Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 22 de abril de 2010

El último romántico. Don Quijote. Cap. 46/2

La soledad es terreno abonado para que la lucha interna entre fidelidad e infidelidad se manifieste con mayor fuerza. Si por añadidura hay  notorios aunque fingidos ofrecimientos amorosos como manifiesta Altisidora con sus desmayos, la fortaleza se viene abajo, por lo que la solución para Don Quijote pasa por la huída. No, no es realmente una huída sino la búsqueda de una salida airosa y no humillante para una situación ridícula y burlesca: 
“Y, con esto, se fue, porque no fuese notado de los que allí le viesen”. 
El capítulo mantiene abiertos todos los frentes: la duquesa no se ha olvidado de la carta de Sancho a Teresa Panza y dispone para que la reciba –ha de recopilar información para futuras actuaciones-, Altisidora, parodiando celos, saca a colación los azotes que Sancho adeuda y el historiador nos anuncia nuevas aventuras en el gobierno de Barataria.
A buen seguro, mientras las pláticas abrevian la tarde, la mente de nuestro caballero iba esbozando el procedimiento con el que poner remedio a los desengaños de la doncella
Llegada la noche desde su aposento, tras afinar voz y vihuela, desgrana en forma de romance los consejos que ha elaborado como consuelo al mal de amores de su –fingida- enamorada, asentados en cuatro principios:

 

  • Trabajo en lugar de ociosidad, como antídoto a las ansias amorosas.
  • Honestidad ante el acoso de don Juanes de ocasión.
  • Serenidad con los amores a primera vista.
  • Firmeza en las convicciones amorosas.


 
Visto desde la perspectiva actual resulta un tanto machista exigir solamente la virtud a la mujer, pero, estamos en 1615, la religión la moral y las costumbres se rigen por otros principios de los que Cervantes deja constancia.
En el inicio se anunció la intención de los duques de preparar una burla “risueña” que tiene lugar al fin del capítulo:
“Más risueña que dañosa”.
Otra vez, una frase de apariencia amable, destaca hasta que punto, son ninguneadas las personas en determinadas circunstancias. La mente fantástica de Don Quijote, transforma gatos y cencerros en malignos encantadores y hechiceros, para satisfacción de los promotores de la burla y risa de los presentes. La integridad física y moral, se coloca en segundo término, lo importante es la diversión, incluso la doncella se permite hacerle responsable del daño sufrido por ser fiel a Dulcinea.
“Los duques le dejaron sosegar y se fueron pesarosos del mal suceso de la burla; que no creyeron que tan pesada y costosa le saliera a don Quijote aquella aventura: que le costó cinco días de encerramiento y de cama”.
¿Cuál es la respuesta de quien encarna los valores opuestos a duques, condes y resto de estamentos similares?
“Se tendió en su lecho, agradeciendo a los duques la merced, no porque él tenía temor de aquella canalla gatesca, encantadora y cencerruna, sino porque había conocido la buena intención con que habían venido a socorrerle”.
Imagen: cvc.cervantes.es

 

 

 

 

7 comentarios:

pancho dijo...

Mucho es lo que echa de menos DQ a su escudero, pero al menos nos sirve para descubrir su faceta de letrista, cantante y compositor.Al menos sacó partido a su soledad no buscada, que es la mala.

Los duques no querían causar daño al hidalgo, pero no sospechaban de la pantera enfurecida que venía escondida en el saco.

Buen resumen que resalta los momentos claves de la historia.
Un abrazo.

Asun dijo...

Me gustan estos resúmenes que haces, tocando todos los aspectos relevantes. Muy bien reflejados los consejos del romance que DQ cantó a Altisidora.

Un abrazo

Myriam dijo...

Me gusta mucho tu perspectiva y como viste tan claros esos cuatro principios en el poema.

Abrazo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Me gusta tu comentario sobre la posición de la mujer en la época y la forma en la que has visto los sentimientos de don Quijote.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Seguro que en esa época la mujer estaba excesivamente oprimida por la costumbre y la religión...pero es que hoy en ese tema de la virtud no se ha avanzado mucho...por desgracia... Como bien dicen más arriba lo has analizado muy bien...enhorabuena. un abrazo

Merche Pallarés dijo...

Al igual que mis colegas comentaristas, me ha parecido tu visión del capítulo ¡excelente! Y el final ¡qué nobleza la de nuestro Quijo! agradeciendo a los facinerosos que le hubiesen socorrido... Besotes quijotescos, M.

Abejita de la Vega dijo...

Con esos cuatro principios don Quijote lee la cartilla a Altisidora. ¡Qué fidelidad y qué aguante el del castísimo don Quijote!
Pero, como tú apuntas, Altisidora, al menos, se pone a curarle con vendas y aceite de Aparicio. Ese aceite nos suena a los de Burgos, je.
Un abrazo quijotesco