con la boca y con los ojos. Porque conocemos al marqués que si no fuera así...pensaríamos que es amor.

Pienso como tú.

Besos, Paco.

Gelu dijo...

Buenos días, Paco Cuesta:

Yo creo que sí que fue amor.

María del Rosario, con el tiempo, a pesar de la dificultad solucionable y pasajera del ‘hábito’, tenía todas las posibilidades para haber cambiado el rumbo de la vida de Xavier. En el futuro, se habría convertido en una mezcla de la copia exacta de las madres de ambos, y con todo el currículum preciso para ser la Marquesa de Bradomín.

Pero como suele ocurrir en la vida real, el destino quiso ser el protagonista principal, y se interpuso para cambiar el desarrollo corriente y a Valle Inclán se le ocurrió introducir el accidente, que lo hacía imposible.

Sí, hay Nostalgia del AMOR con mayúsculas, que nunca llegó a tener, porque faltó tiempo. Fue demasiado breve, pero -por su parte- lo fue.
Y en Bradomín no hay remordimiento En esta ocasión no fue culpable de nada.

"Ego te absolvo...

Saludos.