Honor, una gran palabra con muchas acepciones y casi tantos modos de entenderlo como entendedores, suele interpretarse subjetiva o colectivamente en función del mérito el heroísmo, la ascendencia y -particularmente en las mujeres- en función de la conducta sexual.
Pero… ¿qué es el honor? Por honor se
corta un dedo o una mano, por honor se hace el harakiri. Un kamikaze actúa por
honor, por honor se da y se quita la vida. El honor llevado al límite, como
muestra Cervantes en Don Quijote, conduce al ridículo. Hoy, el honor se ve como
algo caduco, como una reacción absurda.
En el teatro barroco español, tres
eran los temas fundamentales: el amor, la religión y el honor. Calderón de la
Barca recoge en El alcalde de Zalamea un duelo entre el honor y dignidad personal de Pedro Crespo y el
honor corporativo del general Lope de Figueroa y el capitán Álvaro de Altaide
por el robo del honor a Isabel. Don Lope y el capitán entienden el honor como
consecuencia del nacimiento y la posición social. Pedro Crespo tiene una
concepción distinta: el honor de un villano descendiente de campesinos libres es patrimonio del alma y esta sólo es de Dios. El honor no reside en la sangre.
Calderón pone de manifiesto una vez
más en El alcalde de Zalamea su preocupación por la relación del hombre con Dios en un drama de alta
concepción moral que, no por muy conocido especialmente en su versión escénica,
resulta menos fascinante como lectura.
4 comentarios:
¡Qué cierto, Paco! ¡Qué cierto!
Besos
Brioso comienzo, con los temas centrales de la obra.
El honor definía casi al español, pero también lo esquematizaba y le obligaba: era una norma social, aún con sus tintes de hipocresía...
Sutileza de la que ahora quizá no seamos consciente: la obra plantea que también los villanos -aquí villanos ricos, pero villanos- tenían derecho al honor. Esa es la visión correcta en este caso.
Adelante.
Por el honor se mata, por el honor se muere. Tiene razón Pedro Ojeda, demasiado honor en la historia de España, y demasiadas muertes.
Creo que ha desparecido ya ese concepto del honor,que trata Calderón en su obra El alcalde de Zalamea, aunque si te digo la verdad, aún la estoy leyendo, pero lo que sí persiste en al actualidad, es esa indignación por las personas indignas, que van cometiendo injusticias a diestro y siniestro, sean de la clase social que sean, al menos yo lo veo así.
Un abrazo
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