Galeaza de tres palos
“Cipriano Salcedo contemplaba el mar desde la cubierta del
Hamburg mientras reconstruía mentalmente la imagen del Doctor tan taciturno y
medroso en los últimos tiempos, advirtiéndole de los riesgos de su estancia en
Europa. La reciente prohibición de salvar las fronteras concernía, es cierto a
clérigos y estudiantes, pero era sabido que cualquier viajero que decidiera
moverse por Alemania en estos días sería sometido a una discreta vigilancia”.
El
hereje. Miguel Delibes
Cuando hablamos de la
Inquisición solemos hacer referencia especial a la galaxia religiosa, pero la actividad inquisitorial residía en la
represión de quienes no comulgaban con
las ideas no sólo del poder clerical, si no también laico, por lo que cabría hablar de una Inquisición
política ocupada en vigilar, controlar y castigar, si lo estimaba
oportuno a los diversos sectores sociales,
si no se ajustaban al modelo de creencias y conducta previamente establecido.
La represión fue también estatal en unos tiempos en los que España era potencia mundial con
poder e influencia internacionales.
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Delibes aborda por vez primera el campo de la novela
histórica en una obra que recoge la síntesis de su estilo narrativo así como un alarde en la creación de personajes. La
novela narrada para el presente emplea un lenguaje de 1557 en diálogos, frases
textuales o giros propios de la época; estudia con minuciosidad vestimenta,
instrumentos de labranza, moneda, armas de caza, oficios y costumbres. En
ocasiones el lector tiene la impresión de que existe una preocupación excesiva por
el dato histórico, una obsesión, motivada, tal vez, por el hecho de tratarse
de la primera -y única- obra histórica del autor. Quizá el exceso de
minuciosidad, deja una sensación de falta de estructura o cohesión en el
conjunto de la obra, como si la historia -que no la época- fuera a veces un
añadido.
Lo cierto es que en
ningún momento cae en el anacronismo. Prevalece la verosimilitud literaria por
encima de todo.
Trata el tema de la
Inquisición sin caer en un pulso entre buenos y malos, sin cargar las tintas en sus procedimientos, labor creo,
un tanto complicada por cuanto que
depende de la parcialidad o imparcialidad de los historiadores consultados, no
de un hecho vivido en primera persona o por propia experiencia como era
habitual en la obra de Delibes.
Delibes en El hereje toma
partido por la libertad de conciencia y el derecho a la intimidad, denunciando
sin concesiones los males que genera la intransigencia.
8 comentarios:
En mi entrada digo que se le notan las costuras a la documentación que, tienes razón, resulta ser demasiada, como si lo de Cipriano fuera lo de menos. Porque Delibes lo dejó dicho en un vídeo de RTVE: su novela tiene más de novela pura que de histórica.
Besos, magnífica reflexión.
De lo que podemos estar seguros es de que Delibes no se pone a escribir a tontas y a locas, como un pollo sin cabeza. Todo está muy bien medido y planificado, con abundancia de datos sorprendentes y adaptación del habla de la época para dar verosimilitud a la narración. A mi juicio la descripción del ambiente que hace de Valladolid del XVI es una obra de arte.
La verdad es que te pones a pensar y la novela está llena de momentos estelares.
La volveré a leer teniendo en cuenta tus apuntes tan interesantes.
Un abrazo
Es libertad de conciencia fue siempre un tema que le obsesionó a Delibes. Buen liberal, hizo de ella su forma de ser.
Qué buen inicio para la lectura.
Desde luego es falta de cohesión que notas en el conjunto de la obra yo también la percibí. Era como si fuesen dos autores distintos escribiendo la misma novela y quizá por eso la dejé a la mitad.
Para mi, no cuadra la historia con la literatura.
Un abrazo
Luz
Buenas noches, Paco Cuesta:
En esta relectura encontraremos detalles que no vimos hace dos años y medio.
Es una novela muy trabajada. Parece notarse asesoría de historiadores, dada la documentación que maneja.
Son 424 páginas intensas.
No hay exceso de minuciosidad, facilita la labor al lector. Quiere llegar a todos.
Parece dolerle el sufrimiento que acompaña a Cipriano Salcedo desde la cuna, y a tantos más. Es la obra de un maestro, que además era muy buena persona.
Un abrazo.
He de confesar que no he leído "El hereje", por lo que agradezco todo lo que se transmite aquí.
Paco, estoy completamente de acuerdo con tu entrada. He leído El hereje, y es cierto que Delibes sabe muy bien de lo que está hablando, además la libertad de conciencia es algo que siempre defendió, y dejó muy claro en algunas de sus obras. El realismo al desnudo, es una de sus cualidades, y las descripciones son geniales. Me encanta, la que hace del Valladolid de la época.
Un abrazo.
Leo ahora por segunda vez "El Hereje" y costuras o no, me encanta como Delibes nos transporta a esa época en todo sentido: histórico, literario, filosófico, humano. Pero claro, yo soy una apasionada de la historia (no oficial, sino sus distintas fuentes primarias y secundarias, basadas en documentos). Esta novela tiene una profunda investigación detrás y eso la hace grande, más allá del impecable estilo narrativo de Delibes. ¿Se nota que me encanta?
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