Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

martes, 28 de enero de 2014

La expresión poética del amor. Veinte poemas y una canción, Pablo Neruda


Eros y Psique. Antonio Canova

El lector sigue confuso: la poesía es manifestación de belleza dicen unos, sentimiento estético dicen otros, ¡ritmo! ¡ritmo!, ¡sobre todo es ritmo! sentencian los más, Veinte poemas es la tipificación de la melancolía, el tránsito hacia la angustia que aparece en la poesía inmediatamente posterior [sic]. El lector abandona por un momento la bibliografía y se adentra en el espacio multimedia a la caza de podcast poéticos en busca del ritmo; la poesía ha de ser escuchada, fue la última recomendación. Pinganillo, habitación en penumbra, los Veinte poemas y “play”.

La magia de la flauta travesera en el Bolero de Ravel, disuelve la ironía de los tres primeros versos del poema 20:

               Puedo escribir los versos más tristes esta noche

               Escribir por ejemplo: "La noche está estrellada,
               y tiritan, azules, los astros a lo lejos"

El lector está  llegando al final, las diferentes visiones de análisis consultados quedan atrás archivadas en la memoria. En los foros de discusión (Club de lectura) la pregunta en el aire es con seguridad quien es la mujer de los Veinte poemas: ¿todas? ¿ninguna? El joven que en Chile se encontró con la vida, el amor y la poesía escribió cartas de amor que han sido publicadas, en ellas, hay algunas claves que ayudan con el poemario. Pero no hemos de buscar una amante particular,  sino la expresión poética del amor reflejada en paisajes naturales habitados por seres  posiblemente solo perceptibles por el poeta. Marisol y Marisombra bien  podrían  ser otras mujeres. O metáforas paisajísticas.

El lector-escuchante encontró por fin una manera -otra- de acercamiento a poeta y poesía, posiblemente no la políticamente más correcta, pero sí válida para crear proximidad. Como dice nuestro profesor Ojeda no todas las personas saben métrica. Yo añadiría que tampoco todas entonamos con la debida musicalidad.

Por la misma razón que en el arte de vanguardia hay que buscar particularmente el color, en poesía hay que captar el ritmo, y en ello nos afanamos.


8 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Y una vez atrapado por el ritmo, te llega ya la expresión amorosa, desbordante, de Neruda. Eso sí, hay que estar en situación y, quizá, en edad...

Myriam dijo...

Pués si que le has puesto ritmo vertiginoso a tu escrito, Paco. Ya puedes, si quieres, escribir poesía.

Besos :-)

Kety dijo...

De acuerdo con Pedro. Situación y edad, influye.

Un abrazo

Ele Bergón dijo...

Creo que la poesía no es, la poesía, como la música se siente. Esa es mi opinión.

De todas formas te dejo unas palabras que Neruda escribe en su último libro que no pudo terminar "Para nacer he nacido", porque le vino la muerte.

...ahí están Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Dispersos como el pensamiento en su inasible variación, alegres y amargos, yo los he hecho y algo he sufrido haciéndolos. Sólo he cantado mi vida y el amor de algunas mujeres queridas, como quien comienza por saludar a gritos grandes la parte más cercana del mundo...

Un abrazo

Luz

Esther dijo...

Decía G. Benn, para mí uno de los poetas más grandes del siglo XX, que un poema es una pregunta al "yo" y que en la respuesta se mezclan todas las esfinges e imágenes de Sais. Tiene gracia porque recordando esto y sincronizándolo con El Bolero he pensado en un "yo" girando sobre simismo y esos primeros versos del poema 20 que usted nos indica y es fabuloso, realmente funciona! Teniendo en cuenta esto, tiene mucha razón cuando nos indica que en realidad poco importan las musas de carne y hueso a las que supuestamente iba dirigido el poemario, viene además a corroborar mi sospecha;la supuesta musa del poema es la eterna escusa que oculta que en realidad los poemas no están dirigidos a nadie, bueno, por lo menos a nadie en concreto, y sí a todo aquel que se acerque al poema y como si de un trance se tratara comenzara con el yo lírico a arrancarse el interior a base de palabras, con música o sin ella. Muchas gracias por compartir su experiencia y siga por favor confundido Señor Cuesta, a mí su confusión me encanta, y la foto también.

Gelu dijo...

Buenas noches, Paco Cuesta:

El autor con sus poesías transmite sentimientos y si el lector es capaz de descubrirlos e identificarse con lo que el poeta quiere comunicar, habrán cumplido su objetivo.
En el caso de los ‘Veinte poemas de amor ’ todo el mundo ha pasado por alguna de esas etapas.

Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

Creo que hay muchas formas de sentir la poesía. Y de sentir este libro de poemas. A mí los de Neruda me sugieren bellas imágenes imposibles, acompañadas de la música de sus palabras. La tuya será tan válida como cualquiera.

Besos, Paco.

pancho dijo...

Uno que a duras penas es capaz de poner una palabra detrás de otra para que signifiquen algo, admira a los poetas porque en poesía hay que contar sílabas y darle ritmo al poema, esto tambíen cuenta para la prosa si no quieres que chirríe. Leerse a sí mismo y reconocer que se podía haber hecho mejor es el primer paso para mejorar. Aquí tienes una versión del mejor poema de los veintiuno a mi juicio de profano: Paco Ibáñez