[...] y en el pajar se enterraba hasta la garganta
Pío
Baroja empezaba así su artículo La
literatura y la historia:
Los
escritores suponen que conocen su país si conocen su literatura; los políticos
tienden a enterarse de las condiciones de un pueblo por la Historia, y ¡por qué
Historia! Ninguno de los sistemas es exacto, pero está más cerca de la realidad
la de los escritores que la de los políticos.
La literatura es ficción, refleja situaciones y
modos de vida que acercan a la
idiosincrasia de un colectivo sin necesidad de exactitudes de las que
también carece la historia en la que lo habitual –afirma Baroja- es que los
historiadores se copien unos a otros sin aludir a la procedencia.
Entiendo interesante el punto de vista de Baroja
para, objetivamente, interpretar al personaje en El licenciado Vidriera y recordar la habilidad y espíritu crítico
de Cervantes para sacar a la luz, bajo el trampantojo de novela de
entretenimiento, injusticias y engaños. Ayuda también recordar cómo en el
Renacimiento se rompieron los conceptos y jerarquías de la Edad Media con el
desarrollo de las ciencias, la economía, las actividades mercantiles y la
aparición de un capitalismo incipiente. El hombre liberado entonces de fuerzas
sobrenaturales y espirituales a seguir, se encontraba perdido y sin normas a
las que obedecer. En este contexto encontramos a Tomás Rodaja alienado por un
bebedizo.
Lector que me sufres: estarás preguntándote a que viene esto de relacionar a un loco con las ciencias, el
inicio del capitalismo las fuerzas sobrenaturales... Tal vez sea contagio, tal
vez otra alucinación. Por extrañas influencias asocio la locura del
protagonista con el impacto que supuso la irrupción de una sociedad nueva, con
instituciones nuevas en la que cada uno
busca conseguir su beneficio al margen de los demás. ¿Pudiera Tomás Rodaja
simbolizar el enfrentamiento con un mundo extraño y ajeno en el que lo que
parece auténtico es mera apariencia? Tal vez sí. Él, vidrio frágil y trasparente frente a un
mundo opaco y duro se angustia, pasa de individuo auténtico a individuo inadaptado; y el magisterio de Cervantes nos hace reflexionar con humor sobre esta premisa a
través de una mirada burlona con propósito de ejemplaridad.
La mirada del loco Vidriera es totalmente cuerda, genera comentarios saturados de enseñanza y salpicados de ironía con los que
analiza la clase media y baja de la sociedad española: médicos, boticarios
jueces, banqueros, criadas, pasteleros, casas de mancebía, arrieros, etc., con
alusión -curiosa y deliberada, supongo- apenas superficial a la nobleza y el clero. A todos estos componentes de una
sociedad alienada, denuncia por el uso partidista de su profesión buscando fama
o riqueza. Los poetas merecen tratamiento aparte: los buenos alabados, los
malos denostados: “de los malos, de los churrulleros, ¿qué se ha de decir sino
que son la idiotez y la arrogancia del mundo?”.
Si aún estas ahí, lector amigo, habrás notado que
estos comentarios míos comienzan allende la escena del membrillo -fruta que
ahora está en sazón- la culpa es de mi tardía incorporación a la lectura de
grupo. Aquella primera parte ha quedado suficientemente comentada por los
lectores del Club y… ¡por qué no! Me atrajo sobremanera la conclusión de la
historia.
Curado del filtro amoroso Tomás Rodaja quiere ejercer su profesión y
recuperar el tiempo perdido con resultado negativo. La sociedad, alienada, se
presta a disfrutar de las ocurrencias de la locura pero no a comprender la
verdadera dimensión de los desvaríos del presunto loco. Algunos captaron su
mensaje la mayoría se reía; ni unos ni otros le prestan su apoyo cuando
pretende con el mismo o mayor ingenio ganarse la vida: “Por las cosas que dicen
que dije cuando loco, podéis considerar las que diré y haré cuando cuerdo”.
Tomás Rueda resulta atropellado por el licenciado Vidriera. El perturbado ve la
alienación de la sociedad; esta se resiste a aceptar al cuerdo. Derrotado vuelve a Flandes logrando por las armas lo que la vida le negó por las letras:
“dejando fama en su muerte de prudente y valentísimo soldado”.
Allá por noviembre del 2010 escribíamos para El Alfoz:
Alonso Quijano se transformó en don Quijote de
la Mancha y éste nuevamente en Alonso Quijano. Don Quijote según mi opinión
representa un ideal, una utopía. Lo irreal permanece, y muere Alonso Quijano el
Bueno.
Un país se conoce mejor a través de su literatura.
Imagen: Flickr
6 comentarios:
Sólo al loco le dejan desnudar, con su discurso, a una sociedad corrupta. Majaderías de un loco cuerdo, o de un cuerdo loco. Cuando recupera la cordura, ya no hay sitio para él. Sólo el heroísmo del soldado de Flandes. Una pica y a morir con honor.
Te incorporas tarde pero bien.
Besos, Paco.
Qué cierto es, porque en ella -en sus clásicos- , los autores reflejaron realidad, crítica, pesimismo y utopía. En España parece que solo siendo loco se puede ser libre...
El capitalismo incipiente.
En Flandes, a donde acuden nuestros soldados a buscar el reconocimiento que no encuentran en la patria, se empiezan a medir a los hombres por sus logros. Se desarrolla el comercio, la navegación, la economía... ¿Qué hacían aquellos soldados en aquellos pantanales? Más de uno, sin duda, decidió salir del charco y quedarse en aquellas riberas.
¿Cómo puedes conocer un país sin haber leído nada sobre él?
En cierta manera, lo que hace Cervantes en boca del Lic Vidriera es des-encorcetar la sociedad, aunque sea por un breve lapso de tiempo.
empiezan a medir a los hombres por sus logros. Se desarrolla el comercio, la navegación, la economía... ¿Qué hacían aquellos soldados en aquellos pantanales? Más de uno, sin duda, decidió salir del charco y quedarse en aquellas ribe https://symcdata.info/organizacion-social-en-el-imperio-inca/
Como recobro la cordura el señor vidrieras
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