Torrente Ballester, foto Chema Conesa
La expresión “No hay
quinto malo” proviene al parecer del léxico taurino y viene a explicar una
situación: los ganaderos, tiempo atrás, eran quienes diseñaban el orden de la
lidia, eligiendo el lugar en que cada una de las reses debía enfrentarse con el
diestro de turno. El ganadero conocedor del previsible juego de sus toros, reservaba el de mejor nota y presumible mejor
comportamiento para ser lidiado en quinto lugar.
Situados en el contexto
de fantasía, ironía, parodia y humor con el que Torrente Ballester construye
esta novela, desarrollada en la capital de la “quinta provincia” gallega,
Castroforte del Baralla, el título dado a la entrada nos parece en cierto modo
adecuado.
Por la Quinta provincia discurren dos ríos:
uno malo el Mendo que canaliza las aguas materiales y otro bueno el Baralla al
que se le encomienda recoger las espirituales. En el fondo son una metáfora de
la obra de Torrente, que discurre entre lo ¿real? y lo fantástico. Los
habitantes de Castroforte necesitan dos polos para sobrevivir y unos mitos a
los que poder recurrir como si fueran reales.
Todo es sorprendente en la novela: la
introducción Incipit cuyo sentido
final queda en el aire, la Balada que
narra el descubrimiento de un cuerpo incorrupto y una primera parte narrativa en la que José Bastida
pone al lector en conocimiento del pasado del pueblo, de sus mitos y sus tramas, como lo son la llegada del Cuerpo Iluminado de Santa Lilaila de Éfeso por el mar acompañada
de una flota de lampreas, la leyenda de la ocupación mercantil de Argimiro el
Efesio, la conquista de Castroforte, el descubrimiento del
Cuerpo Santo por el primer Barallobre o las vidas de los cuatro J.B. del
pasado: el Obispo Bermúdez el canónigo Balseyro, el almirante Ballantyne y el
vate Barrantes.
¿Ironía al tema de la investigación histórica sus referencias y fuentes?
Continuemos.
6 comentarios:
Ironía y mucha coña, Torrente Ballester, que conocía el oficio, supo cómo jugar con los censores para crear y recrear un mundo que era y no era la España del momento. Qué buena entrada, Paco.
"Orden de lidia", "mejor nota"; una apertura de faena a porta gayola. Qué bien usado el léxico de la tauromaquia.
Atractivo e inteligente comentario haciendo hilo con la socarronería de don Gonzalo.
Un abrazo
Una quinta provincia que es una capital de provincias franquista vista en un espejo deformado, de los de feria.
Algún investigador fantasioso conoció don Gonzalo, pienso.
Ironía, mucha.
Besos, Paco.
Es verdad con la ironía se torea muy bien, me ha gustado su referencia al quito toro y la quinta provincia. A veces la realidad es tan grotesca que cualquier mundo imaginario que imaginemos se queda en mantillas a su lado, esto desde luego no le pasa a Gonzalo Torrente Ballester; en boca de José Bastida:"Pero aquellas viruelas de luz que me habían salido en el alma iban a dar más juego de lo que yo mismo hubiera esperado, un juego tan dramático ..." Como los dramas de nuestros días tan grotescos que son la coña, acaso no darían hoy tb juego crítico a la Ballester?
Creo que no he leído nada igual, hasta ahora. Quizás "El Quijote", del que voy por la segunda parte.
Un abrazo
Que bueno el título que le pusiste a la entrada. "No hay quinto malo", no había ciado en cuenta de eso.
Un abrazo
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