Arévalo
Al comenzar la lectura de El mudejarillo de José Jiménez Lozano y
a la vista de que un narrador anónimo al parecer contemporáneo de San Juan de la Cruz recorre
un camino paralelo al del santo, decidí
recurrir al pequeño tesoro de apuntes de Literatura del siglo XVI en dirección
a la corriente que tiene como causa directa la Contrarreforma de mediados de
siglo en busca de datos biográficos de Juan de Yepes Álvarez.
San
Juan de la Cruz, segundo
de los tres hijos del matrimonio formado por Gonzalo de Yepes y Catalina
Álvarez, modestos tejedores de telas, nace en 1542, en Fontiveros, un pequeño
pueblo de La Moraña en Ávila. El padre procedía de Toledo, a la madre se le
adjudica - no confirmada
documentalmente- una ascendencia judeoconversa. En cualquier caso parece que
las diferencias de clase social y de nivel económico entre el padre y la madre
fueron determinantes para el distanciamiento con la familia paterna.
Quizá a consecuencia de la
crisis agraria de Castilla cuando Juan era un niño fallecieron su padre y el
segundo de sus hermanos: Luis; la madre,
viuda y sin recursos, buscó sin éxito la
ayuda de sus parientes. Tras el fracaso
se traslada a Arévalo, agrícola, pero con una pequeña industria textil, donde
permanecen cuatro años para,
posteriormente, establecerse en Medina del Campo.
Juan
de Yepes vive en un
ambiente de miseria, desnutrición y raquitismo infantil de los que se derivan escaso
desarrollo y debilidad que lo encuadra en el grupo social de los “sin calidad”
obligándolo a criarse como "pobre de
solemnidad", diferenciado, eso sí, de los pobres vergonzantes o los vagos y
maleantes en que mediante la ayuda de
instituciones de caridad podía asistir al Colegio de los Niños de la Doctrina a
cambio de realizar trabajos como la
asistencia en el convento, ayudar a Misa y a los Oficios, acompañamiento de
entierros y la práctica de pedir limosna.
Subordinada a la enseñanza
religiosa recibió en este centro mitad reformatorio, una formación por la que
se libra del analfabetismo y le dispone para seguir estudios en el colegio de
los jesuitas con la ayuda de dos mecenas: los mercaderes Rodrigo de Dueñas y Pedro Cuadrado,
compaginando sus estudios con un trabajo asistencial en el hospital de Nuestra
Señora de la Concepción de Medina, especializado en la curación de enfermedades
venéreas.
La educación recibida en
Medina permite su ingreso en la Universidad de Salamanca y es a los veintiún años
de edad, cuando a Juan de Yepes la vocación religiosa lo lleva a ingresar en los Carmelitas de Medina,
con el nombre de Juan de Santo Matía,
renunciando a la ordenación sacerdotal paso previo necesario para ser nombrado capellán del
Hospital y que hubiera solucionado los apuros económicos de la familia. La
decisión evidencia ya su tendencia a la vida contemplativa.
Este acercamiento a Juan de la Cruz me ayudó en la lectura
de El mudejarillo y a recrear la
época y ambiente en que se desarrolló su vida. Queda ahora disfrutar de los
rasgos poéticos que Jiménez Lozano nos regala.
5 comentarios:
Qué buena forma de contextualizar el tema. Están todas las claves biográficas que nos permitirán comprender lo que le pasa a este "medio fraile" como le llamaba cariñosamente Teresa de Jesús.
Es muy interesante el que nos dejes aquí esta biografía de San Juan de la Cruz, antes de meternos de lleno con el libro de Jiménez Lozano, como es mi caso que aún no lo he empezado. Estoy leyendo La boda de Ángela de este mismo autor y me está gustando mucho
Un abrazo
Buen resumen. Yo también he intentado buscar y recordar algunos de los datos de san Juan de la Cruz.
No sé si esta novela llegará a explicarme El canto espiritual, pero ahí estamos, revisando y releyendo.
San Juan de la Cruz ascendió desde la más negra pobreza. Estudió con el plus de energía que ha de emplear un alumno pobre...y con el sambenito de converso...Las biografías arrojan siempre mucha luz. Buena idea la de tu entrada.
Un abeazo, Paco.
Qué vida dura la de esa madre y la del hijo, claro está---
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