Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

lunes, 6 de septiembre de 2010

La evolución de las especies


La evolución por acción de la selección natural asegura la supervivencia del más apto y explica las diferencias, éxito y fracaso de las sociedades.

Las calles del centro de la ciudad -ahora peatonales- por la tarde ocupadas por turistas y paseantes, son territorio de repartidores y empleados de limpieza urbana. Sin saber por qué, conservo en la memoria un recuerdo casi fotográfico de sus comercios; el número 7, un local largo y estrecho, -primero panadería- se convirtió por obra de marido ejecutivo, en boutique para esposa desocupada. -las boutiques tuvieron gran auge en su tiempo. Más tarde, padres bien posicionados por la construcción, lo transformaron en inmobiliaria para gestión y desarrollo de sus promociones únicas, pasando poco después a convertirse en agencia de viajes para joven recién diplomada en turismo.

Hoy en el local número 7, hombre maduro, al que recuerdo como empleado de una joyería, limpia afanosamente, encaramado en una escalera -por el aspecto comprada en un “chino”- un cartel amarillo en el que a gran distancia puede leerse: “Compro oro”.

En el número 12, originariamente conocido restaurante, dos ciudadanos chinos sacan apresuradamente maniquíes ataviados con la indumentaria más colorista que imaginarse pueda.


Por cierto: ¿Qué razón ha traído a mi mente la evolución de las especies?

11 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Evolucionamos pero no siempre mejoramos. Lo del oro, me da mal rollo, como dicen ahora. Suena a Monte de Piedad.
¿Laín Calvo?
Un abrazo

Merche Pallarés dijo...

Alucino como ha ido evolucionando el Nº 7... Así es la vida. Ahora a comprar oro... Besotes, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Buena reflexión. Antes un comercio duraba "toda la vida", llevamos una temporada que cada 5 años cambian casi completamente. Ahora, los compradores de oro, las marcas internacionales y los comercios de los chinos ocupan las ciudades.
Nos extinguimos.

Myriam dijo...

o nos ahogamos....glu, glu. glu......

Me sorprendió en la calle Leganitos de Madrid el barrio "Chino" que se está formando.... y entre esos negocios un Rstaurante: " El Ingenio de Cervantes"

Un abrazo

Myriam dijo...

PD- Creo que voy a comenzar estudios en Chino Mandarín, para estar a tono con la época.

Por ahora sólo se decir: " Wo Ay Ñi" que quiere decir " Te amo", pero no creo que llegue lejos con eso.

Asun dijo...

Yo cada vez que voy al centro me siento extraña en mi ciudad, cambian los comercios a una velocidad vertiginosa. Hoy, si quisiera comprar algo concreto, no sabría a donde acudir, tendría que preguntar.

Un abrazo

Asun dijo...

Por cierto, hablando de cambios, ¿has cambiado el aspecto del blog o es que antes yo no ponía la atención suficiente?

Paco Cuesta dijo...

Abejita: Podría ser la calle Lain Calvo, me temo que encontraremos ese rótulo en cualquier calle.

Merche: Esos número 7 se prodigan en nuestras ciudades. Como dice Pedro, nos extinguimos.

Pedro: Pasamos de la segunda vivienda a vender la alianza de boda. Me entristece.

Myrian: Nos has enseñado la mejor de las frases.

Asun: Es cierto, nos perdemos.
Efectivamente con el comienzo de curso cambié de cuaderno.

Gtacias a todos.Un abrazo

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Estpuenda reflexión. Nada es eterno, y en estos tiempos menos que nunca.

¿Adonde vamos? Mmm... no me gusta nada esto.

Un cordial saludo.

Antonio Aguilera dijo...

Evolucionamos y no siempre para mejor, sino sólo por el pincipio -desde un principio- de: el ser más fuerte se carga al más débil; o, el débil, por su propia debilidad va desapareciendo del mapa.

El dinero manda más...

Paco Cuesta dijo...

Cornelius: Tal vez hacia el hombre sin camisa e infeliz.

Antonio: Evolución o depredación.

Un abrazo