Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 11 de febrero de 2016

LO JUSTO Y LO LEGAL. El alcalde de Zalamea, don Pedro Calderón de la Barca


María Salmerón, de 51 años y madre de una niña de 15, fruto de un matrimonio con Antonio Ruiz Daza, condenado por maltrato a la mujer, no tendrá que ir a la cárcel por incumplimiento del régimen de visitas. El Gobierno ha concedido el indulto parcial este viernes, justo cuando tenía que entrar en prisión. La mujer cumplirá su condena con trabajos en beneficio de la comunidad.
Pero los jueces no comparten esta opinión y en las sentencias argumentan, de acuerdo con informes periciales, que “la negativa de la menor a estar con su padre no responde a causas objetivas y razonables”. La Audiencia de Sevilla destacó en una de sus resoluciones “el reiterado y grave incumplimiento por parte de la madre de su obligación de facilitar la relación de la relación de la menor con su padre”
El País Sevilla 6 FEB 2016

El espíritu y la letra, lo justo y lo legal no corren siempre parejos. Sentimiento y emoción, encuentran, huyendo de lo legalmente establecido, cobijo en lo personal, en lo íntimo, en lo que nos afecta directamente. Así, para María, la prioridad es liberar a su hija del régimen “legal” de visitas establecido por la justicia obligando a la menor, en contra de su deseo, a convivir con un maltratador (su padre). Los jueces, ley en mano, no opinan igual y… proceden. El resto de la historia ha sido suficientemente divulgada. Si la noticia se contempla desde el entorno del lector, este, con seguridad será contrario a la ley. Un profesional del derecho lo ve de otra manera.

Pero volvamos al teatro que por ahora es lo  nuestro. Calderón quiere -es un suponer-hacer una obra de teatro en la que recogiendo situaciones históricas reales se ponga de manifiesto los excesos de las tropas que acompañaban a Felipe II a su paso por entidades menores. La ley obligaba a dar cama y comida a soldados y mandos (la casa y la hacienda). Recogiendo esta situación el autor de El alcalde de Zalamea quiere poner de manifiesto el enfrentamiento entre dos grupos: soldados y aldeanos y su realidad político moral. Los soldados pertenecen a la clase superior, sus leyes emboscadas en el subterfugio de la guerra disculpan desmanes que una justicia igual para todos no toleraría. Los habitantes de la villa orgullosos de su clase y su estado, apelan a la ley moral y humana en busca de la verdadera justicia.


En la obra, la violación de Isabel por parte del capitán amparado por sus leales da testimonio de la realidad de la vida, realidad que debe modificarse como necesario tributo al espectáculo. Pedro Crespo como alcalde no tiene potestad sobre don Álvaro y sus atribuciones jurídicas son muy limitadas. Pero estamos en el teatro  donde los efectos juegan importante papel y en ese momento exige del argumento una lección moral en este caso sancionada por el Rey. Al igual que en Peribáñez y el Comendador de Ocaña, en Fuenteovejuna, o en El mejor alcalde el Rey la razón del pueblo triunfa sobre la violencia de la nobleza. No siempre es así, a veces el indulto no llega en el momento oportuno, o la sentencia no llega a aplicarse.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La llamada separación de poderes, que más de una vez se cruzan y entrechocan.

A veces el indulto va a una mujer maltratada, otras a un ladrón de mediana monta en recuerdo del preso que soltó Pilatos, y otras a un conductor kamikaze por influencia del ministro de Justicia.

Tú lo has dicho, el teatro en este caso exige que la historia termine bien, la realidad va por otro camino.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Me ha encantado la forma en la que has enfocado esta entrada y cómo la has traido al presente. Lo legal suele ser fruto de un momento histórico: unos años después lo legal puede no ser justo. Incluso en el mismo momento porque a veces lo legal nace de quién controla el poder.
Excelente, Paco.

Abejita de la Vega dijo...

"Dura lex sed lex","La ley es dura pero es la ley". Nos cuesta entender lo "legal", en casos como el que nos traes.
Pedro Crespo se salta la ley, no tiene jurisdicción sobre un capitán del ejército . Se atiene a lo que él considera justo. Si no llega en ese momento Felipe II el alcalde lo hubiera pasado muy mal.

Besos, Paco.

Myriam dijo...

En el caso que nos traes a esos jueces habría que meterlos,
de a uno en uno, en una habitación cerrada por lo menos un mes con un maltratador y Y que después me cuenten. Machistas tenían que ser. La ley es siempre elástica y da pie a distintas interpretaciones, de ahí la importancia de tener buenos abogados.

En general y para todas las legislaciones que de ella beben, la Codificación de Hammurabi marca un hito fundamental con el sentido de Justicia relacionado al de proporcionalidad (Ojo por ojo; diente por diente) antes de esta, por un ojo se mataba a todo un clan.

Claro que esto no corre en casos de Dictaduras en las que no se respeta nada y se violan todas las libertades individuales. Las leyes que impongan serán siempre injustas.

Un abrazo