Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 22 de febrero de 2024

ANTONIO MACHADO RUIZ. EL INTELECTUAL, EL HOMBRE EL EXILIO Y EL FIN – 5

 

Tumba de Antonio Machado y su madre Ana Ruiz, en Collioure (Francia)

Las autoridades republicanas tenían el convencimiento de que la toma de Madrid por los rebeldes era tan inminente como inevitable y el 6 de noviembre de 1936, tras un intenso debate, el gobierno republicano decide trasladarse a Valencia. Los días 14 y 17, bombas incendiarias caen sobre el Museo del Prado, la Biblioteca Nacional y el Palacio de Liria (sede de los duques de Alba). Machado edita un texto titulado, El fascismo intenta destruir el Museo del Prado:

«[…] El amor que yo he visto en los milicianos comunistas guardando el palacio del duque de Alba, solo tiene comparación con el furor de los fascistas destruyendo».

El día 19 Machado, junto con otros intelectuales firma en El mono azul un manifiesto en el que hacen alusión a:

«la patológica crueldad de los fascistas a los intelectuales del mundo entero, a todos aquellos a los que no ciegue el turbio egoísmo, cobardía o fariseísmo».

Días después, León Felipe y Rafael Alberti acuden a casa de Machado para urgirle en la necesidad de, junto con otros intelectuales e investigadores, abandonar Madrid. Tras varios intentos Machado accede, siempre que sea acompañado de su familia. El Quinto Regimiento y el Partido Comunista, promotores de la salida, quieren proteger a los intelectuales para que puedan seguir trabajando no solo para España, también para toda la humanidad. En la despedida, Machado, en nombre de sus compañeros agradeció el apoyo:

«Yo no me hubiera marchado; estoy viejo y enfermo. Pero quería luchar al lado vuestro. Quería terminar mi vida que he llevado dignamente, muriendo con dignidad. Y esto solo podría conseguirlo, cayendo a vuestro lado, luchando por la causa justa como vosotros lo hacéis».

El 25 de noviembre Machado se traslada a Valencia con parte de su familia, no toda. Su querido hermano Manuel había quedado atrapado por la guerra en Burgos –sobre el cómo y por qué de aquella situación, no es este el espacio para sacar conclusiones.

El autor de Campos de Castilla pese a los achaques de la edad, la ausencia de Manuel, la amargura del destierro y la guerra, sigue fiel a su conciencia de la lucha de clases. En diciembre de 1936 invitado en Valencia a una «Tribuna de Agitación y Propaganda» pública, promovida por el ministro de Instrucción, Antonio Machado leyó: «Homenaje al gran poeta García Lorca» (asesinado en Granada el 19 de agosto). Hubo de hacer un gran sacrificio. Intervino –situación insólita para él– ante una inmensa muchedumbre en la plaza de Emilio Castelar (hoy Plaza de Ayuntamiento), subió con esfuerzo al tinglado y recitó El crimen fue en Granada. Su voz, íntima y solitaria sonó para la multitud asistente como la voz enfurecida de todo un pueblo.

Se le vio caminar...

                      Labrad, amigos,

de piedra y sueño en el Alhambra,

un túmulo al poeta,

sobre una fuente donde llore el agua,

y eternamente diga:

el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

Tiempo más tarde (mayo de 1937), quizá influido por la herencia liberal de su padre y abuelo, el poeta dejó su mensaje y pensamiento político en otro acto al aire libre, a las Juventudes Socialistas Unificadas.

«Yo os saludo, pues, jóvenes socialistas unificados, con un respeto que no siempre pude sentir por los ancianos de mi tiempo, porque muchos de ellos estaban deshaciendo a España, y vosotros pretendéis hacerla. Desde un punto de vista teórico, yo no soy marxista, no lo he sido nunca, es muy posible que no lo sea jamás» […].

En abril de 1938 la situación en Valencia se complica y Machado debe salir hacia Barcelona, desde donde sigue colaborando en periódicos y publicaciones. En 1939, ya muy enfermo, es evacuado hacia la frontera francesa. El 29 de enero, tras un viaje accidentado llega a Collioure en la histórica comarca del Rosellón. El poeta, amparado por una pequeña ayuda de la Embajada española en París (aun republicana) se aloja en el hotel Bougnol-Quintana, donde fallece el 22 de febrero de 1939.

***

«Con los primeros lirios

y las primeras rosas de las huertas,

en una tarde azul, sube al Espino,

al alto Espino donde está su tierra» … 

Antonio Machado es para los lectores símbolo del poeta romántico fiel al recuerdo de su joven esposa inhumada allá en el Espino y de la plenitud amorosa perseguida sin resultado en Pilar Valderrama, la Guiomar de sus poemas. Para republicanos y otros muchos españoles, emblema del exilio. Como persona, no debemos olvidar al hombre modesto, tímido poco aficionado a charlas inútiles, aplausos y honores, pero siempre cortés y amable con cuantos se acercaban a él.

Tras la marcha de Soria, su obra, partiendo de la queja sobre la decadencia de España, vira hacia postulados de la lucha de clases. Adjunto cuatro versos de El mañana efímero, que invito a leer completo.

«Mas otra España nace,

la España del cincel y de la maza,

con esa eterna juventud que se hace

del pasado macizo de la raza».

Estos versos fueron recogidos y publicitados, con otro sentido, por el régimen autoritario del 36.

A modo de cierre de estas líneas – modesto testimonio de admiración a un gran poeta– recojo las palabras de Alfonso Guerra:

 «Plantear el traslado [en el 65 aniversario de la muerte de don Antonio la Junta de Andalucía solicitaba su traslado a Sevilla] sería un gran error, la sepultura de Machado en España, sería la sepultura de un gran poeta, pero en Collioure, es la sepultura de un gran poeta…, y mucho más. Todos los días hay flores frescas y mensajes de la gente que va a visitar la tumba».

Y Antonio Muñoz Molina:

«Hay un verso definitivo y terrible [creo que es de Ángel Petisme],

Sólo la tierra en que se muere es nuestra.

Cuando dicen: hay que traer a Machado. No. Está ahí. Tiene que estar ahí porque esa es su tierra, se murió ahí porque la historia de su país lo llevó ahí».

Hoy se cumple el 85 aniversario de la muerte de don Antonio Machado Ruiz, que descansa en Collioure, la tierra que le pertenece, porque es la que ocupa.

Gracias


1 comentario:

Live dijo...

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