Los estudiosos mantienen que el
fenómeno se debe a que sufren el llamado síndrome postvacacional aquellos que
regresan a un entorno laboral hostil, los que deben lidiar con un jefe
incompetente o que no les valora, y a los que ya no les ilusiona su trabajo. De
la misma manera que al fin de cada periodo de descanso encontramos conclusiones
y balances, al fin de cada lectura cada uno elaboramos, al menos mentalmente
conclusiones sobre lo leído y, si el comentario surge, mostramos nuestro grado de
apasionamiento. O sea, compartimos con otros nuestro síndrome lector.
El
héroe discreto pone
de manifiesto la riqueza de un idioma: el Castellano (permítaseme el conato de orgullo)
como elemento de unión entre millones de personas a ambos lados del Atlántico,
riqueza de una lengua de la que Vargas Llosa hace gala al no escatimar
términos, expresiones o modismos, desconocidos para muchos y enriquecedores
para todos incluida la propia lengua.
El “culebrón”, genuinamente latinoamericano y exportado con éxito a otros países dejó también en la novela ese afán de transportar la realidad social al texto. Vargas
Llosa configura El héroe discreto a
modo de melodrama porque lo cotidiano es también digno de ser mostrado en sus
detalles menos significativos como las telenovelas. A este respecto dijo Alejo Carpentier:
No busquemos deliberadamente el
melodrama, pero no lo esquivemos tampoco. América Latina está llena de trágicos
melodramas cotidianos.
la
vida diaria hecha novela, podría ser el resumen.
Otra característica a destacar es la
estructura en absoluto lineal de El héroe
discreto. Conversaciones de personajes localizados en lugar y tiempo
diferentes se entremezclan en la narración como historias dentro de otra
historia creando una suerte de suspense sin angustia que permite o más bien
lleva al lector a vivir una ficción que concluye de modo folletinesco,
inesperado a pesar de los esperado y humorístico.
El
héroe discreto no es
una obra total, histórica o filosófica es: una novela. Compartido queda.
6 comentarios:
Acertado: el juego con el culebrón es continuo en esta novela. Supongo la sonrisa irónica de Vargas Llosa...
Y tan tan por la zona: desde México s Venezuela jeje MVLl lo ha querido dejar asentado.
Besos
Mario Vargas Llosa construye una novela para un público amplio. La adoba con varios ingredientes, uno de ellos es el culebrón.
Besos, Paco.
Culebrón, culebrón, si señor... la novela es todo culebrón ( a ésto me refería en el comentario anterior)
Lo que más me gustó de la novela es justamente la técnica narrativa no lineal a la que aludes. Me super requete-marqué por ejemplo, el Cap 6, distintos actores y en distintos tiempos.
Una pena que MVLL haya escrito una novela menor, cuando podría haber escrito una con mayúsculas... en fin.
Besos
Con diálogos entre distintos actores y en distintos tiempos, decía.
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