Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 7 de marzo de 2013

¡Adelante siempre!, Aurora roja. (Pío Baroja)




Con puntualidad poco germánica, el aula iba completando su aforo.

-¡Buenas tardes! –Dijo el profesor. Mientras llegan los demás propongo una pregunta.
-¿Fácil? -La voz salió del fondo.
-Mucho. Quizás demasiado. A ver….
-Levante la mano quien sepa la respuesta. ¿Cómo empieza El Quijote?

Algunos levantaron las dos en un intento de  ser el agraciado.
Descenso de la tarima, pasillo central tercera mesa, izquierda.

-Tú misma. ¡Cuéntanos!
Apenas dio tiempo a terminar la frase, y el bosque de manos reapareció.
-En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero…..
-¡Vale! ¡Vale! Es suficiente. ¿Todos de acuerdo?

El SÍ fue de gol en campo contrario en cuartos de final. Está chupao –dijo la voz del fondo.

-Pues no. No empieza así. Empieza en: Desocupado lector….  Toda obra que tenga prólogo, y una mayoría lo tiene, empieza por él. No debemos omitirlo. Ahí está la estructura, el núcleo, la razón de ser de la novela. En él hay claves importantes, imprescindibles, diría yo.

Éste videoclip promocional de los prólogos literarios se proyecta nuevamente en alguna parte -ni recuerdo ni me importa cómo se llama-  de mi corteza cerebral apenas comenzada la lectura de Aurora roja.
La busca y Mala hierba no tienen prólogo ¿Por qué ésta sí?

Retomo el final del videoclip.
  • Reaparece el hermano de Manuel, por lo que el lector intuye que será pieza fundamental a partir de ahora.
  • Juan nace en esta parte como ex seminarista. Ha conocido un caso de profesor pederasta, y leído libros que enseñan cómo es la vida “la verdadera vida, la verdadera vida que nosotros no conocemos”.
  • No hay vuelta atrás. El autor, para mostrarlo utiliza la acción: manteo, libros y apuntes, lastrados con una piedra, van a para al fondo del río. "¡Siempre adelante!"
  • Con el recurso de la naturaleza Baroja reafirma en Juan la decisión tomada. Caminado de la mano de una libertad recién adquirida, compara la variedad que observa con la monotonía dejada atrás, en un párrafo admirable del que sólo reproduciremos comienzo: “¡Que diversas formas! !Que diversos matices!”. “Y final: “Juan sentía despertase en su alma… sentimientos de una dulzura infinita”.

No debemos perdernos ese párrafo.
  • Tenemos ya definido su primer objetivo tras colgar los hábitos. “Quiero ser dibujante”.
  • Indudablemente es: luchador, rebelde y sentimental.
  • “El camino es de todos –contestó Juan. Y siguió andando”.
  • “¡Canalla! ¡Bandido! –Gritó”.
  • “En una de las ventanas, había una figura de mujer. Juan sacó su pañuelo y lo hizo ondear en el aire.
  • Al final del prólogo un concepto es evidente tras soportar una fuerte tempestad (la naturaleza de nuevo como recurso), no se rinde. “¡Adelante siempre! –Murmuró Juan y siguió su camino”.

El trío, Manuel, Juan, lector, será sin duda elemento esencial en Aurora roja.

Nunca olvidaré aquella lección sobre la importancia del prólogo.
¡Gracias Profesor!

Imagen: http://33m.lista.cl/index.php 

8 comentarios:

pancho dijo...

Excelente reflexión: los libros empiezan por el título, las dedicatorias o el prólogo.
Una entrada bien trabajada,como acostumbras, sin desperdicio y digna de admiración.
Magistral manejo del diálogo.
un abrazo.

matrioska_verde dijo...

¡que razón tienes!, pero más de una vez (creo yo) todos nos hemos saltado el prólogo para ir directamente al meollo, olvidándonos de que en ese prólogo también se esconden importantes ideas.

biquiños,

Abejita de la Vega dijo...

El prólogo de "Aurora roja" es mucho más que un prólogo, es toda una novela corta. No es una declaración de intenciones, como suelen ser los prólogos.

Ya nos habíamos olvidado de Juan, el hermano empollón de Manuel, el que se quedó en el pueblo. Un seminarista que se desconvierte, si puede decirse así. Al río con la teología, la beca y los hábitos. No era fácil en tiempos de Baroja escribir eso, no fue un escritor políticamente correcto.

No nos saltaremos prólogos.

Besos, Paco.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Con alumnos como tú da gusto entrar en clase, Paco. Sabes muy bien que me has emocionado con este recuerdo tuyo.
Y excelente entrada en Aurora roja.

Myriam dijo...

¿Excelente? ¡¡Soberbia!!

Besos

Merche Pallarés dijo...

Estoy con los compis ¡genial, querido Paco! Besotes, M.

Pamisola dijo...

Preciosa la manera de explicarlo.

Es verdad que los prólogos son importantes, en este libro desde luego, es, como dice Mª ángeles un novelita corta, que no te puedes saltar; lo que no es muy habitual, algunas veces son un poco rollo.

Saludos.

Gelu dijo...

Buenas noches, Paco Cuesta:

Maravilloso PRÓLOGO, el del desocupado lector.
Y con el de ‘Aurora roja’ Don Pío ya nos tiene siguiendo lo que nos cuente hasta el final.
Has emocionado al profesor. Y lo estupendo es que lo dice.

Abrazos.

P.D.: Ah, y... ¡excelente entrada!.