Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 27 de septiembre de 2012

Al otro lado. El lector de Julio Verne



Lo sé. No hay una relación clara entre la novela El lector de Julio Verne y el disco de Hevia.
¿Qué aporta este a aquella?... frescura, diría yo.
Frescura a un episodio -otro más- que sale de la prolífica túrmix de una guerra olvidable. En cualquier caso el título es sugerente, sí aporta algo.

Parto del principio de que en una guerra, fundamentalmente hay víctimas. Víctimas entre los que combaten y los que no, víctimas situadas  a ambos lados de la línea divisoria, y víctimas muy alejadas e incluso ajenas al conflicto y sus causas.

Madres, padres e hijos que, en muchos casos por azar, se han visto situados “al otro lado”, en el menos afín a sus ideas y en consecuencia corren el riesgo de ser: “el enemigo”.

Madres, padres e hijos, que por determinada situación económica o familiar no por convicción, forman parte de un sistema situado “al otro lado” y en consecuencia se convierten en "administradores de la verdad".

Unos y otros, han sido y serán víctimas. En uno u otro lado habrá gente ruin. Es obvio.
Si pudiéramos cambiar  posiciones… ¿Cuál sería el resultado?
Posiblemente el mismo: todos víctimas.

9 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Precisamente la novela de Almudena incide en la idea de que las fronteras entre los dos lados no están tan claras. Rojos azules, azules rojos.

Besos, Paco.

Merche Pallarés dijo...

Estoy de acuerdo con ABEJITA. Almudena Grandes creo que ha sido muy ecuánime en esta novela, ni a favor ni en contra de los dos bandos porque todos tienen sus más y sus menos... Besotes, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Qué magnífica entrada, Paco. El problema que las víctimas son siempre las mismas, a ambos lados, en efecto. Quien sale ganando está en otras posiciones.

Myriam dijo...

Suscribo a los comentarios que me preceden. Y las víctimas, más víctimas son siempre los niños, que no son responsables de las decisiones que los adultos han tomado, de un lado y del otro.

Besos

PD: te envié dos correos Paco a tu hotmail, como no tengo respuesta tuya, quiero saber si los has recibido. Gracias.

pancho dijo...

Todavía tienen que pasar bastantes generaciones para que el olvido alivie los rencores que tanta sinrazón acarreó. Para que hablemos de la Guerra Civil como si fuera la Guerra de la Independencia que parece que le ocurrió a otros. En una guerra todos pierden.

Un abrazo

mj dijo...

Encantada de conocerte Paco a través de este club de lectura.
Siempre hemos vivido bajo el influjo de guerras declaradas como tales y también de las guerras silenciosas. Este mundo está poblado de víctimas y la mayoría no representa a ningún color o bandera. No existe mucha diferencia con el ahora. Seguimos siento víctimas de un sistema de poder, cambiar de posición, no sé... ¿tenemos alternativa?.
La entrada magnífica Paco, me encató tu exposición. Y esa música tengo que escucharla.
Un saludo grande
mj

Asun dijo...

Las mayores víctimas de una guerra son precisamente quienes se ven envueltos en ellas sin comerlo ni beberlo.

Besos

matrioska_verde dijo...

siempre existe un "al otro lado", al otro lado de la guerra, de una ruptura, de un contraro... por eso siempre es muy importante saber ponerse en la piel del otro.

biquiños,

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, Paco Cuesta

Sí, el miedo nos hace víctimas. Creo que va unido al ser humano desde el nacimiento, y nos acompaña hasta el final. Toma cuerpo en nosotros.

Saludos.