En principio he de manifestar que me encuentro entre la primera de las clasificaciones de edad que en su Blog: De amores y relaciones hace Myr en sus entradas de 10, 17 y 24 de Marzo-2010 bajo el título de Senescencia, y que ese estudio ha generado esta reflexión.
Adulto mayor, senescente, geronte… ¡Qué más da!
Pertenezco a la Universidad de Burgos en su programa de la experiencia.
No por méritos propios, sino porque Pedro Ojeda me lo permite, voy de oyente a alguna de sus clases de literatura. Gracias, Pedro.
No por méritos propios, sino porque Pedro Ojeda me lo permite, voy de oyente a alguna de sus clases de literatura. Gracias, Pedro.
Practico algún deporte y me gusta pasear por el campo.
Quiero señalar con esto que, llegar a mayor, supone liberarse de una serie de cargas que, formando parte de nosotros mismos, nos han acompañado hasta éste estadio de la vida, atenazando en cierto modo nuestra creatividad.
Es bien cierto como indica Myr, que los “medios de Comunicación y Publicidad exaltan el mito de la eterna juventud”. Rostros sin arrugas, dentaduras blanquísimas y delineadas y los famosos 90-60-90, se presentan como objetivo de toda persona bien nacida. No es menos cierto que “hay factores biológicos que disminuyen nuestras funciones” al paso del tiempo, pero, y recojo nuevamente tu cita “cuánto mejor sean las condiciones mejor será nuestra vejez”.
Ser adulto mayor, tiene muchas ventajas: Como quiera que no queda tiempo para arreglar el mundo, podemos dedicarnos a disfrutarlo, las mayores exigencias pueden ser, aprender más, apreciar mejor las cosas, comunicarse con quien más te apetece, disfrutar de nuestra relación y como objetivo terminar con el mito del “mayor como ente asexuado”. Ver el enlace que nos ofrece a éste respecto.
Personalmente hay dos temas que sí me preocupan:
1.- La pérdida del concepto “consejo de ancianos” que otras civilizaciones conservaban y mimaban. Creo que debiéramos de trabajar en esto, podemos aprender de la juventud y quizás ellos puedan tomar algunas notas de la experiencia.
2.- La inversión de la pirámide poblacional, es un tema realmente grave y de difícil solución. Quizá hemos abandonado el sentido de familia y sacrificio.
Myr: Magnífico estudio, no he querido tomar parte hasta releerlo completo, y tras la lectura algo me ha incitado a emborronar una cuartilla con mi agradecimiento.
Imagen: Ides Kihelen.
Imagen: Ides Kihelen.
5 comentarios:
Me emocionan tus palabras, PACO, gracias a ti por esta entrada que me dedicas. Me alegra que mis escritos te hayan sido útiles, han cumplido entonces su objetivo. OJalá lo sean a muchas personas más.
Los dos puntos que mencionas me preocupan mucho también y espero, que teniendo en cuenta que la pirámide poblacional se invertirá, vayamos gestionando políticas acordes con esa realidad. Lo mismo, que recuperemos el concepto de " COnsejo de ancianos". Pero antes, debemos liberarnos de los prejuicios que lo impiden, y ésto, de forma urgente.
Un abrazo y muy Felices Pascuas.
PD Dichoso tú que puedes disfrutar in situ de las clases del Profesor Ojeda.
Como dice Myr, ¡qué suerte poder disfrutar en vivo de las clases de Pedro Ojeda!
Disfruta de las ventajas de ser adulto mayor, que por lo que veo las tienes bien localizadas.
Un abrazo
He de decir que las aportaciones de Paco en clase son siempre oportunas y de calidad. Y que me encanta ver su mirada tan viva en los pupitres.
Por cierto: en la clase a la que acude yo hablo sentado en un taburete en mitad del aula.
Amigo Paco, puedo decirte como Myr, que dichoso tu que puedes disfrutar in situ de la voz de Pedro. Desde que Pedro nos puso un video leyendo un fragmento del Quijote, a veces cuando lo estoy leyendo me imagino su voz. Que bien recita.
Y sentado en un taburete en medio vuestro, vamos, como un colega mas.
Felicidades Paco por considerarte un alumno perpetuo.
Ay, Paco ¡cuánto daría yo tambien por asistir a las clases de nuestro querido profe! Además, ahí, sentado en el centro como los sabios griegos...
Volviendo al tema de la vejez y los excelentes análisis de nuestra tambien querida y admirada MYR. Creo, como tu, que los mayores podemos aportar mucho a los jóvenes y hay algunos que nos escuchan, no creas... Me ha hecho recordar una anécdota que me hizo mucha gracia. El otro dia viendo un programa de la tele sobre las diferentes tradiciones semana-santeriles, salió un jóven, musculoso, lleno de tatuajes. Tenía uno, le cubría casi todo el brazo, que decía "Trinidad". La locutora le preguntó si se debía a alguna virgen y el muchacho contestó "no, es mi abuela". Besotes, M.
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