Un año más recordamos la necesidad de publicar el
Manifiesto por la solidaridad, al que El Alfoz se adhiere. Ojala que el sueño
continúe, se lo recordaremos al mundo todos los años. Gracias a todos.
QUIENES
SOMOS:
Los que suscribimos este manifiesto
somos ciudadanos en el pleno uso de nuestros derechos civiles, y titulares de
la soberanía popular, de la cual emanan los poderes del Estado.
Los firmantes nos dirigimos a todos
los ciudadanos del mundo, conocedores de la situación de pobreza, hambre y
enfermedad en la que se encuentra gran parte de la población humana en un
momento histórico, como el actual, en el que se disponen de los suficientes
medios políticos, económicos y científicos que pudieran solucionar estos
problemas.
Este manifiesto tiene vocación de
universalidad, y va dirigido a toda la humanidad, a cada ser humano que habita
el planeta, para que tome conciencia de la terrible situación a la que se
enfrentan millones de personas y de alguna manera actúe en consecuencia para
terminar con esta insostenible situación. Por ello la versión original en
español será traducida a diversas lenguas, pues nuestro propósito consiste en
hacer oír la voz de la opinión pública en los lugares en las que se toman las
decisiones políticas y económicas del mundo.
A QUIÉN
NOS DIRIGIMOS:
Nos dirigimos a la clase política
gobernante de nuestros países; así como a los más altos mandatarios de las
Organizaciones Internacionales, tales como la Organización de las Naciones
Unidas, y a los Presidentes y Gobiernos de los países más poderosos
económicamente de la Tierra.
LES
MANIFESTAMOS:
1.- Que este texto tiene su origen
en la constatación de la extrema situación de necesidad y de hambre que sufre
una gran parte de la población de la Tierra y en el desigual e injusto reparto
de bienes que existe actualmente en el mundo. Entendemos que la ecuanimidad y
la armonía en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la
familia humana, por lo cual es inadmisible que una gran parte de la población
mundial tenga que enfrentarse a una realidad tan precaria, a tal grado de
injusticia y desigualdad, a tanta hambre, pobreza y desnutrición.
2.- Que consideramos que dicha
situación es intrínsecamente perversa y no admisible ni moral ni éticamente,
dado que todos los seres humanos nacen libres e iguales. Igualmente, tenemos
presente que todos los ciudadanos del mundo tienen esos derechos desde el mismo
instante de su nacimiento y no como una promesa futura cuya conquista dependa
de la realidad política, social o económica de sus países.
3.- Que defendemos que es
completamente injusto, inmoral y un crimen humanitario punible ante los
tribunales internacionales y la Historia que, en pleno Siglo XXI, existan seres
humanos que pasen hambre en el mundo, y que mueran por ello. Que es un
agravante de ese crimen que, existiendo las leyes internacionales suficientes,
así como los medios técnicos, económicos y científicos para corregir dicha
situación, los que ejercen el poder en el mundo no lleven a cabo las acciones
necesarias para solucionar lo que generaciones futuras calificarán de verdadero
genocidio en el que serán culpables todos aquellos que, teniendo los medios
para solucionar el problema, no los hayan empleado.
4.- Que consideramos que esta
injusta situación es contraria al Derecho Natural, a los Derechos Humanos y a
las normas de la más elemental ética, y entendemos que ha llegado el momento de
que la voz de la opinión pública exija de sus gobernantes el final de tal
estado de cosas.
5.- Que el presente manifiesto no es
un manifiesto utópico; y que tampoco es un manifiesto político, ni se pretende
con el mismo la instauración de un nuevo orden político o socio-económico
mundial, ni ningún menoscabo del tejido empresarial, sanitario y social del
mundo desarrollado, sino la más elemental justicia con los
desfavorecidos.
POR TODO
ELLO, EXIGIMOS A NUESTROS GOBERNANTES:
1.- La adopción de medidas
inmediatas y urgentes para paliar tal situación de hambre, enfermedad y
desnutrición en el tercer mundo. Consideramos que tales medidas no constituyen
una utopía, sino que son perfectamente viables y posibles.
2.- Mantener el compromiso de cumplir
los Objetivos del Milenio que, establecidos por Naciones Unidas en el año 2000,
definen los principios a los que ha de ajustarse la actuación de los países y
del sistema económico internacional para superar, con el horizonte fijado en
2015, las injusticias que aquejan a la humanidad.
3.- La realización de acciones
solidarias sistemáticas con los países más desfavorecidos y que se establezca
un orden lógico y humano de prioridades en la política económica, con proyectos
inteligentes que creen riqueza y puestos de trabajo en los países afectados,
facilitando un desarrollo sostenible y un progreso que les ayude a la
consolidación de una red sanitaria, económica y social estable que haga posible
el retorno a una situación de partida igualitaria.
4.- Que se tomen las medidas
necesarias para que los países ricos destinen una parte de sus presupuestos a
la creación de riqueza, de empresas y de fuentes de trabajo en los países
afectados; así como la adopción de un acuerdo internacional, que debería
subscribirse en la ONU de obligado cumplimiento para los países
desarrollados.
5.- La implantación de un código
ético que regule la estrategia de las empresas multinacionales, así como la
eliminación de los paraísos fiscales y la aplicación de la tasa Tobin, ú otra
similar, a las transacciones comerciales internacionales, que permita crear un
fondo de solidaridad gestionado por Naciones Unidas.
6.- No aceptaremos simples
declaraciones de principios que no se traduzcan en políticas concretas. En
definitiva, APELAMOS al sentido
de la generosidad y humanidad de todos, y fundamentalmente de la clase política
internacional económicamente poderosa.
Desde la tierra que espera y cree
firmemente en la Solidaridad, para que se construya un mundo mejor y más justo, a 30 de
enero de 2012
4 comentarios:
Seguimos en la lucha, querido Paco.
Un abrazo
Muchos estuvimos en esa tarea. Es oportuno continuarla, sin duda alguna.
Un fuerte abrazo.
No es bueno que una iniciativa como esta termine por ser recordada como algo que pudo ser. ¡Sigamos!
Un abrazo
Que haya una sola persona que muera de hambre es una gran injusticia, tanto como la desigualdad de unos y otros. Y lo peor es que todos los indicadores nos dicen que las diferencias aumentan en estos periodos difíciles.
Un abrazo.
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