Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 13 de mayo de 2010

Los burladores burlados. Don Quijote. Cap. 49/2



Pasadas las primeras pruebas, va asentándose Sancho en su gobierno. Nos muestra en el capítulo como, para controlar una situación lo más importante es:
El menos común de los sentidos y un tanto de mano izquierda.
Las industrias urdidas por el equipo: duque, mayordomo, labrador…. Se van desvaneciendo, Sancho reconviene a los importunos:

“Ahora verdaderamente que entiendo que los jueces y gobernadores deben de ser o han de ser de bronce que a todas horas y a todos tiempos quieren que los escuchen y despachen, Y si el pobre del juez no los escucha y despacha, o porque no puede o porque no es aquel el tiempo diputado para darles audiencia, luego les maldicen y murmuran”.

Reordena su sustento y el de su rucio:

“Vuelvo a decir que se tenga cuenta con mi sustento y con el de mi rucio, que es lo que en este negocio importa y hace más al caso”.

Recuerda a todos que deben de estar atentos a lo importante:

“Todo el mundo traiga el ojo alerta y mire por el virote”.

Deja sentados los principios de gobierno por los que han de regirse sus gobernados que pasan, según deja ya claro el Autor, de burladores a burlados.

“—Dijo el maestresala— que vuesa merced tiene mucha razón en cuanto ha dicho”.

“—Dijo el mayordomo— que estoy admirado de ver que un hombre tan sin letras como vuesa merced, que a lo que creo no tiene ninguna, diga tales y tantas cosas llenas de sentencias y de avisos”.

Reconfortado con la cena y el reconocimiento de sus súbditos Sancho, “maguera tonto, bronco y rollizo”, con vara de mando y séquito, deja en entredicho el proceder de los gobernantes; lejos de holgar y bien vivir hace ronda por la ínsula para limpiarla.

Como ya sucediera en ocasiones anteriores, los burladores han preparado una serie de pruebas al gobernador con el ánimo de ridiculizarle, la descripción de las mismas es aprovechada en la obra para caricaturizar la sociedad de la época.

Se refleja la figura del administrador de una casa de juego -baratero- que de grado o por la fuerza cobraba un dinero –barato- a quienes ganaban en el juego. En este caso Sancho resuelve con la eficacia ya demostrada: multa al jugador y destierra al aprovechado con el añadido de hacerle “tornar luego esos cien reales” y proponerse como objetivo quitar las casa de juego.

El siguiente episodio de tinte picaresco reúne toda la gracia y simpatía de ese tipo de literatura; el gobernador acoge el ingenio y habilidad verbal del mancebo de buen grado y lo libera de los corchetes, advirtiéndole que con la justicia, si va por lana, puede salir trasquilado.

La última escena en este caso no preparada, sorprende también a los consabidores de las burlas. Volvemos a una narración pormenorizada y densa, con secretos, lágrimas, descripción de indumentaria y travestismo, para denunciar la situación –como en el episodio de las dueñas- en que se desenvolvían las mujeres de la época. Por lo general, el hombre era el único depositario y administrador de los derechos de los considerados débiles.



La mayor parte de los hombres tiene una capacidad intelectual muy superior al ejercicio que hacen de ella. (José Ortega y Gasset)

8 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Como dice ANIKI en "La Acequia" yo tambien votaría a Sancho en las próximas elecciones. Ese sentido común que tiene es muy necesario hoy en dia donde todo está "patas p'arriba"... Besotes quijotescos, M.

Asun dijo...

El menos común de los sentidos resulta ser el de mayor sentido común. Sancho, con su naturalidad y espontaneidad, va dejando a todos boquiabiertos al tiempo que resuelve las pruebas que lel van poniendo y las que surgen de improviso.

Abrazos

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Asi es, amigo Paco. Los burladores son burlados. El titulo de tu excelente analisis, en mi humilde opinión, refleja la esencia de lo que sucede en este capitulo.

Un abrazo.

pancho dijo...

No me extraña que Sancho empiece a hartarse del oficio de gobernador; en esta ínsula no se para ni para echar un cigarro, se trabaja a destajo, de noche y de día.

Sancho legisla y ejecuta sus leyes. Tiene mucho poderen sus manos, demasiado.

Te has acordado del burro de Sancho, él es consciente de que le va a hacer falta para la vuelta a no mucho tardar y debe estar bien alimentado para poder con él, como ya nos anuncia el autor.

La cita del filósofo tiene muchas aristas y puntos de vista.
Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué bien traída la cita de Ortega, querido Paco.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Sorprende como bien dices a licenciosos e inocentes...desde luego es la impronta del pensamiento de Cervantes con respecto a la sociedad de la época. Para Cervantes la ociosidad de los ricos se convierte en estupidez de vida....un abrazo

Abejita de la Vega dijo...

Me gusta la frase de Ortega que has puesto, me recuerda aotra de Ramón y Cajal que dice que todos podemos ser los escultores de nuestro propio cerebro. Y seguro que, como dice el gran filósofo, no lo esculpimos todo lo que podemos.
El programa de Sancho se basa en el sentido común, el mnenos común de los sentidos. Qué pico de oro , el coro de burladores se queda pasmado. Y no se olvida de su rucio, faltaría más.
Un abrazo, Paco.

Myriam dijo...

Me resultò sumamente placentero deleitarme con tu anàlisis y con en broche de oro de la cita de Ortega y Gasset, que cuanta razòn lleva. Los neurocientìficos han demostrado que usamos apenas, si acaso, un 30 % de nuestra capacidad.

Como me gusta este sentido comùn de Sancho, creo que yo tambièn lo votarìa.

Un abrazo