Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 9 de febrero de 2012

Bradomín de las causas perdidas. Sonata de invierno



Que Bradomín camina siempre por el borde de la norma, es algo sabido.  Mejor rectificamos: camina siempre fiel a su norma y a su poder seductor, favorecido por su esclarecido linaje. Tiene por oficio ser galán, poeta y mantenedor de todas las pasiones.
En lo político -nobleza obliga- Valle Inclán lo hace continuar por la misma línea, destacando, aquí,  en Sonata de invierno, íntimamente ligado  al bagaje histórico del Marqués el romanticismo de los curas guerrilleros y la legitimidad de un rey. El Carlismo porta la aureola romántica de las causas perdidas y Bradomín – Valle, no quieren ser otra cosa que tradicionalistas.
Asistimos a un  romanticismo que al igual que Bradomín lleva aparejado –en este caso por la guerra- un tanto de sadismo:
“Los soldados que vienen con usted (dice sor Simona) han hecho verdaderos horrores”.  Esta afirmación hace que el Marqués destape el ánimo guerrero, despótico y feudal. Siente que el horror es bello, aplaude el saqueo de los pueblos y a los soldados que violan a las doncellas.
La tradición, esta tradición basada en el abuso  es dice,“bella como un romance y sagrada como un rito”.
Romanticismo y abuso, ideales y guerra civil. El dramatismo de un periodo de España, visto desde el prisma amable de las Memorias

7 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Todo un acierto tu visión: las causas perdidas y la contracorriente. Qué exacto.

pancho dijo...

Por dios, por la patria y el rey se llegaba al desvarío. Los radicalismos son excluyentes por naturaleza; se creen poseedores de la verdad y de la esencia profunda de las cosas. Pero tienen el atractivo del simplismo ideológico.

Un abrazo.

Gelu dijo...

Buenos días, Paco Cuesta:

Leo tu entrada ‘concentrada’ y creo que me va a encantar esta Sonata -que nos falta- para ‘conocer’ al Marqués de Bradomín.

Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

El dramatismo de una España dividida. El carlismo suena a algo muy, muy viejo. Como eres de Burgos, recordarás al abogado Codón que era el carlista más carlista. Yo iba a clase de Matemáticas a una academia en el Pasaje de la Flora. En el piso inferior estaba el Círculo Carlista que nos amenizaba a todas horas con el "Por Dios, por la Patria y el Rey...tararí, tarará".

Has abierto el fuego de la "Sonata de invierno". Vamos detrás.

Besos, Paco.

Estrella dijo...

Un romanticismo sádico ¡menudo contraste! Se presenta interesante.

Saludos, Paco

Ángeles dijo...

Paco, me ha encantado tu entrada en esta sonata, donde se amalgaman todo un crisos de tendencias del momento. ¡Los Carlistas...! he escuchado decenas de veces sus principios, y quién era el legítmo heredero de la corona de España. Mi padre tenía un amigo, que hasta estas últimas elecciones, se presentaba siempre como candidato al partido Carlista, eran unos soñadores con ideales muy nobles.

Un abrazo.

Myriam dijo...

Como dices , Bradomín es consecuente consigo mismo, hasta con su postura Carlista, que no podía ser menor.

Perdona la demora en comentarte, que ya había leido ante stu entrada y no se que me interrumpió a la hora de escribirte el comentario...

Menos mal que volví a mirar...