Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

sábado, 22 de febrero de 2014

Las personas lo son, independientemente de sus ideas. Dejar la cosas en sus días. Laura Castañón


Elogio del horizonte Chillida (Gijón)

Si bien es cierto que Dejar las cosas en sus días abarca un siglo de saga familiar, no lo es menos que la relación Paloma-Aida es  el corazón de la trama. Sus confidencias y unas fotografías que las circunstancias impidieron  compartir, aportan las claves de un final encerrado en un archivo del YouCam titulado: “Para Aida”.
Escojo tres párrafos para otras tantas reflexiones al margen de la memoria histórica sobre la que ya corren ríos de tinta.

1 - Pues eso va a ser que estas madurando,  Aida, y que por fin te estás enterando de que las personas lo son independientemente de sus ideas.

Esta frase, puesta en boca de Aida por Laura Castañón, viene a prevenir contra la arraigada costumbre de que las ideologías separan a las personas. Dos sentimientos políticos o religiosos deben ser dos modos diferentes de resolver un problema, siempre dentro de la ley. Juzgar por signos externos, por apariencias, por creencias suele ser poco justo, en la vida diaria simpatizamos con determinado club por razones de distinta naturaleza.

2 - Me gustan los periodistas –sonrió Eloy- (…) y ahora que lo pienso, no todos los periodistas me gustan (….) Los profesores también me gustan (…) MI hijo Matias es profesor…

Todos –ya lo manifestamos en otra ocasión- acudimos a las fuentes de información que menos nos molestan
Determinado periódico bajo el brazo identifica a su portador como “progre”, el siguiente como “conservador” y si la osadía del comprador no tiene límites y se atreve a exhibir la portada del tercero, “facha” será el apelativo más cariñoso que en general reciba. La solución está en comprar cada día uno diferente, lo que aporta ventaja y valor añadido. La ventaja reside en el confusionismo, “el enemigo” no sabe dónde situarnos. El valor añadido, en recibir la misma noticia desde diversas fuentes, lo que al margen de la sorpresa (nos parecerá estar leyendo otra noticia)  contaremos con puntos de vista diferentes y la satisfacción de quedarnos con el menos molesto. Para el contenedor de papel y cartón, indudablemente el más valioso es el de mayor volumen.

3 – Los muertos en las batallas no se levantan tan tranquilos cuando se acaba de rodar, porque en la vida no hay un director de escena que a la voz de ¡corten! Dibuje la frontera entre lo real y lo ficticio (…) En su educación de niña crecida a la sombra de un abuelo ausente, héroe y mártir…

El párrafo así, fuera de contexto tiene valor por sí mismo, pero dentro de la novela es absolutamente esclarecedor de una realidad terrible y temible. Laura Castañón expone la situación vívida de lo que sucede en una confrontación civil. Las canciones, la estética, las banderas, los uniformes, ocultan desmanes y situaciones que nada tienen que ver con la política ni la igualdad. Los rencores, el afán de supervivencia y supremacía conviven con el compañerismo el valor y la entrega.

Nuevamente las consecuencias de un desencuentro propiciado por la falta de capacidad para entenderse.



6 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Ay, Paco, que yo no lo veo así. Que las personas son personas precisamente por sus ideas. Y hay ideas que pervierten y llevan a justificar las mayores atrocidades. El más bueno se puede volver malo si le sorbe el cerebro una ideología malvada, que las hay.

El libro de Laura Castañón nos muestra a un Andrés Braña que fue capaz de nadar en todas las aguas. También hay mucho de eso ahora y no es por supervivencia sino por medrar. Qué importan las ideas...las ideologías.

Besos, nos vemos en el Principal.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Bien visto, Paco. No había reflexionado sobre lo que tú has dicho con tanta lucidez: ese eje Paloma/Aida, tan diferentes y que, precisamente por esa diferencia, provocan la narración.

Kety dijo...


Buenos días, Paco, estoy de acuerdo con Abejita, las ideas condicionan y mucho, aunque siempre hay excepciones.

Con retraso, pero he comenzado a leerlo.

Un abrazo

pancho dijo...

No he llegado aún al lugar de las citas que te sirven de punto de partida para las reflexiones, voy bastante atrasado y se acaba febrero...
Que la ley sea ciega, que sea para todos igual es la base de la convivencia. Si eso falla, todo son problemas y conflictos. Su cumplimiento es la única garantía que tenemos de que los poderosos no abusen de los más débiles. Que las minorías sean respetadas por las mayorías.
De antes también pensaba que a la gente había que medirla por las apariencias, pero es engañoso porque el amparo de la tribu tira mucho, es un raro el que se oponga a los suyos aunque los comportamientos de los suyos no sean edificantes. Ejemplos los hay por doquier.
Excelentes reflexiones, eso quiere decir que la novela provoca y que cumple con una de las condiciones de todo texto que pretenda perdurar.
Un abrazo.

Myriam dijo...

Anoche terminé de leer la novela, asi que ahora después de haber leido vuestros comentarios, colegas super-aplicados, me preparo para hacer mi aporte.

Besos

Myriam dijo...

Me olvidaba, a lo que iba, que me pierdo ;-) las tres citas muy bien traidas. La última es la que más me gustó, que como dices, vale también fuera de contexto. La guerra, la muerte en batalla, no es moco de pavo ni ficción.