De justicia es reconocer -sufrido lector- que la
tríada que encabeza estas líneas, no aparenta vinculación alguna. Que desorienta. Todo viene a cuento de que las
cosas no son lo que parecen, si no lo que realmente son. Empecemos por la
segunda parte del título.
La arquitectura urbana, ornamental, o como quiera
que se denomine a la distribución del espacio urbano creada –se supone- para la
comodidad del ciudadano, se olvida con frecuencia de su natural tendencia. El
Auto CAD y la lógica geométrica, luchan en cada rincón de nuestras ciudades con
la lógica humana, como se puede apreciar en la imagen que encabeza estas líneas.
No tiene sentido, lo sé, pero el nuevo camino se
asoció en mi mente con Ortega y Gasset. La rebelión de las masas que cada día
se dirigen a un centro comercial cercano, ha trazado una nueva ruta, siguiendo
su buen saber y entender en clara disidencia con los arquitectos de “la cosa”.
Las numerosas
sendas y caminos de nuestros pueblos, son un tratado de ingeniería popular en
base a la teoría de “más corto, más cómodo”.
Hace unos días, un conocido, a la sazón alcalde de
una localidad cercana atravesada por una carretera general, manifestaba su
preocupación por donde situar un semáforo.
- Habla con
los vecinos -sugerí- para ver cuál es la ruta habitual de paso.
- No,
contestó, para eso están los ingenieros.
El semáforo está ya colocado en
el lugar elegido por los técnicos.
La relación de pareja (esto tampoco tiene relación y
también lo sé) tiene un tanto de arquitectura emotiva. En ella, los
arquitectos, son usuarios del proyecto
que no necesariamente ha de ser primoroso, perfecto, calculado (sábado por la
mañana, domingo viendo la peli). Tampoco se trata de “aquí te pillo aquí te
mato” (que también). El proyecto pasa porque en la arquitectura de pareja, lo
ornamental no impida lo espontáneo, que los caminos se tracen de común acuerdo
para que los espacios no se rompan.
- Me
preguntas lector sufrido que como he llegado hasta aquí…..
- No lo sé,
quizás atravesando un jardín camino del “super”
8 comentarios:
Se empeñan en trazarnos caminos que no queremos transitar. Atajaremos, si nos dejan.
Un abrazo.
Ese caminillo rompe con lo poco que aprendí en aquellas clases de Geometría, tan poco atractivas.
Ese rincón de mi ciudad no lo identifico.
Besos
Bendito jardín si ha permitido esta entrada, Paco.
Muy bueno Paco, me ha gustado tu relato de título tan dispar, para llegar a una buna conjunción de todo.
Un abrazo
Luz
¡jajajajajajajja excelente, Paco, excelente! y disculpa que no haya venido antes, no se como se me había pasado esta entrada....
y vivan los jardines del alma que te hacen florecer la creatividad.
Besos
Me imagino a Paco atrochando con el carrito de la compra por no dar el rodeo.
Excelente conjunción de imagen y texto con enseñanza.
Un abrazo.
Buenos días, Paco Cuesta:
Imagino que todo ese filosofar práctico, era -ya- en el camino de vuelta, con todos los encargos cumplidos, cargado con las bolsas, y por delante:...¡el estupendo fin de semana en pareja!.
Saludos.
P.D.: La foto HABLA, y da un tirón de orejas a los técnicos que no escuchan.
Si es que no habría que hacer tanto caso a los ingenieros, ni a los técnicos. Referendum, como en la pareja jejejejeje.
Besos
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