El sueño (Pablo Picasso)
Al
principio cuando el conflicto parecía improbable porque nunca antes se había
presentado, no se le ocurrió pensar en el futuro ni en convivencias pasadas.
Sólo acertaba a comprobar cómo, circunstancias triviales, justas y razonables,
según su entender, interpretadas desde otro punto de vista podían dejar cierto regusto
amargo en la copa de un deseo.
Como
pareja, siempre pensaron -y a ello dirigieron sus esfuerzos- en una casa
suficiente. Cada uno su habitación, su espacio, su necesaria intimidad. Salón y
comedor, para compartir días de familia. Todo ello, hace un tiempo, al
principio.
Él
era razonablemente ordenado para sus cosas, sus libros, su música, algún
recuerdo y foto entrañable, especialmente aquella: un primer plano en blanco y
negro que lo acompañó siempre en su mesa de trabajo.
Los hogares al principio
se llenan, luego, por circunstancias normales de la vida se vacían –pensó nostálgico
con el allegro de un Otoño de Vivaldi como fondo.
- Tal
vez sea el momento de transformar una habitación en cuarto de trabajo donde
tener mis cosas. Sería el rincón que siempre me gustó tener. Ahora que los
hijos se han ido es posible. Conservaré el sofá-cama por si hace falta.
Llevaré el equipo de música y el estante para libros. Sólo necesitaré comprar
un flexo.
-
¡Papá!
¿Y...qué harás cuando vengamos todos? ¡Así habrá una habitación menos!
¿Qué
es la vida? Un frenesí.
¿Qué
es la vida? Una ilusión,
una
sombra, una ficción,
y
el mayor bien es pequeño:
que
toda la vida es sueño,
y
los sueños, sueños son.
Obviamente:
Don Pedro Calderón de la Barca
5 comentarios:
Una cama menos, y un trabajo más. Aves migratorias...
Vendrán todos, no lo dudes. Y acompañados.
Un abrazo, Paco.
Buenos días, Paco Cuesta:
No sabía que se había pagado tanto dinero por ese cuadro. Es la demostración de lo locos que estamos y lo mal repartida que está la riqueza.
En cuanto a los pequeños sueños particulares, …sí, buena idea comprar un flexo.
: )
Abrazos
Tenía razón Calderón, que los sueños, sueños son, pero a veces, tienen la desfachatez de cumplirse y luego tenemos que inventarnos otro sueño.
Yo, estoy muy contenta con "mi habitación propia". Eso sí, dejo otra para cuando les da por venir y quedarse a dormir.
Besos y ¡Feliz Año"!
Me has emocionado con tu relato, Paco.
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