Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

domingo, 4 de octubre de 2015

Diego Fernández Magdaleno. Viernes 2 de octubre


El tiempo, consumido por circunstancias adversas era el culpable. ¡Algo habría de serlo! Llegaba justo, casi tarde, a la cita colectiva del Club con el autor de El tiempo incinerado. Había leído el libro, no como todos porque tampoco era como todos [Diario.2004], porque un diario encaja en el contexto de su propio día, porque en comunión total con el autor quedaba con más dudas de las que traía, porque… El encuentro con Diego Fernández Magdaleno sorprende -más que el piano de cola en el centro del escenario- por su sinceridad desgarradora, por una cercanía insospechable:

No sé por qué lo hago, no sé por qué me leen, necesito escribir, necesito interpretar y que cuando lo hago me escuchen…
- 
Con El tiempo incinerado nos regaló un trozo de su vida; con su presencia se disiparon muchas de las dudas con que arribé a la sala, con el torrente sonoro de su interpretación (¿Suite en varios tonos?) sobrecogido a veces, me acerco a la música contemporánea. ¡Todo un lujo!

Amigo Diego: ¿puedo llamarte amigo? Hasta el viernes 2 de octubre yo era de Chopin, Liszt, Mozart, Beethoven, y sigo siendo. A partir de ahora el abanico será de doble faz. Sobre la mesa espera Razón y desencanto.

¡¡¡ Gracias ¡!!


La entrada, a tono con [Diario.2004] quiso titularse Viernes 2 de octubre. La realidad virtual en que nos manejamos aconseja lógica en la búsqueda.

8 comentarios:

pancho dijo...

Se detuvo el tiempo un rato en Burgos en la tarde del viernes gracias a la magia de la literatura y la música.
Agradecido también a ti por plasmarlo tan certeramente en este calendario de instantes.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, Paco Cuesta:

Esperaba vuestras entradas, y las impresiones del encuentro con Diego Fernández Magdaleno en el coloquio. Me hubiera gustado acompañaros, porque -conociéndole a través de su diario-, estaba segura de que no os iba a defraudar.
La música, siempre maravillosa.

Abrazos.

Abejita de la Vega dijo...

Estoy con mi cuaderno de notas intentando hacer un reportaje de lo que oímos y sentimos en el Salón de Cajacírculo.

Música, libros y persona. Todo muy grande.

Un abrazo, Paco, me alegró verte.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Creo, como tú, que escucharlo hablar e interpretar contribuye a comprender su escritura. Y al revés.
Gracias por estar, Paco.

mojadopapel dijo...

Me alegro conocerte Paco. Buen resumen personal

mojadopapel dijo...

Me alegro conocerte Paco. Buen resumen personal

Gelu dijo...

Buenas tardes, Paco Cuesta:

Enhorabuena, por los seis añitos.
¡115 años esa fotografía, y parece hecha recientemente!
Seguiremos viniendo al Alfoz, en nuestros paseos por los caminos mágicos de las redes virtuales.
Enlazo una canción, para que sigan contigo las musas, que desde la radio se quedaron contigo “el día de inocentes”, hace ya...

Abrazos.

Gelu dijo...

Buenas tardes, Paco Cuesta:
Te quería dejar el comentario en tu entrada siguiente. Disculpas.
Saludos.