Ave Fénix diseñado por
Estudio xXx
Según los expertos el
verano es la época más proclive del año para separarse o divorciarse o al menos
así lo indican algunas estadísticas asegurando
que, en España casi el 28% de las
rupturas se producen en el último trimestre, justo después de las vacaciones
estivales. Uno de los motivos que los expertos señalan como causa es
principalmente el exceso de tiempo que se pasa en pareja.
La relación de pareja
como elemento vivo que es evoluciona como las especies:
En un primer momento es
impulsiva, vital, vehemente e incluso absorbente. Con el tiempo la emoción se
serena sin perder intensidad, si la relación
continúa y hay descendencia los afectos se reparten y la pareja tras el fragor
de la batalla infantil, recupera el espacio cedido (normalmente cuando los
niños se acuestan) disfrutando nuevamente de la intimidad y la presencia de la “otra
mitad”.
Tras esta etapa hay un largo espacio en el que es más difícil “estar
solos”. Los hijos, sus parejas, los nietos y toda la parentela ocupan de manera
natural el espacio disponible y del mismo modo que se perdió –o cedió- el impulso
inicial, la intimidad se torna ocasional, normalmente con el descontento de al
menos una de las partes, dando lugar a un defecto de comunicación que tiene su reflejo negativo en el exceso de tiempo que se
pasa en pareja durante las vacaciones.
Superado esto, debíamos
de ser conscientes de que la pareja como tal comenzó -a petición propia- sola y
termina sola, y es justo aquí donde puede y debe recuperar parte de lo perdido
renaciendo de las cenizas como el ave Fénix creando una nueva relación, quizá
carente del impulso inicial, pero vital, conservando eso sí, los propios espacios
que a mi juicio no debían de ser totalmente estancos. ¡Es tan bonito compartir!
4 comentarios:
Buenas tardes, Paco Cuesta:
Creo que en vacaciones se va iniciando el agosto de los abogados, que se van preparando para recibir los papeles de separación.
Has descrito muy bien la evolución de la pareja, y los cambios que se van produciendo.
Es necesario compartir y ser generoso. La convivencia puede ser maravillosa o un infierno si degenera; por ese motivo hay que cuidar el día a día.
Delibes nos hace, en estas páginas del hereje, reflexionar y entender a Teodomira y Cipriano, y apenarnos por el fracaso de su relación.
Abrazos.
La pareja ha de resucitar cada día como el Ave Fénix, difícil.
Buena reflexión.
Besos, Paco.
La pareja pasa por un montón de fases. A veces se sobrevive a esas fases y otras, no y por eso se rompe. Si llegas a las últimas fases, te vas dando cuenta que el estar solo con la pareja es de lo más gratificante, aunque nunca puedes estar seguro de nada, cualquier imprevisto lo puede cambiar todo.
La pareja son dos individualidades con sus encuentros y desencuentros.
En fin, perdona la perorata, pero las parejas somos tan distintas como las personas y quizá cada uno se vaya arreglando como puede.
Un beso Sr. Del Olmo y Felices Vacaciones con tu pareja Begoña.
Al final no me despedí de vosotros. Pasamos un bonito día.
Luz
Tienes razón y como Luz te dice también, toda pareja pasa por distintos estadios y crisis naturales, porque son dos individualidades que se unen en un proyecto común: formar una familia, etc.
Muchas fallan desde la base, por una elección errónea de objeto; otras que podrían haber sido exitosas, por no poder sobrellevar esas crisis naturales que vienen de tanto en tanto; otras por haberse distanciado tanto
el uno del otro por falta intimidad propia y necesaria de la pareja (a pesar del resto de la flia y oblig. que absorven) divorciándose gralmente pasado el verano, cuando toman real conciencia práctica de que han crecido por distintos caminos y no se soportan mutuamente, cosas antes tapadas por las múltiples "ocupaciones-huídas".
Por eso, una relación hay que trabajarla siempre y no dormirse en los laureles, cayendo en la mortal rutina. Tú y Begoña lo saben muy bien y por eso están juntos desde hace tanto tiempo.
Un abrazo para ti y otro para ella.
Publicar un comentario