Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

jueves, 21 de marzo de 2013

Ideas contrapuestas, Aurora roja. (Pío Baroja)




El pensador (Auguste Rodin)

El viento helado del norte pugnaba sin conseguirlo por traspasar la frontera de la puerta. La calefacción, sin ganar la guerra, ganó la batalla a la climatología adversa. Sobre la mesa el libro de pastas negras y un café, el segundo de la tarde. Tenía prisa, mas que prisa, desazón por aclarar ideas que le parecían contrapuestas. La acción de Manuel y Juan se había detenido en parte, la narración, pasó mayoritariamente a diálogo tras el que reaparece la idea anarquista con matizaciones del autor

“Como en Juan las decisiones eran rápidas y apasionadas, al retirar su fe en los artistas la puso de lleno en los obreros.  El obrero era para él un artista, sin la egolatría del nombre y sin envidia. No veía que la falta de envidia del obrero, más que de bondad dependía de indiferencia por su trabajo, de no sentir el aplauso del público, y tampoco notaba que si a los obreros les faltaba la envidia, les faltaba también, en general, el sentimiento del valor, de la dignidad y de la gratitud”.

Este párrafo rompió sus esquemas, el narrador mostraba en él, cierta  tendencia despectiva hacia la utopía anarquista, mientras que en las cinco reuniones del invernadero reflejaba los ideales, objetivos, las distintas corrientes o  la utilización de la violencia para  cambiar el mundo.

Con el último sorbo de café iba madurando su opinión sobre el anarquismo, su criterio político evolucionaba  acompañando a Manuel a las asambleas en la hondonada. Afuera, las nubes iban adquiriendo un color entre blanquecino y rosado.
Por un tiempo siguió la silenciosa danza de los  primeros copos de nieve,tras el clik de la lámpara  el libro de pastas negras recuperó protagonismo, y con él Roberto, el amigo y protector de Manuel. Su aparición establece de nuevo la lucha de ideas.

“El montón, la masa, nunca será nada”.

De nuevo la desazón, parecía que ahora la alternativa era el autoritarismo, la diferenciación social o moral.
La anarquía  en principio le pareció seductora, pero utópica, imposible.
El autoritarismo inasumible.

“¡Obedecer a un tirano! Eso es horrible”.

El reloj de la torre estornudó doce veces tras la bufanda de nieve.
 -Tengo que darme prisa –pensó- he prometido prestarlo.
El flexo cerró su único ojo y la oscuridad se fundió con las pastas del libro.



8 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Baroja se pega a los personajes, de ahí que nos desconcierte tanto. Se ha insistido demasiado en oír a Baroja en estos diálogos, en vez de a los que hablan. De todas las formas, todo está caricaturizado con amargura porque todo, en realidad, es nada...

Merche Pallarés dijo...

Baroja era un hacha reflejando la situación política de este país que desde su época poco ha cambiado... Besotes, M.

pancho dijo...

"De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad". El postulado ácrata no puede ser más atractivo para cualquiera, pero no parece ser lo más apropiado para el ser humano que pulula en el planeta. Aquí quien más, quien menos quiere más, como dice la canción. Estos cafés tuyos dan para pensar, tanto como al pensador encaramado en su pedestal.
Un abrazo.

Gelu dijo...

Buenos días, Paco Cuesta:

Si prestas el libro que sea con garantía de devolución. Volverás a necesitarlo. Tu amigo ya debería estar interesado en su lectura, al verte tan entusiasmado.
Qué maravilla la escultura de Rodin. El pensador de la fotografía, con ese cielo de primavera, parece realmente escapado de Las Puertas del Infierno.

Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

Ese párrafo te deja con la boca abierta y...vuelves a leerlo para ver si has leído bien. Es difícil sentirse artista sacando panes del horno, en una sucia y oscura tahona, don Pío.
Lo que dice el profe, lo dicen los personajes...

Besos

Antonio Aguilera dijo...

Vengo a darte un abrazo
Quiero unirme a vosotros en la lectura de Campos de Castilla. A ver si los lios de negocio y sociales en que estoy metido me dejan.

Ele Bergón dijo...

Sigo sin leer el libro, pero este relato tuyo sobre él, me da pista. Me gusta como enlazas la lectura con los relatos.

Un abrazo

Luz

Myriam dijo...

En esa Aurora, afloran muchas ideas, algunas estériles...

La violencia, no debiera implementarse para tratar de solucionar ningún conflicto.

Un abrazo