Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

viernes, 20 de enero de 2012

La rebelión de las masas, Arquitectura ornamental y Relación de pareja.



De justicia es reconocer -sufrido lector- que la tríada que encabeza estas líneas, no aparenta vinculación alguna. Que  desorienta. Todo viene a cuento de que las cosas no son lo que parecen, si no lo que realmente son. Empecemos por la segunda parte del título.
La arquitectura urbana, ornamental, o como quiera que se denomine a la distribución del espacio urbano creada –se supone- para la comodidad del ciudadano, se olvida con frecuencia de su natural tendencia. El Auto CAD y la lógica geométrica, luchan en cada rincón de nuestras ciudades con la lógica humana, como se puede apreciar en la imagen que encabeza estas líneas.
No tiene sentido, lo sé, pero el nuevo camino se asoció en mi mente con Ortega y Gasset. La rebelión de las masas que cada día se dirigen a un centro comercial cercano, ha trazado una nueva ruta, siguiendo su buen saber y entender en clara disidencia con los arquitectos de “la cosa”.
 Las numerosas sendas y caminos de nuestros pueblos, son un tratado de ingeniería popular en base a la teoría de “más corto, más cómodo”.
Hace unos días, un conocido, a la sazón alcalde de una localidad cercana atravesada por una carretera general, manifestaba su preocupación por donde situar un semáforo.
-  Habla con los vecinos -sugerí- para ver cuál es la ruta habitual de paso.
-  No, contestó, para eso están los ingenieros.
El semáforo está  ya colocado en el lugar elegido por los técnicos.
La relación de pareja (esto tampoco tiene relación y también lo sé) tiene un tanto de arquitectura emotiva. En ella, los arquitectos, son  usuarios del proyecto que no necesariamente ha de ser primoroso, perfecto, calculado (sábado por la mañana, domingo viendo la peli). Tampoco se trata de “aquí te pillo aquí te mato” (que también). El proyecto pasa porque en la arquitectura de pareja, lo ornamental no impida lo espontáneo, que los caminos se tracen de común acuerdo para que los espacios no se rompan.
-  Me preguntas lector sufrido que como he llegado hasta aquí…..
-  No lo sé, quizás atravesando un jardín camino del “super”



8 comentarios:

Manolo dijo...

Se empeñan en trazarnos caminos que no queremos transitar. Atajaremos, si nos dejan.
Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

Ese caminillo rompe con lo poco que aprendí en aquellas clases de Geometría, tan poco atractivas.

Ese rincón de mi ciudad no lo identifico.

Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Bendito jardín si ha permitido esta entrada, Paco.

Ele Bergón dijo...

Muy bueno Paco, me ha gustado tu relato de título tan dispar, para llegar a una buna conjunción de todo.

Un abrazo

Luz

Myriam dijo...

¡jajajajajajajja excelente, Paco, excelente! y disculpa que no haya venido antes, no se como se me había pasado esta entrada....

y vivan los jardines del alma que te hacen florecer la creatividad.

Besos

pancho dijo...

Me imagino a Paco atrochando con el carrito de la compra por no dar el rodeo.

Excelente conjunción de imagen y texto con enseñanza.

Un abrazo.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, Paco Cuesta:

Imagino que todo ese filosofar práctico, era -ya- en el camino de vuelta, con todos los encargos cumplidos, cargado con las bolsas, y por delante:...¡el estupendo fin de semana en pareja!.

Saludos.

P.D.: La foto HABLA, y da un tirón de orejas a los técnicos que no escuchan.

Asun dijo...

Si es que no habría que hacer tanto caso a los ingenieros, ni a los técnicos. Referendum, como en la pareja jejejejeje.

Besos