Ayer
martes y trece, en el Museo del Libro Fadrique de Basilea, acompañamos a José
Antonio Abella, porque él vino a acompañarnos a nosotros no para presentar su
libro La sonrisa robada -leído ya por
gran parte de los asistentes- sino para arroparnos con su sensibilidad como se
arropa la vid injertada con un montoncito de tierra para preservarla del calor
y el frío. Para responder a nuestras preguntas. Para aclarar nuestras dudas. Para
compartir con nosotros su trabajo. Para que, tras el coloquio entre amigos,
saliéramos de la reunión convencidos de que hay mil y una razones para leer La sonrisa robada.
Tuvimos
la ocasión de conversar con él -brevemente porque éramos muchos- y con su
esposa María Jesús sin cuya colaboración, no me
cabe duda, el ingente trabajo de investigación duro en ocasiones pero necesario
para escribir una novela así, no hubiera sido posible y por tanto la obra tampoco. Una
historia como la que nos presenta José Antonio Abella solo puede escribirse
desde el sentimiento al que, como es el caso, ha de unirse la profesionalidad
y el buen hacer.
Desde
el humilde espacio de El Alfoz quiero agradecer a José Antonio y María Jesús su
cercanía en la visita de ayer. También, que nos hayan dado la oportunidad de
disfrutar de una historia: humana siempre, dramática en ocasiones, documentada
en todo su conjunto con propiedad y precisión y, como ayer confirmaba Abella, contada
desde el protagonismo involuntario.
Ayer,
martes y trece, fue un día de suerte para mí. Conocí a un escritor situado al
margen de las editoras al uso con el que coincido plenamente en mi concepto de
novela: cuenta lo que siente, como lo siente y lo que es más importante el lector
hace suyos los sentimientos del autor.
Gracias
José Antonio por escribir así.
Gracias
María Jesús por estar ahí.
Gracias
Pedro Ojeda por presentarnos a ambos.
2 comentarios:
Me gusta lo bien que has resumido el encuentro que tuvimos con el autor de La sonrisa robada. Fue cálido, agradable, ilustrativo y aprendimos humanidad y buen hacer en la escritura.
La presentación de Pedro, como siempre, muy buena
Besos
Luz
Gracias a ti, Paco, por tu cariñosa presencia y tu constancia en este club.
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