Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 7 de febrero de 2013

No estamos tan lejos. Mala hierba (Pío Baroja)



Tras el paso por el mundo de los bajos  fondos Manuel Alcázar (que aun está en la miseria),  inicia como observador y participante una incursión al mundo bohemio, en  un retrato inigualable de la sociedad media pobre de final del XIX.
En principio  1876 parece una fecha lejana, pero no lo es tanto. Algunos hechos sociales vigentes en esos años perduraron hasta la generación de nuestros padres:
En las tiendas se compraba “a la fía” cancelando la deuda el día de cobro.
Por la  penuria económica se alquilaban habitaciones “con derecho a cocina".
Era en muchos casos normal que dos familias (generalmente hermanos) compartieran casa.
Los hijos comenzaban a trabajar prácticamente por nada (téngame Vd. al chico don Cosme para que esté sujeto).

No estamos tan lejos.

El estudio etnográfico que Baroja presenta se nos antoja  hoy, como situación poco posible, y no lo es tanto. Hoy mismo podemos encontrarnos con casos de miseria en nuestra propia ciudad,  en nuestro barrio, una pequeña incursión por los datos de Cáritas y Cruz Roja nos sorprenderá.

No estamos tan lejos.

Contemplamos desde Mala hierba una clase media que no acepta su situación. Se resiste a prescindir de lo que carece. Con seguridad en nuestro entorno conocemos créditos solicitados  (convicciones religiosas al margen) para, “la comunión de la niña”, "un  crucero por el Mediterráneo",  "la Feria de Abril " y, para tantas y tantas cosas....

No estamos tan lejos.

Incluso:

LA EUROPEA
AGENCIA DE NEGOCIOS Y DE  COLOCACIONES
DE
BONIFACIO DE MINGOTE


LA BENEFACTORA
AGENCIA MÉDICO FARMACEÚTICA DE DON
PELAYO HUESCA

que Pío Baroja incluye en el Madrid de su novela, podrían, salvadas las distancias, ser equiparadas  a las famosas sociedades interpuestas tan de moda hoy día.

No estamos tan lejos.

Imagen: Luna 113


4 comentarios:

pancho dijo...

Pío Baroja viste a sus personajes con lo esencial, los deja casi desnudos al descarta todo artificio, prescinde de lo superfluo. Recurre a los valores universales que nunca cambian, por eso sus relatos son tan actuales. No se nota el paso del tiempo en la trilogía.

Nunca se ha ido del todo comprar de fiado, pero ahora se ha acentuado.

Ahora hay contratos que son casi peores que aquellos porque no entra la manutención, sobre todo con los chavales que empiezan la vida laboral, no es extraño que muchos prefieran coger la maleta y probar fuera, que tampoco por ahí están los "hornazos colgaos".

Aguda reflexión.

Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

Lo tenemos cerca. Por ejemplo:

Los pisos en que conviven varias familias de emigrantes.

El becario que no cobra, trabaja a cambio de tener la posibilidad de aprender. Pero, lo que dice Pancho, ahora no le dan de comer.

Espero que no pasen de ahí los parecidos.

Buena entrada, Paco.

Besos

Ele Bergón dijo...

Muy bien traídos tus ejemplos de finales del XIX o principios del XX a este principio del XXI.

No recuerdo muy bien la fecha pero creo que fue haica 1886, cuando en Pardilla un pueblo burgalés de pocos habitantes ,había una Escuela de Adultos para las personas que quisieran estudiar después del trabajo, pues fíjate, ahora en pleno siglo XXI, las están desmantelando.

Quizá por algunos sitios, estemos no igual, si no peor.

Un abrazo

Luz

Pedro Ojeda Escudero dijo...

No, Paco, por desgracia no estamos tan lejos.