Stettin 1940
No
llovía como en Flensburg pero una niebla obstinada y cerril dibujaba un cuadro
surrealista difuminando paisajes y calles; los escasos transeúntes más parecían
sombras fantasmales que ciudadanos camino de cumplir con la diaria labor. La
bufanda mimando la garganta, el cuello del abrigo subido, las manos en los
bolsillos, en bandolera el portátil y un fárrago de pensamientos desordenados y
confusos: segunda guerra mundial, Alemania, Polonia años cincuenta… Habrá que
documentarse.
Sí.
Creo que fue en septiembre de 1939 cuando Alemania simulando el ataque a un
puesto fronterizo invadió Polonia; los aliados le dieron dos días para abandonar Polonia,
transcurridos los cuales le declararon la guerra con resultado prácticamente
nulo para los polacos. A mediados del
mismo mes la Unión soviética mediante acuerdo con Alemania, inició una ofensiva
por el este, creando el caos en las defensas polacas incapaces de contener dos
frentes a la vez. Las últimas unidades polacas se rindieron el 6 de octubre.
Las banderas nazis empezaron a ondear en los edificios públicos y las campanas de las iglesias a sonar, mientras
sacerdotes, profesores, maestros y figuras destacadas de la ciudad eran
detenidas junto a los judíos. Polonia, nunca se rindió oficialmente, consiguió
crear un poderoso movimiento de resistencia en la sombra que colaboró con los
aliados durante el resto de la Segunda Guerra.
Bajo
la ocupación alemana se procedió a la partición de Polonia: por una parte los
territorios del centro y sudoeste del país administrados por el Gobierno
General, por otra las regiones que debían ser anexionadas al Reich. En estas
últimas regiones germanizadas, se procedió a un programa intensivo de limpieza
étnica.
Esta
era la situación en Polonia cuando Edelgard, en su ciudad, abandonaba la infancia para entrar en la
pubertad. Diez años más tarde comenzaba una relación epistolar con José
Fernández Arroyo. Presumiblemente
cuando en 1953 este materializó su sueño la imagen que arropando sus ilusiones
al inicio del periplo llevaba de Stettin fuera parecida a lo que tras algunas
consultas hemos fabricado. O al menos así queremos pensarlo.
Stettin (ahora Szczecin). Su ubicación en el
extremo izquierdo de Polonia, sus lazos culturales y económicos con Alemania,
su puerto y astillero hacen de la ciudad uno de los mayores centros comerciales
y de tránsito. Cuenta con un centro histórico medieval lamentablemente
destruido durante la guerra, del
que se han salvado algunos monumentos y
edificios. Por su arquitectura ha sido considerada como “el Paris del Norte”.
El corazón de la ciudad es una plaza en forma de estrella con muchas avenidas
que parten a diversas direcciones. Otro de sus atractivos reside en el verdor
exuberante de los numerosos ríos, lagos, bosques y parques que constituyen la
mitad del área de la ciudad.
Sus
principios se remontan al siglo VIII cuando la cima del castillo fue habitada
por colonos eslavos. Durante mucho tiempo perteneció a los duques de Pomerania
del Oeste, descendientes de la dinastía que reinaba en Polonia. En 1913 se
abrió el canal que conecta Szczecin con Berlín, lo que aumentó su actividad portuaria. En la segunda
mitad del siglo XIX la industria se desarrolló rápidamente gracias al aumento
de tráfico en el puerto marítimo. Aunque la imagen original de la ciudad ha
cambiado mucho, su carácter único junto
con la excepcionalidad de su arquitectura art nouveau hacen que mantenga su encanto.
Sustituida
la natural niebla por el artificio más práctico de las pantallas de neón, su
humedad por la sequedad de la calefacción y varios libros sobre la mesa, intentamos
-ante la imposibilidad de contar con Lufthansa como Abella- satisfacer nuestra
necesidad de conocimientos recurriendo a otras fuentes como paso previo a la
contundente lectura de La sonrisa robada.
4 comentarios:
Una magnífica forma de contextualizar la lectura, Paco. Desde allí saldremos hacia la vida, tragedia y amor. Sin esto no podremos comprenderlo.
En la foto hay un niño que se vuelve a mirar a los soldados con curiosidad o temor, no sabemos.
Edelgard perderá su patria, su salud y sus sueños de futuro.
Besos, Paco. Feliz Navidad.
Excelente y amena introducción. Una ambientación necesaria. Besos
Muy Felices Fiestas para ti y los tuyos, Paco y que el 2015 les traiga muchas alegrías y salud. Besos
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