Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 27 de mayo de 2010

Las constituciones de Sancho. Don Quijote. Cap. 51/2


Con un desayuno más propio de anacoreta que de juez, comienza la jornada nuestro buen Sancho, se enfrenta a otro caso que nos trae a la memoria la “paradoja de Protágoras”; el mayordomo (Trifaldi) ha preparado el tema como una de esas adivinanzas-trampa, orientadas al fracaso del adivinador. Con habilidad, Sancho le hace repetir una y otra vez el episodio, no sabemos bien si para ganar tiempo o para –internamente- burlarse de los burladores. En todo caso resuelve salomónicamente:

”Él tiene la misma razón para morir que para vivir y pasar la puente; porque, si la verdad le salva, la mentira le condena igualmente; y siendo esto así, como lo es, que le dejen pasar libremente, pues siempre es alabado más el hacer bien que mal”.

Reaparece en ésta ocasión don Quijote en una epístola dirigida a Sancho, en la que reconoce su buen gobierno, pese a lo cual, al igual que sucediera en el capítulo 42, (“Quiero aconsejarte y ser norte y guía que te encamine y saque a seguro puerto deste mar proceloso, donde vas a engolfarte”) enumera una especie de bienaventuranzas quijotescas con las que orientar al escudero-gobernador en su carrera, dejando sentado que la eficacia mostrada es gracias al cielo y a sus consejos:

“Di por ello gracias particulares al cielo, el cual del estiércol sabe levantar los pobres y de los tontos hacer discretos”.
“Mira y remira, pasa y repasa los consejos y documentos que te di por escrito antes que de aquí partieses a tu gobierno, y verás como hallas en ellos, si los guardas, una ayuda de costa que te sobrelleve los trabajos y dificultades que a cada paso a los gobernadores se les ofrecen”.

No es, por tanto, mérito propio, todavía conserva don Quijote el sabor agridulce de ser aventajado por su escudero, por lo cual, como muestra de su superioridad, finaliza con un “latinajo” y frase paternalista:

“Y adiós, el cual te guarde de que ninguno te tenga lástima”.

En la respuesta también epistolar, documenta Sancho a su señor del mucho trabajo y pocas satisfacciones que le está proporcionando el gobierno, le enumera algunas de las sentencias dictadas en el recorrido por su gobierno y manifiesta una duda que le persigue sobre la permanencia en Barataria.

"Si me dura el oficio…"

La lealtad de Sancho es patente en la carta, no duda de don Quijote, se duele de sus problemas y encantamientos, como quedó de manifiesto en ocasione anteriores, se necesitan el uno al otro y por ello añade un ruego:

“No querría que vuesa merced tuviese trabacuentas de disgusto con esos mis señores, porque si vuesa merced se enoja con ellos, claro está que ha de redundar en mi daño”.

La despedida muestra la sumisión a su señor, a pesar de su condición de gobernador:

“Criado de vuesa merced”.

Estamos asistiendo al principio de fin.  A pesar de que el objetivo es la humillación, las resoluciones de Sancho son acertadas, la burla se ha vuelto contra sus creadores de tal modo que:"hasta hoy se guardan en aquel lugar y se nombran: Las constituciones del gran gobernador Sancho Panza".
Aun recogiendo el título cinematográfico “más dura sera la caída”, la victoria hoy está del lado del gobernador.


iQué buen vasallo si oviera buen señor! (Cantar de Mio Cid) 





8 comentarios:

pancho dijo...

Estupendo comentario y mejor remate con la cita del Mio Cid. ¡Cómo tira la tierra! Sancho está tan harto de tanto ajetreo como su amo de la convalecencia. Es verdad que todo parece abocar al reencuentro. Como siempre, Cervantes girando las situaciones a su antojo y conveniencia de la novela.

Muy bien destacado el tratamiento de igual a igual en las cartas.

Un abrazo

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Toda una lección a la jurisprudencia de hoy la que hace Cervantes por boca de Sancho... desde luego la actuación de la inocencia de Sancho no deja a nadie impávido ..un abrazo

Merche Pallarés dijo...

También me ha gustado mucho la última frase del "Cantar de Mio Cid" que viene muy a cuento de estos capítulos que vamos leyendo sobre Sancho y su gobierno. ¡Cuánta crueldad e ignominia tiene que aguantar nuestro sabio Sancho! Besotes, M.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Magnifico comentario.

La frase del Cantar de Mio Cid es extraordinariamente apropiada.

Un abrazo.

Asun dijo...

Sancho está sobresaliente en la resolución del pleito del puente.
Sin embargo quiere acabar ya con el mandato, no le compensa.

Un abrazo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué poco le falta al pobre Sancho para que lo traten como no merece... después de haberlo hecho pasar hambre, como bien dices.
Excelente tu análisis, querido Paco.

Myriam dijo...

Qué lección de jurisprudencia nos da Cervantes a través de Sancho y como me gusta tu análisis. Y como me gusta que la burla se haya vuelto hacia sus creadores.

Abrazos

Abejita de la Vega dijo...

La frase que más me gusta del Cantar es ésa, aplicable a Sancho, desde luego. A los castellanos, en general, nos viene que ni pintada porque nos rige cada uno...

Don Quijote le quita méritos a Sancho cuando dice que da gracias al cielo que del estiércol levanta a los pobres y de los tontos hace discretos. Le escuece que su escudero sea admirado por sus discreciones, tiene pelusa...

Un abrazo, Paco.