Lola
Catalá Grabado
Los
carros del mercadillo de verduras que ahuecaron
las piedras que había y las obras para arreglar el empedrado han hecho la mejor
pista de canicas de todo el barrio. Ahora
hay corros de tierra para que cada panda tenga el suyo. Lo que pasa es que
algunos son muy chicos porque los obreros solo quitan lo que está suelto. Mundo,
el de la tienda de ultramarinos, nos llama los ingenieros del barrio porque hacemos
casetas con ladrillos y adoquines, espadas de madera con las tablas que
changamos de la tienda de bicicletas; no sé lo que dirá cuando se entere de que
con algún hierro que pintamos al
chatarrero hacemos más grandes los corros de la obra para jugar al gua o al
casque. ¡Lo mismo nos llama arquitectos!
Con
esto de la obra, como está durando mucho hemos metido el tiempo de las canicas,
y a las chicas -que juegan menos- no las ha dao tiempo de preparar la bolsita
con un cordón para guardar las bolas de cristal de colores y están cabreadas. A
los chicos nos da igual, el tirachinas se mete en el bolso de atrás o en los
tirantes, y los bolsos de alante valen para las canicas de barro y el bocadillo
de mortadela.
Las
chicas juegan más al gua porque se puede jugar sin tirarse al suelo. Mi panda y
yo jugamos al casque pero hay que saber guiñar bien el ojo para apuntar desde
el suelo sino, te quedas sin bolas.
Skaz es una palabra rusa
que transportada al castellano puede relacionarse con “decir”, o “cuento”. Se
usa para designar un tipo de narración en primera persona más próxima a la
palabra hablada que a la escrita. Usa el vocabulario y sintaxis característicos
del lenguaje coloquial.
Hoy
he querido intentarlo.
4 comentarios:
Pues, Paco querido, ¡te ha quedado un intento muy bonito!.
Besos x 2 y muy buen fin de semana
Aprendo contigo lo del "skaz". Sea lo que sea, se me ha pintado una sonrisa.
Una pintura que me es familiar. Niños, barro, piedras, ladrillos y juegos sin reloj.
Besos
A mí personalmente, me lleva a la infancia.
Gracias por aportar "skaz", no la conocía.
Un abrazo
no solo lo has intentando, has dejado que la palabra hablada te lleve hasta la infancia
Ya no quedan solares en nuestras ciudades, Paco.
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