Reflexión

Cuando triunfó el nuevo material de escritura [el pergamino], los libros se transformaron en cuerpos habitados por palabras, pensamientos tatuados en la piel. (El infinito en un junco. Irene Vallejo).

viernes, 2 de junio de 2023

 

03-VICENTE BLASCO IBÁÑEZ: EL “MIQUELRIUS” DE MESTRE ARNAU.



Para nuestro propósito “una joya”, decíamos en nuestra entrada anterior. Y es que, siguiendo las indicaciones de conocidos y amigos, nos adentramos en el casco antiguo. La calle, estrecha como corresponde, ahíta de grafitis y de aspecto marginal, invita a la no ostentación por leve que esta sea. Desde el bolsillo, la voz metálica del «Maps» sentencia: número 11, usted ha llegado a su destino.

Entro. Es como un Arca de Noé poblada de libros, muchos libros: desordenados, ligeramente ordenados, en bolsas, en cajas..., el aparente desorden es otra forma de clasificar de la propietaria.

-         Busco novelas, biografías, estudios sobre Vicente Blasco Ibáñez.

-         Ahí encontrarás cosas sobre eso –dice señalando a su izquierda.

Enmarcado con un pilar y algo que en su tiempo debió ser una librería un rótulo indica: Valencia.

-         ¿Profesor? … Pregunta.

-         No. Verás. Es algo emocional, quiero investigar su vida, su obra, su tiempo, todo, no sé.

-         Mira, dice. Al margen de lo que veas en la estantería, traje esa caja de una casa a dos calles de aquí que tienen en venta los nietos de un maestro que conoció a Blasco Ibáñez. Está si clasificar, todavía no lo he metido en la base de datos. Si te interesa algo...

Hay cuadernos, apuntes, una carpeta..., "una joya". Negocio con la dueña para llevármelo todo, más tres libros del estante, y salgo con la caja por Manuel Aguilar a Avenida de Oeste. ¡Taxi! ¡Taxi!

Tal vez el más valioso elemento de la caja de Arnau, que así parece se llamaba el maestro, sean las anotaciones contenidas en un «Miquelrius» que cedió su función de libro de caja a la más noble de diario – memoria – biografía. Mestre Arnau nos brinda una impagable crónica socio política escrita desde la realidad de educador republicano preocupado por su pueblo, sus gentes, e insatisfecho con sistemas de gobierno poco o nada equitativos.

Con estos mimbres y la interpretación que hagan de ellos estas mal trazadas líneas intentaremos tejer el cesto de las vidas de Doña María Blasco del Cacho y Don Vicente Blasco Ibáñez que transcurrieron entre las repúblicas de 1873 y 1933.

 

2 comentarios:

Myriam dijo...

¡Qué interesante!, te sigo expectante. Me imagino tu emoción al recibir la caja, una verdadera joya.

Besos x 2

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Acceder a estos documentos, tocarlos, hablar con la gente que los custodia, hacerlo en el lugar en el que deben estar... Seguí en su día tu investigación y sigo envidándote, Paco.