Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 18 de abril de 2013

Los ríos se salvan con un puente, las relaciones también. La marca del meridiano (Lorenzo Silva)



Entiendo -expresado en plan simplista- que la novela policíaca es una historia de buenos y malos en la que las correspondientes investigaciones conducen al esclarecimiento de los hechos. Durante aquellas se producen situaciones que pretenden mantener al lector atento al desarrollo. “En tensión”.

Desde mi escaso conocimiento de este (y de tantos otros) género, aprecio en La marca del meridiano una proyección diferente de las relaciones entre personajes. Es frecuente en el género (quizá haya demasiada influencia televisiva) que el jefe haga exhibición de su autoridad con frases cortas y tajantes, sin lugar a réplica y por supuesto sazonadas con la eficiencia que otorga una retahíla de “tacos” demostrando quien manda. En La marca del meridiano también hay tacos, pero la relación es normal, fluida, que ya es de agradecer.

Otra relación interesante es la mostrada con la trinca investigadora. Lorenzo Silva, quiere llegar a todos los públicos y escoge para los  protagonistas  tres edades que representan un abanico social en el que todo lector puede verse representado. Cada día tiene su afán y los años otorgan visiones diferentes de los hechos y la vida. En el caso del guardia Juan Arnau, su participación abre el campo de    las nuevas tecnologías, modos y maneras de contacto social; faceta que no hay que descuidar en el siglo XXI.

Percibimos también. Como diría yo….  una especie de  mensaje intergeneracional en la forma de presentar  la relación laboral del trío protagonista, que transportado al mundo familiar se acerca a cánones hoy quizás un tanto perdidos:
  • Confianza entre los miembros del grupo.
  • Apuesta por la generación que mañana habrá de tomar las decisiones.
  • Respeto y atención a las propuestas de los que tuvieron que decidir, acertadamente o no en muchas ocasiones.

Llegamos a tan aventurada conclusión través de la confianza que el brigada transmite a su equipo, atemperada al insertarse en una cadena de mando militar como es la Guardia Civil. No sé. Acogido al derecho como lector de interpretar la obra, se me ocurre ésta. Otra más entre la muchas posibles.

Encontramos especialmente cuidada la conexión entre el  brigada Vila y Consuelo, la esposa de la víctima. Ya desde el primer encuentro surgen algunas claves de posteriores acontecimientos vitales en el desarrollo de la trama encerrados en este breve diálogo (capítulo 3):

Vila dirigiéndose a la viuda:
“Yo agradezco que me den la oportunidad de arrojar alguna luz sobre todo esto. Sabes que lo apreciaba y que me esforzaré”.

Consuelo:
"Lo sé. Pero tengo mis motivos y deberías imaginártelos".

Vila:
"Pues no, no me los imagino".

La acción y este diálogo comienzan en un puente comarcal.

Reconozco  no acudir al género policíaco mas que en algunos días de playa. Y también que ésta novela tiene algo diferente.

6 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Me gusta ese análisis a partir de la idea tuya, en la que reconozco no haber caído: tres edades diferentes, tres situaciones distintas en la fase del investigador. Buen análisis, Paco.

Aldabra dijo...

tal y como lo cuentas entra el gusanillo de leerla... y eso que yo tampoco soy de novela policíaca.

biquiños,

Gelu dijo...

Buenas noches, paco Cuesta.

Han pasado veinte años desde que se conocen Consuelo y Vila, y ella lo sigue viendo como al joven que estaba "a las órdenes" de su marido.
Muy interesante la conversación que Lorenzo Silva crea en el Capítulo 3: ‘Mejor que no sepas’ , en el que vemos como la viuda va pasando del “desabrido saludo” hasta el final del capítulo 4:
”...acercándome la mejilla para darme un par de besos.”
“...-Ve Rubén. Y gracias por encargarte.”

Un abrazo

Myriam dijo...

Muy de acuerdo con tu agudo análisis, que está genial, de las relaciones interpersonales. Y con qué claridad lo has expresado.

Gracias y besos

Abejita de la Vega dijo...

Ni en la playa, no leo novelas policiacas ni en la playa. Sí leí la colección casi entera de Agatha Christie. Hercules Poirot es un detective ex policia muy engreido rodeado de una legión de tontos con la boca abierta. Afortunadamente, Vila y Chamorro no son así. Son un trío de tres edades,muy bien señalado, en el que cada uno aporta su visión y conocimientos.

Buen trabajo, Paco.

Un abrazo.

Ángeles dijo...

No he leído el libro a pesar de que ha tenido bastante buena crítica, me alegro que le hayas desmenuzado como lo has hecho, porque con ello, has llegado al alma misma del libro, y has presentado una visión total de él... y ahora sí sé bien de que va el libro.

Un saludo con brisas de primavera.