Sanabria Medina
La péñola de Cide Hamete, sale de su plumier con finalidad crítico–didáctica, manifestada en el prólogo de la primera parte:
“La obra fue creada para derribar la máquina mal fundada de estos caballerescos libros”.
y capítulo 74 de la segunda:
“No ha sido otra mi intención que poner en aborrecimiento los libros de caballería”.
Aun incluyendo numerosos elementos fantásticos, la novela no se desliza por los terrenos de la fantasía: los lugares por donde se desarrolla la acción son reconocibles; situaciones y personajes, creados como parodia de los libros de caballería se corresponden con la realidad; modo de vida y localización de nobles y plebeyos son veraces.
El texto está construido respondiendo a un mundo real ficcional; persigue el entretenimiento, al tiempo que trata de transmitir, mensaje y denuncia
El tratamiento aparentemente humorístico que El Quijote encierra, contiene, especialmente en la segunda parte, una crítica social y costumbrista junto con una visión ética, denunciando la pereza, ociosidad, arrogancia y despilfarro. La parte más pura de esa sociedad orgullosa de su limpieza de sangre, resulta moralmente la más contaminada.
Don Quijote es un hidalgo, no un caballero, su pretensión de ser lo que no es, molesta tanto a los de su categoría, por la presunción de arrogarse el título, como a los nobles, que lo entienden como invasión de su espacio producto de un trastorno que, sin rubor, aprovechan para su divertimento. Locura e incomprensión son elementos inseparables. La sociedad cuerda asegura actuar por el bien de los locos, impidiendo en la mayoría de los casos su desarrollo personal. Don Quijote es un ejemplo de la lucha por conseguir un sueño.
Sancho Panza, un campesino pobre, al que Cervantes convierte en la imagen de su mundo, es como un espejo en el que se reflejan necesidades, vicios, costumbres y miedos. Sueña con el poder y el dinero, en definitiva, símbolo de la humanidad en su diario vivir.
Dulcinea –que no Aldonza Lorenzo- es la luz que guía el espíritu caballeresco del héroe, la razón de ser de la caballería, la dama nunca vista pero siempre viva.
La péñola de Cide Hamete es juez y parte, y como tal presenta batalla al escritor tordesillesco que aún pretendía una nueva salida a Castilla la Vieja, sin tener en cuenta que con las anteriores, don Quijote ya llevó su fama a los más extraños reinos.
Con Cervantes la novela conquista la verosimilitud, don Quijote no quedará encerrado por loco, el sufrimiento por la derrota le lleva a recuperar la cordura y muere en casa, reposando en la sepultura sus ya cansados huesos, sin dar lugar a mas industrias ni aventuras
El desocupado lector que ha conseguido llegar hasta aquí, espera y desea acompañar, con todos vosotros y un punto de locura, al paseante de La Acequia en cualquiera otra singladura que su agudeza proponga. Vale
Gracias a todos.
11 comentarios:
Una opinión particular de lo que pudo ser y lo mismo fue tu lectura... es lo bueno de la libertad, la lectura comentada, el intercambio de opiniones es lo que hace grande esta tertulia. Saludos
Estoy de acuerdo en la mayoria de lo que dices en esta muy buena entrada, amigo.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Se puede decir que cumplió sus objetivos con creces, ya que entretiene, y transmite tanto mensajes como denuncia, y lo sigue haciendo después de siglos. Así pues, misión cumplida.
Me uno a la voluntad de este desocupado lector con respecto a una próxima singladura.
Besos
Qué oportuno has estado en dedicar esta magnífica reflexión a la pluma cervantina. Ha sido un placer contar contigo en esta locura.
¡Fantástico resumen! En verdad nuestro Don Quijote es una obra maestra. Gracias por lo de "péñola" que no sabía que significaba pluma aunque me lo imaginaba... Besotes, M.
Precioso, sentido, escrito el tuyo.
Me encantó la palabra péñola para pluma.
Y para m+i también es una alegría haberte encontrado gracias al Quijote y en breve, en persona.
Besos
encontrado aquí en el mundo nuestro de la blogsfera.Vale-
Paco, tú también con la péñola, pobre pluma colgada en una espetera, no sé si con ollas y cazuelas...Un alambre y aquí quietecita, no te me vayas de paseo por nuestra vieja Castilla. Buena entrada la tuya, como siempre.
Este es un capítulo de llorar con ojos preñados, como la sobrina, el ama y Sancho. Pero la sobrina come, el ama brinda y Sancho se regocija. La vida tiene esa doble cara, el muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Seguiremos leyendo a don Quijote, yo siempre lo he hecho así. Tras el "vale" vuelvo a ese lugar de la Mancha cuyo nombre no quiero acordarme. Es un ciclo que acabará el día en que me pase como a don Alonso...que estire la pata. No hay prisa.
Un abrazo y nos vemos
"Don Quijote es un ejemplo de la lucha por conseguir un sueño".
"Sancho Panza, símbolo de la humanidad en su diario vivir".
Bonitas palabras dedicadas a los dos protagonistas en un texto de mucha calidad.
Cervantes cuelga la pluma en un ejercicio de realismo. Hizo bien al acabar el juego antes que la vida, aunque a ésta ya le quedaran sólo unos meses.
Un abrazo.
Paco, antes que nada quiero pedirte disculpas por mis ausencias en las últimas semanas. Y agradecerte tus palabras de aliento sobre mi pinchazo cardiaco.
Ha sido muy original por tu parte hacer "trabajar" a la pluma (o, muchas plumas seguramente) de Cervantes.
Destaco de tua palabras la crítica solapada a la sociedad de su tiempo envuelta en un manto de humor, a veces ridículo, y casi siempre melancólico; que nos produce pena más que risa.
Desde luego que la péñola de Cide Hamete "presenta batalla al escritor tordesillesco" y le vence al primer embite. Aunque Cervantes repite en los últimos capítulos las embestidas al "falso" por no dejarle "resollar".
Recibe un abrazo
De la péñola habría que decir que es la "voz", el narrador de la historia. Si uno repara en el comienzo "En un lugar de la Mancha del que prefiero no recordar" (cito de memoria, no textualmente), la pregunta que cabe es: ¿quién habla? ¿quién es que prefiere no recordar?, vale decir, la pregunta por el narrador. A esa pregunta responde Cervantes al final dando a la péñola el lugar protagónico. El recurso, en mi opinión, por si faltaba alguna muestra más, da cuenta del fino humor y la genialidad de Cervantes. Saludos desde Buenos Aires.
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