03-VICENTE BLASCO IBÁÑEZ: EL “MIQUELRIUS” DE MESTRE
ARNAU.
Para nuestro propósito “una joya”, decíamos en
nuestra entrada anterior. Y es que, siguiendo las indicaciones de conocidos y
amigos, nos adentramos en el casco antiguo. La calle, estrecha como corresponde,
ahíta de grafitis y de aspecto marginal, invita a la no ostentación por leve
que esta sea. Desde el bolsillo, la voz metálica del «Maps» sentencia: número
11, usted ha llegado a su destino.
Entro.
Es como un Arca de Noé poblada de libros, muchos libros: desordenados,
ligeramente ordenados, en bolsas, en cajas..., el aparente desorden es otra
forma de clasificar de la propietaria.
- Busco novelas, biografías, estudios
sobre Vicente Blasco Ibáñez.
- Ahí encontrarás cosas sobre eso –dice
señalando a su izquierda.
Enmarcado
con un pilar y algo que en su tiempo debió ser una librería un rótulo indica:
Valencia.
- ¿Profesor? … Pregunta.
- No. Verás. Es algo emocional, quiero
investigar su vida, su obra, su tiempo, todo, no sé.
- Mira, dice. Al margen de lo que veas en
la estantería, traje esa caja de una casa a dos calles de aquí que tienen en
venta los nietos de un maestro que conoció a Blasco Ibáñez. Está si clasificar,
todavía no lo he metido en la base de datos. Si te interesa algo...
Hay
cuadernos, apuntes, una carpeta..., "una joya". Negocio con la dueña para llevármelo todo,
más tres libros del estante, y salgo con la caja por Manuel Aguilar a
Avenida de Oeste. ¡Taxi! ¡Taxi!
Tal vez el más valioso elemento de la caja de Arnau, que así parece se llamaba el maestro, sean las anotaciones contenidas en un «Miquelrius» que cedió su función de libro de caja a la más noble de diario – memoria – biografía. Mestre Arnau nos brinda una impagable crónica socio política escrita desde la realidad de educador republicano preocupado por su pueblo, sus gentes, e insatisfecho con sistemas de gobierno poco o nada equitativos.
Con
estos mimbres y la interpretación que hagan de ellos estas mal trazadas líneas
intentaremos tejer el cesto de las vidas de Doña María Blasco del Cacho y Don
Vicente Blasco Ibáñez que transcurrieron entre las repúblicas de 1873 y 1933.
2 comentarios:
¡Qué interesante!, te sigo expectante. Me imagino tu emoción al recibir la caja, una verdadera joya.
Besos x 2
Acceder a estos documentos, tocarlos, hablar con la gente que los custodia, hacerlo en el lugar en el que deben estar... Seguí en su día tu investigación y sigo envidándote, Paco.
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