El pensador (Auguste Rodin)
El viento helado del
norte pugnaba sin conseguirlo por traspasar la frontera de la puerta. La
calefacción, sin ganar la guerra, ganó la batalla a la climatología adversa.
Sobre la mesa el libro de pastas negras y un café, el segundo de la tarde.
Tenía prisa, mas que prisa, desazón por aclarar ideas que le parecían
contrapuestas. La acción de Manuel y Juan se había detenido en parte, la
narración, pasó mayoritariamente a diálogo tras el que reaparece la idea
anarquista con matizaciones del autor
“Como en Juan las
decisiones eran rápidas y apasionadas, al retirar su fe en los artistas la puso
de lleno en los obreros. El obrero era
para él un artista, sin la egolatría del nombre y sin envidia. No veía que la
falta de envidia del obrero, más que de bondad dependía de indiferencia por su
trabajo, de no sentir el aplauso del público, y tampoco notaba que si a los
obreros les faltaba la envidia, les faltaba también, en general, el sentimiento
del valor, de la dignidad y de la gratitud”.
Este párrafo rompió sus
esquemas, el narrador mostraba en él, cierta
tendencia despectiva hacia la utopía anarquista, mientras que en las
cinco reuniones del invernadero reflejaba los ideales, objetivos, las distintas
corrientes o la utilización de la
violencia para cambiar el mundo.
Con el último sorbo de
café iba madurando su opinión sobre el anarquismo, su criterio político
evolucionaba acompañando a Manuel a las
asambleas en la hondonada. Afuera, las nubes iban adquiriendo un color entre
blanquecino y rosado.
Por un tiempo siguió la silenciosa danza de los primeros copos de nieve,tras el clik de la lámpara el libro de pastas negras recuperó protagonismo, y con él Roberto, el amigo y
protector de Manuel. Su aparición establece de nuevo la lucha de ideas.
“El montón, la masa,
nunca será nada”.
De nuevo la desazón, parecía que ahora la alternativa era el autoritarismo, la diferenciación social o moral.
La
anarquía en principio le pareció seductora, pero utópica, imposible.
El autoritarismo inasumible.
“¡Obedecer a un tirano!
Eso es horrible”.
El reloj de la torre
estornudó doce veces tras la bufanda de nieve.
-Tengo que darme prisa
–pensó- he prometido prestarlo.
El flexo cerró su único
ojo y la oscuridad se fundió con las pastas del libro.
8 comentarios:
Baroja se pega a los personajes, de ahí que nos desconcierte tanto. Se ha insistido demasiado en oír a Baroja en estos diálogos, en vez de a los que hablan. De todas las formas, todo está caricaturizado con amargura porque todo, en realidad, es nada...
Baroja era un hacha reflejando la situación política de este país que desde su época poco ha cambiado... Besotes, M.
"De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad". El postulado ácrata no puede ser más atractivo para cualquiera, pero no parece ser lo más apropiado para el ser humano que pulula en el planeta. Aquí quien más, quien menos quiere más, como dice la canción. Estos cafés tuyos dan para pensar, tanto como al pensador encaramado en su pedestal.
Un abrazo.
Buenos días, Paco Cuesta:
Si prestas el libro que sea con garantía de devolución. Volverás a necesitarlo. Tu amigo ya debería estar interesado en su lectura, al verte tan entusiasmado.
Qué maravilla la escultura de Rodin. El pensador de la fotografía, con ese cielo de primavera, parece realmente escapado de Las Puertas del Infierno.
Un abrazo.
Ese párrafo te deja con la boca abierta y...vuelves a leerlo para ver si has leído bien. Es difícil sentirse artista sacando panes del horno, en una sucia y oscura tahona, don Pío.
Lo que dice el profe, lo dicen los personajes...
Besos
Vengo a darte un abrazo
Quiero unirme a vosotros en la lectura de Campos de Castilla. A ver si los lios de negocio y sociales en que estoy metido me dejan.
Sigo sin leer el libro, pero este relato tuyo sobre él, me da pista. Me gusta como enlazas la lectura con los relatos.
Un abrazo
Luz
En esa Aurora, afloran muchas ideas, algunas estériles...
La violencia, no debiera implementarse para tratar de solucionar ningún conflicto.
Un abrazo
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