Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

viernes, 13 de abril de 2018

CON LAS NIEVES DE ABRIL…



Suspicaz ella, incrédula con los Meteosat, la ciudad se ha visto sorprendida por la nieve. Los coches, demasiado juntos en las avenidas, fuerzan guiños naranjas y rojos; por las calles, la urgencia, la compra distendida, el trote incansable de los niños, el paso indolente del jubilado y la zancada ausente del parado se ponen a cubierto en portalones y grandes almacenes. Un bolso previsor, da a luz a un paraguas “low cost” retráctil que –figura de vanguardia– encuentra cobijo en la papelera cercana.

La nieve, telón a veces blanco a veces gris difumina todo: el bar del barrio con olor a fritanga; la esquina donde se cambian billetes por la papelina salvadora; el pórtico de la iglesia ocupado por beatas de misa y telenovela; el porche del local en traspaso decorado con cartones y trapos de “Desi”, el sin techo. En la línea difusa de la calle, destellos verde ámbar y rojo con vocación de señal se hacen intento bajo el inesperado manto. A penas hay un respiro, la gente sale con prisa, no se sabe si en vano intento de buscar al Sol, si huyendo de la ciudad misma, si en busca del tiempo perdido, o de socorro para su atuendo.

Nieva en abril y la primavera, sorprendida, busca ponerse a salvo bajo los tejos del parque entre discretos gorriones y desaseadas palomas. Al desasosiego de infraestructuras, calles y edificios al que llamamos ciudad: luminoso en la mañana, ruboroso en la tarde, misterioso en la noche, con las nieves de abril y el sol de mayo algunas hojas verdes le saldrán.

3 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Nieve de copos de papel. Enormes y silenciosos. En Burgos nieve en abril. Besos Paco.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Esta nieve imprevista es doblemente hermosa.

Myriam dijo...

brrrrrrrrr que frio, qué frrrrriiiiio....